El dato del IPC (Índice de Precios al Consumo) correspondiente a julio, que ha publicado el INE (Instituto Nacional de Estadística) este miércoles, ha reflejado un incremento interanual del 2,7% de la inflación, consolidando así el repunte veraniego de los precios que comenzó en junio. Ese mes, el índice subió hasta el 2,3%, rompiendo la tendencia que se había iniciado en febrero, cuando el IPC alcanzó el 3%. En los meses posteriores, los precios se habían ido moderando: 2,3% en marzo, 2,2% en abril y 2% en mayo, hasta que en junio se invirtió la tendencia.

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Al comparar el índice con el del mes anterior, se observa que los precios han aumentado cuatro décimas en julio. Y según señalaron desde Funcas a mediados de julio con el dato avanzado del IPC: "El resultado, tanto en el índice general como en el subyacente, ha sido superior a lo previsto, como consecuencia, sobre todo, de la desviación con respecto a lo esperado en los alimentos no elaborados, y, en menor medida, en los servicios y productos energéticos". Esto explica en gran parte por qué la inflación subyacente —que excluye los alimentos frescos y la energía— solo ha subido una décima respecto al mes previo, desde el 2,2% de junio hasta el 2,3% actual.

De hecho, según los datos de Eurostat, España se coloca en la quinta posición entre los países de la Unión Europea donde más se han encarecido los alimentos frescos desde junio del año pasado. Concretamente, un 8,4%, tan solo por detrás de Rumanía (11,7%), República Checa (9,6%), Bulgaria (8,9%) y Estonia (8,5%).

Entre los productos frescos a los que más ha impactado la inflación destacan: los huevos, que en julio de 2025 han sido un 18,3% más caros que en el mismo mes del año pasado; la carne de vacuno, con un incremento del 15,1%; las legumbres y hortalizas frescas (+8,4%) y las frutas frescas (+8,8%). La metodología del INE no permite desglosar más estas dos últimas categorías, pero un informe de la OCU publicado a finales de julio identificaba que el precio del limón se había incrementado un 62% en el último año; el de las peras conferencia, un 31%; el de la cebolla, un 29% y el del tomate de ensalada, un 22%.

Asimismo, también han sido significativos los avances que han experimentado los precios del chocolate y del café, un 21,6% y un 19,8% respectivamente más que el año pasado. No obstante, el incremento de los precios no será un repunte temporal. El Banco de España emitió a principios de mayo un informe por el que alertaba de que los precios continuarían alzándose en el medio plazo.

Entre las causas que esgrimía destacaban los "fenómenos meteorológicos extremos relacionados con el cambio climático", el incremento de los costes energéticos y la "implementación de políticas comerciales restrictivas sobre la explotación de determinados productos". A modo de ejemplo sobre este último aspecto, la autoridad bancaria ponía el ejemplo de que en el año 2022 cuando, ante el aumento de los precios de determinados alimentos, se incrementó el número de países que pusieron restricciones a las exportaciones de alimentos y fertilizantes con el objetivo de garantizar el suministro interno y frenar el crecimiento local de los precios, según lo notificó en 2023 la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Cambios fiscales en alimentación, electricidad y transporte

Asimismo, desde el 1 de enero del presente año, los alimentos básicos regresaron a sus tipos de IVA ordinarios, poniendo fin a dos años de rebajas fiscales implementadas para mitigar el impacto de la inflación derivada de la guerra de Ucrania. De esta forma, alimentos como el aceite de oliva, el pan, la leche, los huevos, el queso, la fruta, la verdura, las legumbres y los cereales han pasado del 2% reducido al 4% habitual. También los aceites de semillas y la pasta han visto incrementarse su tipo, al volver del 7,5% al 10%.

Además, los cambios fiscales alcanzaron al sector energético. El IVA de la electricidad volvió al 21%, frente al 10% que se aplicaba hasta finales de 2024. Y desde el 1 de julio, el descuento en las tarifas de los títulos multiviaje del transporte público se rebajó del 50% al 40%. En este sentido, el incremento en el precio de los transportes combinados, es decir, de los bonometros, se ha encarecido un 26,8% sólo en el mes de julio.

Por su parte, la electricidad ha aumentado un 17,3% respecto al año anterior y solo entre enero y julio, lo ha hecho un 9,5%. En el acumulado anual, este incremento supone que el precio de la electricidad es un 48,5% más alto que en julio de 2019. Los motivos principales de este encarecimiento para el presente ejercicio responden a la llegada del verano (más uso de aire acondicionado y la recepción de turistas que elevan el consumo agregado) y al nuevo "mix energético" con el que está operando Red Eléctrica tras el apagón del 28 de abril, que supone recurrir más a centrales de ciclo combinado y menos a las renovables.

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