El conflicto laboral que ha provocado una fuga de maquinistas de la empresa pública Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC) en la línea La Pobla-Lleida está teniendo consecuencias imprevistas. La marcha de siete de los 12 conductores de FGC a Renfe por la degradación de las condiciones laborales va a ser cubierta por conductores que pertenecen al Grupo SNCF, la empresa pública de Francia (o la Renfe francesa).

Así lo confirman diversas fuentes, a pesar de que la Generalitat no ha respondido a  las preguntas de este medio sobre si existe un acuerdo entre FGC y Captrain, la filial de Mercancías de SNCF en España. Captrain es la antigua Comsa, que fue totalmente comprada en otoño de 2018 por el operador francés Société Nationale des Chemins de Fer. Una operación que adelantó en su día El Independiente.

La opción lógica habría sido pactar con Renfe, que operaba la línea hasta 2016

La empresa autonómica FGC, que explota esta línea desde 2016, habría firmado un acuerdo con Captrain para que esta firma le proporcione temporalmente un número suficiente de maquinistas mientras se resuelve el conflicto laboral. La Generalitat ha rechazado pactar con Renfe, que operaba en la provincia ilerdense hasta hace tres años. La empresa estatal habría sido la opción lógica, indican los consultados. La Generalitat posee la propiedad de la línea desde 2005, pero cedía la explotación a Renfe mediante un acuerdo al carecer entonces de los recursos humanos y materiales.

La razón de la huida es que siete de los 12 conductores de la línea aprobaron el último examen de ingreso a Renfe, hartos de un convenio que los discrimina dentro de FGC -en las pruebas de acceso de Renfe se asignan muchos puntos a quienes tengan experiencia previa, caso de los siete maquinistas-. El convenio de los conductores de Lleida-La Pobla es mucho peor que el de sus propios compañeros de empresa, incluidos el resto de conductores de Ferrocarrils; les supone, entre otras cosas, 10.000 euros anuales menos.

Los maquinistas tienen el mismo convenio que el de los empleados de las pistas de esquí

FGC asegura que en la actualidad se negocia un nuevo convenio que resolverá la grave carencia para prestar el servicio. Algo que está por ver.

El convenio que les ampara es el mismo que el de los trabajadores de las pistas de esquí: FGC, además de operar trenes regionales y de Cercanías (Rodalíes), gestiona cinco pistas de esquí en Cataluña: La Molina, Vallter 2000, Vall de Núria, Espot y Port Ainé. La mayoría fueron rescatadas tras atravesar problemas económicos.

CCOO, el sindicato que está denunciando las condiciones de los conductores, habla ya de "privatización" y asegura que va a denunciar la decisión de ceder a Captrain SNCF la conducción de la línea. "Es una manera de ganar tiempo para no mejorar el convenio", deploran en la organización sindical. "La salida de los siete maquinistas se tenía que haber producido en marzo. Renfe concedió una prórroga de tres meses y retrasó las incorporaciones de los afectados. Pero no ha servido para nada porque la Generalitat se niega a equiparar el convenio con el de los maquinistas del Área Metropolitana de Barcelona, que también explota FGC".

La prórroga de tres meses que retrasó la fuga de los siete conductores no ha servido para nada

Ciertamente la transferencia de competencias sirvió en su momento para mejorar la gestión de esta línea, construida en 1951. Ya en los años ochenta se hablaba de cerrarla. Desde que FGC asume la operación el crecimiento ha sido espectacular: de 60.000 viajeros transportados en 2015 a 220.000 registrados en 2018. El problema es que ahora no hay personal para manejar el tren.