En un año la Seguridad Social ha pasado de tener un saldo positivo de 89 millones de euros a registrar en abril pasado un déficit de 890 millones de euros. Según los datos facilitados por el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social, en esta cifra se refleja la diferencia entre unos derechos reconocidos (ingresos) de 53.853,6 millones, que suben un 1,7 %, frente a unas obligaciones reconocidas (gastos) de 54.743,6 millones, que crecen un 3,5 % interanual.

Uno de los datos que justifica esta evolución negativa es que las cotizaciones sociales han crecido de manera significativa. Así, el detalle de los ingresos muestra que las cotizaciones sociales alcanzan los 45.922 millones de euros, lo que supone un incremento del 7,4 % respecto a los ingresos del ejercicio 2021. "Respecto a abril de 2019, antes de la pandemia, el incremento es de 5.075,35 millones, es decir, una cifra un 12 % más alta que entonces", recoge la nota. Esta mejora, destaca la Seguridad Social, refleja el dinamismo del empleo.

Por su parte, las cotizaciones de desempleados caen un 11,6 % por el descenso del número de parados.

En cuanto a las transferencias corrientes, ascienden a 7.527,5 millones, con una disminución del 23,8 % interanual, por los menores ingresos del Estado para financiar los complementos por mínimos de pensiones respecto al mismo periodo del año anterior.

Dentro de los gastos, la mayor partida, 46.995,6 millones, corresponde a pensiones y prestaciones contributivas, con un aumento del 3,1 %.