La inversión en construcción, en bienes de equipo y el consumo de los hogares entre los meses de marzo y junio impulsaron la economía española, que creció un 1,8%, en comparación con el mismo periodo del pasado año. En un trimestre, el producto interior bruto (PIB) avanzó un 0,4%, una décima menos que entre el primero y el cuarto del pasado año.

Si se comparan ambos trimestres, se observa una ralentización en la economía que no se produjo el pasado año entre ambos periodos. La tasa intertrimestral del pasado año fue del 2,8%, sin embargo, si se comparan los mismos meses, sí se observa un crecimiento, de casi el 2%, con respecto a 2022.

Pese a las subidas de los tipos de interés, que endurecen el crédito, y las tasas de inflación, que perjudican al poder de compra, la demanda nacional creció un 1,9% y también crecieron con fuerza el número de horas trabajadas, un 1,3% con respecto al primer trimestre de este año. La diferencia con el trimestre anterior se concentra en la demanda externa cuya aportación al PIB fue de 2,5 puntos menos que en el primer trimestre.

El consumo creció un 1,6% con respecto al trimestre anterior, cuando había registrado una evolución negativa del -1,4%. En comparación con el mismo trimestre del pasado año, el consumo de los hogares aumentó un 0,5%, menos que en el primer trimestre. Fue el consumo de las administraciones públicas lo que avanzó un 3,8%.

La mejora del consumo de los hogares contrasta con el frenazo de las exportaciones, que en variación interanual crecieron un 0,7%, lo que supone 9,5 puntos menos que en el trimestre anterior. También ha caído el gasto de los no residentes en el territorio económico, que ha pasado del 33,6% al 15,9%.

Desde el Ministerio de Asuntos Económicos subrayan que "la economía española ha mantenido un sólido crecimiento en el primer semestre del año, a pesar del complejo contexto internacional de ralentización económica y subida de tipos de interés". "Nuestra política económica funciona, como demuestra el fuerte crecimiento, la creación de empleo y la estabilidad de los precios que contrasta con la situación de los países de nuestro entorno, en beneficio de las empresas y familias españolas", afirma la vicepresidenta y ministra en funciones, Nadia Calviño.