El apagón ha dejado muchas dudas entre la población sobre nuestro sistema energético. El debate apunta directamente al sector de las energías renovables, en particular a la energía solar que desde la llegada de Pedro Sánchez y el fin del impuesto al Sol se ha disparado la instalación y la generación de energía renovable. En una década la energía solar ha pasado del 5% de la energía generada al 17% y la potencia instalada ha pasado de 4.660 Mw en 2015 a 32.350 Mw a finales de 2024. Todos los expertos consultados destacan las virtudes de esta energía que ha beneficiado los bolsillos de empresas y ciudadanos mientras que en el resto de Europa la factura se ha mantenido elevada. 

Si bien las razones del apagón que paralizó España no han sido precisadas, la infraestructura de generación energía fotovoltaica está siendo cuestionada, principalmente, por que el sistema no se ha adaptado a ella. Unas voces consideran que se ha instalado demasiado y vivimos en una burbuja y otras que todavía tiene mucho crecimiento pendiente y este crecimiento es imparable, un boom que todavía tiene que continuar. 

Ecologistas contra el exceso de proyectos

Los ecologistas son poco sospechoso de ir contra las energías renovables y un reciente informe de Ecologistas en Acción en el que analiza la instalación de renovables en nuestro sistema advierte del crecimiento excesivo de instalaciones y acusa al sistema de crear tensiones sociales con megaproyectos solares y eólicos y emplazan a repensar el modelo. 

Rodrigo Irurzun, coordinador del informe  Instalación de energías renovables en el sistema eléctrico peninsular de la organización ecologista considera que “el efecto de instalar demasiada energía fotovoltaica es demoledor a causa del pico diario de generación durante las horas centrales del día. Si en un momento dado el sistema no es capaz de absorber toda la energía, se tiene que limitar la potencia para garantizar la estabilidad de la red.” Habla del fenómeno conocido como “vertidos renovables” (o curtailments en inglés) que para este experto es un derroche de recursos que lleva tiempo ocurriendo y que se prevé que continúe a la vista del crecimiento previsto de proyectos renovables.

Manifestación contra la 'depredación' energética en enero de 2023, en Vigo. | Javier Vázquez / Europa Press

”Poner en marcha una potencia excesiva implica un derroche en la utilización de materiales, algunos de los cuales son cada vez más escasos y con impactos durante su extracción”, sostiene Irurzun. “Implica también la utilización de miles de hectáreas para las instalaciones, el tendido de líneas y subestaciones eléctricas para la evacuación de la energía, apertura de caminos, utilización de maquinaria y un largo etcétera de actividades que generan impactos y que están teniendo contestación social, sobre todo en los territorios en los que se instalan”, añade.

De este mismo parecer es Antonio Turiel, destacado divulgador e investigador científico en el Instituto de Ciencias del Mar del CSIC, en Barcelona, que advertía desde hace tiempo que la mala gestión de las renovables en el sistema eléctrico amenazaba con un desequilibrio que podía terminar en un apagón como el que hemos vivido en abril de este año, considera que vivimos en una burbuja alimentada por la idea de que vamos a disparar nuestra demanda eléctrica. 

“La demanda de electricidad lleva cayendo desde el año 2008. Entonces, toda la demanda que dicen que vamos a necesitar de luz es mentira. Es una mentira como una catedral. Eso se hace para justificar el modelo de implantación salvaje de renovables”, afirma. Una de las razones del incremento de demanda de energía son los centros de datos, algo que Turiel niega categóricamente.

En España se comete el error habitual de creer que la infraestructura crea la actividad económica

“Los centros de datos de ahora son como el hidrógeno verde de hace dos años  del que ahora, de repente, ya se habla mucho menos. Pues esto es lo mismo, los centros de datos son una infraestructura. En España se comete el error habitual de creer que la infraestructura crea la actividad económica. Vamos a poner aeropuertos porque habrá más actividad económica. Vamos a poner más autopistas porque habrá más actividad económica. Cuando debe ser al revés, cuando tienes actividad económica creas la infraestructura. Los centros de datos solo son infraestructura. ¿Cuál es el modelo de negocio que está detrás? Nadie lo sabe, no lo hay. Esto es un hype, es una exageración para justificar el despliegue incontrolado de renovables. Porque en el fondo el despegue incontrolado  de renovables es una burbuja,  como la de ladrillo, pero con energías renovables”, afirma.

El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, y la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, durante la inauguración de la nueva cubierta solar del Teatro Real el pasado mes de enero. | Eduardo Parra / Europa Press

Defensa del MITECO

Fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica defienden la gestión gubernamental en materia energética. “En España tenemos una normativa energética y ambiental garantista de ordenación del territorio que solo autoriza proyectos respetuosos con el medio e incorpora las medidas correctoras necesarias. Cada proyecto debe superar una fase de información pública y someterse a una evaluación de impacto ambiental, que corresponde a la Administración del Estado cuando supere los 50 MW o se ubiquen en territorios de varias comunidades autónomas”.

Incluso las tecnologías más limpias y sostenibles tienen impactos visuales, acústicos y espaciales

Estas mismas fuentes reconocen que “incluso las tecnologías más limpias y sostenibles tienen impactos visuales, acústicos y espaciales y requieren infraestructuras para llevar la energía desde donde se produce hasta donde se consume. Para mitigarlo, trabajamos en construir un modelo energético más distribuido y diversificado, promoviendo el autoconsumo o las comunidades energéticas locales”. 

Según el MITECO esto no puede empujar a “prescindir de los beneficios y eficiencias de los proyectos de mayor escala, que permiten aprovechar el recurso renovable donde es más abundante y nos ayudan a producir energía renovable sin emisiones”. 

Boom necesario

Frente a las opiniones más negativas sobre el impacto de la transición energética otros análisis consideran que estamos lejos de avanzar todo lo necesario en la implementación de energías renovables como la eólica y la fotovoltáica. Es el caso de Eloy Sanz, doctor en Ingeniería Química y profesor de la Universidad Rey Juan Carlos I, quien considera que “las renovables aportaron el 57% de la electricidad el año pasado, por lo que tendríamos que al menos duplicar la potencia eólica y solar actual. Aparte de ello, la electricidad es solo una parte de la energía total consumida, por lo que habría que transformar todos esos usos en eléctricos que lógicamente tendrían que ser renovables”, afirma.

Según sus cálculos “conservadores” cree que hay que cuadruplicar el actual parque de generación renovable. “No sólo necesitamos todos los proyectos actualmente planteados, sino más. De los propuestos hay muchos que se denegará en la tramitación ambiental y de aquellos aprobados, muchos no llegarán a construirse”, añade.

Una vaca pasta frente a un grupo de aerogeneradores en el Parque eólico de O Fiouco, de la Serra do Xistral, en Lugo, Galicia.

No sólo necesitamos todos los proyectos actualmente planteados, sino más

Decir que España vive una burbuja de renovables es pernicioso”, asegura, por su parte, Raquel Paule, directora de Fundación Renovables. “Son una tecnología fiable y necesaria para descarbonizar nuestra economía, que, además, ofrece precios mucho más competitivos y nos permite destacar en Europa para atraer industria. No podemos permitir que los bulos y teorías sin fundamento que relacionan las renovables con la caída del sistema eléctrico sigan creciendo. Las renovables no suponen un problema para el sistema, como no lo suponen otras tecnologías”. 

Marcos Rupérez, profesor de OBS Business School sí considera que ha habido una burbuja en España con las renovables, pero en cuanto a su implementación sin ajustes del sistema eléctrico que las acoge. “Nos hemos centrado en las bonanzas y, al principio, esto aplica la regla de Pareto. Las primeras renovables que insertaron en la red eran muy fáciles porque la red entera mantenía la estabilidad, metimos renovables y entonces, conforme nos aproximamos a cada vez un porcentaje mayor de renovables, pues hay problemas de estabilidad y claro, hemos querido instalar, instalar me instalar porque era lo rentable, porque era la energía en principio más barata de instalar”

Según este profesor en la búsqueda de los beneficios nadie ha tenido en cuenta los inconvenientes de la tecnología. “Las renovables  generan inestabilidad en la red y por tanto hay que pagarlo. Claro, nadie quería pagarlo, todo el mundo quería solo instalar, instalar, instalar, instalar. El Estado no ha obligado a pagar esa estabilidad de red, el que no ha hecho los deberes es el Estado, es la red eléctrica. Los que lo han hecho los deberes son los que deberían haber obligado a que la instalación masiva de renovables tuviera unas condiciones de estabilidad de red”.

En este sentido señala a los mismos que se han apuntado el tanto político de energía limpia y barata. “No  han querido hacer los deberes, políticamente, porque eso habría ralentizado la velocidad a la que hemos crecido las renovables, porque lo habría hecho más caro. “En España siempre tendemos a la burbuja, en España siempre tendemos a hacer los deberes cuando la cosa peta”, concluye.