La inflación hace que el poder adquisitivo de los ciudadanos caiga. Además, la inflación nunca viene sola. También ha subido el precio de la vivienda y el precio de las hipotecas nuevas y las cuotas de quienes la tuvieran a tipo variable. Esto ha hecho que el remanente de ahorro que se consiguió en la pandemia, por no poder consumir, haya bajado mucho. La consecuencia es que los españoles recurran a créditos al consumo para poder seguir gastando, pero sobre todo para llegar a fin de mes y no perderse las vacaciones.

Los datos del Banco de España del mes de abril muestran esta tendencia. El saldo vivo  asciende a 95.666 millones de euros. Esta cifra supone un aumento de 286 millones respecto a marzo y de 2.583 millones de euros en comparación al mismo mes del año anterior. El interés medio de los créditos nuevos ascendió al 8,07%, el porcentaje más alto desde agosto de 2016. 

Carmen Herrero, catedrática emérita de la Universidad de Alicante e investigadora del Ivie, señala que los ahorros de las familias durante la pandemia se utilizaron en muchos casos en la compra de ciertos bienes sin recurrir a préstamos al consumo. “Después de la pandemia, había dos tipos de familias: las que mantenían un ahorro, y las que lo habían gastado al abrirse de nuevo las posibilidades de viajar y consumir”, apunta Herrero.  

En contraposición, el saldo vivo hipotecario está descendiendo. En un mes ha caído en 926 millones de euros y en un año 10.930 millones. La principal razón de esta diferencia se debe a que es un préstamo a largo plazo y de mayor cantidad. La catedrática emérita de la Universidad de Alicante explica que ante la subida de las cuotas por el alza de los intereses, “algunas de las familias que habían ahorrado durante la pandemia han decidido, en muchos casos, amortizar parte o el total de su deuda hipotecaria, para ahorrarse la subida de tipos en las cuotas mensuales”. 

De hecho, Juan Carlos Higueras, doctor en Economía y profesor de EAE Business School, asegura que los créditos al consumo aumentan porque las familias no llegan a final de mes por la inflación y por la subida del euríbor que ha hecho que las cuotas hipotecarias suban mucho. “Para cubrir otros gastos o bien, ante la dificultad para renovar las condiciones de la hipoteca, las familias están cubriéndose con créditos al consumo que tienen plazos menores, son de cuantías menores, aunque tienen mayor coste, pero son más fáciles de conseguir”. 

Por su parte, Elisabet Ruiz-Dortas, profesora de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC, explica que “para la vivienda la gente tiene alternativas, que es irse de alquiler y posponer la compra. Pero para arreglar algo de casa, comprar un coche, que en un año puede estar más caro, o irse de vacaciones no hay más opción”. Herrero añade que las condiciones para conceder préstamos hipotecarios se han endurecido, por lo que ha disminuido el número de tales préstamos. No es, sin embargo, tan complicado conseguir préstamos al consumo.

Al ser estos  más fáciles de conseguir, las familias en esa situación prefieren recurrir a un crédito al consumo antes que dejar de hacer ciertos gastos

Carmen herrero

Además, después de la pandemia, los españoles están con querer seguir haciendo cosas, con necesidad de disfrutar, explica la profesora de la UOC. Con la hipoteca, añade, la gente hace más cálculos porque es a largo plazo. “Cuando uno mira los préstamos al consumo, solo mira lo que paga cada mes y si puede pagar durante un año 300 euros mensuales, no mira los intereses”, apunta Ruiz-Dortas. Y es que según asegura, “cuesta mucho decir que no a unas vacaciones, a un coche, a una fiesta…”.

Carmen Herrero añade que las familias que no tienen ahorros, ante la subida de la inflación tienen dos alternativas: ajustarse el cinturón (por ejemplo, dejar de ir de vacaciones o de hacer ciertos gastos), o pedir un crédito al consumo. “Al ser estos  más fáciles de conseguir que los préstamos, en ciertos casos las familias en esa situación prefieren recurrir a un crédito al consumo antes que dejar de hacer ciertos gastos”, insiste la investigadora de Ivie.

De hecho, el profesor de EAE Business School añade que muchos bancos están incentivando el crédito al consumo ante la caída en las hipotecas, en unos casos por el mayor riesgo de morosidad, en otros porque se aplaza la decisión de compra de vivienda por sus elevados precios y a la espera de que baje el euríbor.

Aumento de la morosidad

Endeudarse con este tipo de créditos, que son más caros, aunque la cantidad sea menor, puede hacer que llegue un momento que no puedan hacer frente a su pago. Herrero asegura que sí que hay riesgos: “Si las familias se endeudan más de lo razonable, puede aumentar la morosidad de forma notable”. Algo con lo que se muestra de acuerdo Ruiz-Dortas: “El riesgo es que si se endeudan demasiado hay la probabilidad de que no puedan devolver esa deuda. Va a tener que pedir más préstamos para pagar préstamos”.

Juan Carlos Higueras explica que  la hipoteca tiene como garantía la vivienda, pero en el caso de los préstamos al consumo “pueden ser difíciles de recuperar si el prestatario no puede pagarlos”. Dentro de los préstamos al consumo hay que considerar el aumento de los microcréditos o créditos express que suelen tener un principal pequeño pero con unos intereses muy elevados en comparación con el resto de créditos. “Este tipo de préstamos suelen venir con algún tipo de garantía y podría ocurrir que una persona no pueda siquiera pagar los intereses generados”, apunta el profesor. 

Los bancos, por el momento, no se muestran preocupados por la tasa de morosidad. De hecho, todavía está en niveles mínimos de 2008. Pero sí que ha habido un ligero repunte en el nicho de consumo, aunque no es algo llamativo. Los datos del Banco de España muestran que, durante el mes de marzo, los dudosos de los establecimientos financieros de crédito (EFC) aumentaron en 252 millones, hasta los 2.840 millones. También aumentó el stock de crédito, en casi 1.000 millones, hasta los 43.828 millones.

La ratio de morosidad de los EFC aumentó en un mes del 6,04% hasta el 6,48%. Hay que tener en cuenta que no todo el crédito al consumo está en los EFC, y que puede haber préstamos de los mismos que no sean consumo.