Cómo impulsar el crecimiento económico tras la salida de la pandemia viene siendo la gran incógnita para los expertos. La Unión Europea apenas creció un 0,5% el año pasado tras caer su PIB en el cuarto trimestre, y aunque las previsiones para este año y los próximos son mejores, todo apunta a que va a ser complicado conseguir altas tasas de crecimiento de aquí en adelante. Y es esa cuestión la que aborda el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su último informe sobre política fiscal, que ha publicado este miércoles.

La receta de la organización financiera internacional pasa por potenciar la innovación para así mejorar la productividad, la gran asignatura pendiente de estos últimos años, con el objetivo de mejorar el crecimiento. El informe, que se titula Expandiendo las fronteras: política fiscal para la innovación y la difusión de la tecnología, no incluye recomendaciones por países, pero sí constata que una mayor implantación de la tecnología, combinada con más innovación, es clave para garantizar el crecimiento de la productividad a largo plazo. Especialmente en este momento.

"Revertir la tendencia de caídas del crecimiento de la productividad es clave en un contexto de niveles récord de deuda pública, transición climática y demográfica", en un contexto de fuerte envejecimiento de la población a nivel mundial, aseguran los economistas del FMI. En el informe muestran cómo tanto los avances de la productividad y como los de la innovación, pese a los avances de los últimos años, se han debilitado a lo largo de las dos décadas pasadas, lo que también se ha trasladado a las expectativas de crecimiento a medio plazo.

Pero la innovación es la pieza perfecta para impulsar el crecimiento de la productividad a largo plazo y para conseguir mejores estándares de vida "porque expande la frontera de lo que es posible para la sociedad". Lo que parece imprescindible en este contexto es que sean los gobiernos quienes tomen manos en el asunto, tanto para identificar y corregir posibles externalidades como para asegurarse de que estas mejoras tecnológicas llegan a todo el tejido productivo.

Estudiar el impacto de la IA

Como no podía ser de otra manera, el estudio dedica un espacio a la inteligencia artificial (IA), que presenta importantes oportunidades de crecimiento, pero también retos. Por el momento, es grande la incertidumbre sobre lo rápido que esta tecnología puede desplegarse y cómo podría trasladarse a las mejoras de la productividad, pero los autores consideran que es necesario que los gobiernos calculen qué incentivos fiscales deberían imponer a la IA, basados en cómo su desarrollo podría beneficiar al gasto público y al mercado de trabajo.

"Se podría dar prioridad a tecnologías que expandan las capacidades humanas y que faciliten la adopción de la IA en sectores con mayores beneficios sociales", reza el texto. Ahora que la inteligencia artificial ha superado su etapa inicial de investigación, "en muchos casos financiada por gobiernos", entiende que ya ha madurado lo suficiente como para centrarse en su adopción comercial, y que el objetivo debe ser facilitarla y estudiar sus posibles beneficios para el conjunto de la economía.

Colaboración entre países

El informe aporta varias recetas sobre lo que deberían hacer los gobiernos dependiendo de su grado de desarrollo tecnológico. En el caso de aquellas economías avanzadas "cerca de la frontera tecnológica", recomienda una política fiscal bien diseñada y que favorezca la innovación, porque este cóctel puede impulsar la productividad, el PIB y reducir el ratio de deuda a largo plazo, siempre y cuando se aproveche la inversión pública para la investigación, se den becas a las startups más innovativas y se apliquen rebajas de impuestos para las empresas que apliquen la innovación en sus proyectos.

Para aquellos países emergentes por debajo de la barrera tecnológica, lo más importante es centrarse en facilitar la adopción de la tecnología que ya existe, e invertir en la implementación de la infraestructura digital, en la educación y en programas de formación que aceleren su difusión en la sociedad y en las empresas. En cambio, "las economías que están más lejos de la frontera tecnológica serán las que más perderán, dada su dependencia en tecnología extranjera". Para combatir esta situación, será clave coordinar políticas de innovación, e imprescindible para el crecimiento económico.