La votación final no llegará hasta el mes de julio en el pleno de la Eurocámara. Sin embargo, por el momento las comisiones de Medio Ambiente y de Economía del Parlamento Europeo ya se han posicionado y lo han hecho en contra de que las inversiones en centrales nucleares y de gas puedan ser consideradas 'verdes' o medioambientalmente sostenibles.

La llamada "taxonomía" es un conjunto de clasificaciones que pretenden orientas las futuras inversiones comunitarias en la transición ecológica, que en este caso afecta a la energía pero que también se irán desplegando en otros sectores económicos como el forestal, el manufacturero, el transporte o la agricultura.

Con 72 votos a favor, 62 en contra y cuatro abstenciones, esas dos comisiones aprobaron conjuntamente objetar a la redacción actual de las reglas de la llamada "taxonomía verde" sobre las plantas de energía atómica y las centrales de gas dedicadas a la generación eléctrica.

Pero la opinión de las comisiones parlamentarias no refleja necesariamente la orientación que tendrá el voto en la sesión plenaria que se celebrará entre el 4 y el 7 de julio, donde los eurodiputados no podrán enmendar el texto presentado por la Comisión Europea (acto delegado), sino sólo objetar a él, para lo que se necesitaría el apoyo de al menos la mitad de los escaños (353).

Los intereses nacionales, con países como Francia a favor y otros como España o Luxemburgo en contra, podrían pesar más que las orientaciones de los grupos políticos de la Eurocámara e inclinar la decisión definitiva de una controvertida y larga decisión en el seno de la Unión Europea.

Borrell, en contra

Tras varios años evitando tomar posición, la Comisión Europea propuso a inicios de año que se traten como "sostenibles" las centrales nucleares con permiso de construcción antes de 2045 y las plantas de gas que emitan menos de 270 gramos de CO2 por kilovatio hora hasta 2031 o menos de 100 gramos en el conjunto de su vida útil.

El gas es un combustible fósil que libera dióxido de carbono, principal gas de efecto invernadero responsable del cambio climático, pero menos que otros hidrocarburos como el carbón.

La energía nuclear apenas libera CO2, pero presenta riesgos asociados a la seguridad y los deshechos radiactivos. "Podría ser imperfecto, pero es una solución real que nos acerca a la neutralidad climática", defendió la comisaria europea de Servicios Financieros, Mairead McGuinness, en la presentación oficial del documento.

El enfoque del Ejecutivo comunitario-aprobado con los votos en contra del español Josep Borrell, la portuguesa Elisa Ferreira y el austríaco Johannes Hahn- había sido criticado también por la plataforma de expertos independientes en finanzas sostenibles que asesora a la propia Comisión, que rechaza darles esa etiqueta.

20 de 27 países para oponerse a la medida

Pero la Comisión, que se define como tecnológicamente neutral, acabó por considerar que ambas se ajustan al principio de "no hacer daño significativo al medio ambiente", bajo la premisa de que la prioridad es desprenderse del carbón en la generación eléctrica, muy presente aún en países como Polonia, República Checa o Alemania.

El Consejo de la UE, que representa a los Estados miembros, también podría rechazar el texto sobre la taxonomía, pero para ello sería necesario que se opongan el 72 % de los países (20 de 27 capitales) y que representen, al menos, al 65 % de la población de la UE.

Según indicaron a Efe fuentes europeas, en el Consejo se están llevando a cabo "análisis técnicos", pero no está previsto ningún punto sobre la taxonomía en la reunión de ministros de Economía y Finanzas del 17 de junio, mientras la fecha límite -en la que esa institución puede bloquear el reglamento o pedir dos meses más para su seguir estudiándolo- es el 11 de julio a medianoche.