La situación económica actual hace pensar al sector financiero que la morosidad va a despuntar en los próximos meses. Sin embargo, en términos generales, todavía no llega. Pero sí que hay que destacar que en el crédito al consumo, la tasa de morosidad aumentó en mayo hasta el 6,58%, lo que supone el nivel más alto de los últimos 12 meses. En mayo de 2022, el porcentaje fue del 7,15%.

Desde esa fecha, la tasa de morosidad bajó hasta el 5,93% del mes de diciembre, el nivel más bajo desde diciembre de 2019. Sin embargo, desde enero de 2023, la morosidad en créditos al consumo ha ido subiendo paulatinamente, hasta el 6,58%. En términos absolutos, la deuda dudosa, que es en la que se produce una demora en el pago de lo intereses o del principal de más de 90 días, ascendió a 2.863 millones de euros en el mes de mayo, lo que supone 18 millones más que en abril, según los datos de los establecimientos financieros de crédito (EFC), que son las entidades especialistas en consumo facilitados por el Banco de España.

Estos establecimientos engloban la mayor parte del crédito al consumo y sirve para conocer aproximadamente la tendencia de morosidad que está habiendo. Los EFC son sociedades que suelen estar dentro de los grupos bancarios o pueden ser firmas independientes, cuyo negocio es la concesión de créditos personales.

Según los datos del Banco de España, las provisiones del total de entidades de crédito aumentaron hasta los 30.868 millones de euros en mayo, 122 millones de euros más que en abril.

En términos generales, la morosidad de los préstamos concedidos por el total de entidades de crédito a empresas y particulares se situó en el 3,59% en mayo, lo que supone su segundo mes consecutivo al alza, después de que en abril aumentase hasta el 3,55% desde el 3,51% de marzo. Sin embargo, todavía se mantiene por debajo del nivel registrado en mayo de 2022, cuando la ratio de mora se situó en el 4,18%. Los datos de mayo sitúan los créditos dudosos en 42.815 millones de euros, una cifra algo superior a los 42.553 millones de un mes antes y un 17% inferior a la del mismo mes del 2022.

Estos datos muestran que la tasa de mora del conjunto de la banca está contenida y el aviso de que la morosidad iba a llegar este año todavía es eso, una previsión o un augurio y no una realidad. Sin embargo, que la tasa de mora en los créditos de consumo aumente hasta máximos de un año hace que los bancos empiecen a estar alerta, según fuentes del sector.

Hay que tener en cuenta que los créditos al consumo siempre son los primeros que se dejan de pagar cuando los hogares sufren una caída importante de la renta. Si la situación se mantiene, a partir del primer año se deja de pagar los suministros (luz, agua, teléfono…) y solo dos años después de que se mantenga esa situación es cuando se deja de pagar la hipoteca.

Por ello, el porcentaje de morosidad de créditos al consumo aunque no está en máximos sí que hay avisos de que la crisis está deteriorando la calidad de los créditos, porque es el eslabón más débil. Los bancos están alerta ante está situación, pero por el momento mantienen la cautela, ya que el empleo se mantiene y es cuando esta variante empieza a deteriorarse cuando puede empezar a haber problemas.

Juan Carlos Higueras, doctor en Economía y profesor de EAE Business School, señala que la tasa de mora de los créditos al consumo aumenta porque los créditos al consumo están aumentando mucho, ya que las familias no llegan a final de mes por la inflación y por la subida del euríbor que ha hecho que las cuotas hipotecarias suban mucho. “Para cubrir otros gastos o bien, ante la dificultad para renovar las condiciones de la hipoteca, las familias están cubriéndose con créditos al consumo que tienen plazos menores, son de cuantías menores, aunque tienen mayor coste, pero son más fáciles de conseguir”.

Por su parte, Elisabet Ruiz-Dortas, profesora de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC, explica que con la hipoteca la gente hace más cálculos porque es a largo plazo. “Cuando uno mira los préstamos al consumo, solo mira lo que paga cada mes y si puede pagar durante un año 300 euros mensuales, no mira los intereses”, apunta Ruiz-Dortas. Y es que según asegura, “cuesta mucho decir que no a unas vacaciones, a un coche, a una fiesta…”.

Y el interés tan elevado de los créditos al consumo es una de las razones por las que pueden comenzar los impagos. Según los datos del supervisor español, los nuevos créditos al consumo se firmaron en mayo con un interés medio del 7,96%, un porcentaje menor que en abril (que sobrepasó el 8%), pero que se mantiene en niveles máximos de los últimos años. Si el crédito al consumo es de hasta un año, este interés baja hasta el 4,55%. Entre un año y cinco, el interés es del 8,35% y sube al 8,44% para los créditos de más de 5 años.