La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) entrará en el capital de Talgo a través de una ampliación de capital que le llevará a controlar el 7,8 % del capital (45 millones de euros) y suscribirá, además, una emisión de deuda por 30 millones de euros, con lo que su aportación total sumará los 75 millones.

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Talgo ha comunicado este miércoles a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) la "invitación" a SEPI a entrar en su recapitalización mediante esos dos instrumentos: la compra de los 10,58 millones de acciones (a 4,20 euros por título), que le permitirán controlar al cierre de la ampliación el 7,87 % del capital, y la suscripción de la emisión de obligaciones convertibles por 30 millones.

Adicionalmente, Talgo hará otra emisión de este tipo de bonos por 75 millones, que suscribirán inversores como Ekarpen (en el que participan el Gobierno vasco, Kutxabank, las diputaciones forales y Mondragón); el grupo Clerbil, del presidente de Sidenor, José Antonio Jainaga, y las fundaciones de las cajas BBK y Vital.

La entrada de SEPI en Talgo habrá de ser aprobada en el Consejo de Ministros, previsiblemente, el próximo martes 29 de julio. El junta extraordinaria de accionistas de Talgo -todavía sin fecha, porque la convocada para el próximo viernes es ordinaria para revalidar las cuentas de 2024- debe aprobar también estas operaciones, que permiten recapitalizar la compañía con 150 millones de euros, una condición exigida por la banca acreedora del fabricante, que acumula una deuda superior a los 400 millones de euros.

Vía libre para la entrada de Sidenor

El reforzamiento del capital allanará el camino para cerrar la operación de compra del 29,77 % de Talgo, actualmente en manos de la sociedad instrumental Pegaso (el fondo Trilantic y la familia Oriol) por parte del consorcio que encabeza Jainaga y del que forman parte también las fundaciones de las cajas BBK y Vital y el fondo público vasco Finkatuz.

El consorcio vasco ofrece comprar los títulos a 4,15 euros por acción (cinco céntimos menos que el precio de SEPI), a lo que se sumarían otros 0,65 euros ligados al cumplimiento de determinados objetivos financieros en 2027 y 2028. La acción cotiza esta mañana en torno a los 2,95 euros, con un descenso del 2,1 %.

Tras este cambio accionarial, Sidenor quedaría como el principal accionista, con casi el 29,8 %, Pegaso mantendría todavía algo más del 7,5 % y Torreal (de la familia Abelló e inicialmente también sindicada en Pegaso), el 5 %. Un 53,2 % del capital cotiza en Bolsa. La compra, cuyo preacuerdo se cerró el 14 de febrero pasado, estaba encallada, pendiente de la recapitalización exigida por la banca acreedora de Talgo que ahora se ha concretado.

Otro escollo importante en la negociación ha sido la multa impuesta por Renfe a Talgo por 116 millones de euros por el retraso de más de dos años en la entrega de los trenes Avril, que la constructora debió provisionar en sus cuentas de 2024 y le llevaron a pérdidas de 108 millones ese año. Renfe ofreció no ejecutar la multa hasta 2031 y fraccionarla hasta en siete años.

El desbloqueo de la financiación de Talgo se produce poco más de una semana después de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el lehendakari, Imanol Pradales, se reunieran en La Moncloa para, entre otros asuntos, "encauzar" -en palabras del dirigente vasco- la entrada de SEPI en la compañía de trenes.

La venta parcial de Talgo viene coleando desde hace más de un año: en la primavera de 2024 el grupo húngaro Magyar Wagon presentó una opa para hacerse con la compañía a cinco euros por acción, operación que en agosto de ese año fue vetada por el Gobierno por razones de seguridad nacional, que nunca aclaró, pero que relacionaban a los compradores con capital ruso.

Una vez que se produzca la entrada de Sidenor y sus socios -una opción que defendió desde un principio el ministro de Transportes, Óscar Puente, que en esta última fase ha cedido protagonismo en favor de la SEPI- distintas fuentes del sector apuntan la necesidad de buscar otro socio que aporte la capacidad industrial que le falta a Talgo para dar salida a su cartera de pedidos por más de 4.000 millones de euros.

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