En 2025 las empresas de moda en el parqué han sido, sin ninguna duda, las del sector de la defensa. El contexto geopolítico, marcado por la desconfianza de la UE hacia Estados Unidos y la decisión de reactivar la economía armamentística europea para ganar soberanía, ha jugado a su favor, y les ha llevado a experimentar enormes subidas en muy poco tiempo.

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Desde comienzos de año, el STOXX Europe Total Market Aerospace & Defense -el índice bursátil de referencia para las compañías europeas de los sectores aeroespacial y de defensa- ha avanzado en torno a un 55%. Una cifra que, de acuerdo con Javier Hombria, profesor del Máster en Bolsa y Mercados Financieros del Instituto de Estudios Bursátiles, refleja la expectativa de que Europa, tras décadas de contención presupuestaria, ha iniciado "un ciclo estructural de inversión en capacidades militares".

Hombria repasa varios casos de empresas que han registrado "alzas sin precedentes" en los últimos meses. Empezando por la alemana Rheinmetall (que ha subido un 170%), y siguiendo por la española Indra (98%), la italiana Leonardo (85%), la francesa Thales (65%) o la británica BAE Systems (53%). Un crecimiento transversal, que se ha dejado notar en firmas de múltiples países del continente, y que lleva al experto a considerar que "el sector de defensa europeo atraviesa un momento extraordinario tanto en los mercados financieros como en la agenda política de los gobiernos".

No obstante, la trayectoria de algunas de estas empresas ha cambiado en las últimas semanas, en las que varias de ellas han sufrido leves caídas que han interrumpido un rally que hasta ahora no se había frenado. Poniendo de ejemplo las mencionadas en el último párrafo, en el último mes Rheinmetall ha caído un 2%, Indra un 5%, Thales un 1% y BAE Systems otro 2%. Solo Leonardo (+5%) ha aguantado el tirón. No son cifras preocupantes, teniendo en cuenta la evolución que han tenido a lo largo de todo el año. Pero sí ha sido un cambio de tendencia.

Hay dos razones principales que explican estas caídas. Por un lado, las revalorizaciones tan grandes y rápidas suelen acabar provocando correcciones en bolsa, que son prácticamente inevitables. Y por otro, como relata Gustavo Martínez, profesor de Finanzas de la Universidad Francisco Marroquín y analista de mercados, las recientes negociaciones de paz -como las que ha liderado Donald Trump en el contexto de la guerra de Ucrania- han generado caídas (Rheinmetall -4%, Leonardo -7%) y han incrementando la volatilidad.

Perspectivas de las empresas de defensa para el futuro

Martínez cree que las perspectivas de crecimiento a largo plazo de estas empresas son sólidas, con un ritmo proyectado del 5-10% anual. Pero a corto plazo, apunta, podrían moderarse al 2-5% por riesgos de alto el fuego y un mejor escenario de paz. En ese sentido, asegura que el incremento del gasto militar en Europa se prevé que crezca a un ritmo de 6,8% anual hasta 2035.

Para Martínez, las compañías del sector con mejores perspectivas son Rheinmetall (potencial +7,1%, gracias a los vehículos blindados), Leonardo (+10,1%, tecnología dual) e Indra (drones, ciberdefensa). Por contra, las que peores perspectivas tienen son la sueca Saab (-21% potencial, sobrevalorada) y la británica Rolls-Royce (-5,5%, agotamiento técnico). 

Hombria, por su parte, destaca que los múltiplos de beneficio y de flujo de caja en empresas como Rheinmetall o Saab se han duplicado respecto a los niveles históricos previos a la guerra de Ucrania. Y detalla que el consenso de analistas mantiene un sesgo positivo, con revisiones al alza de beneficios y recomendación de sobreponderar en la mayoría de casas de inversión. El argumento central es que el gasto en defensa dejará de ser coyuntural para convertirse en una prioridad estructural en Europa.

En esa línea, recuerda que los gobiernos europeos están negociando incrementos de gasto militar, lo que apunta a una reestructuración industrial: más inversión en producción nacional, reducción de la dependencia de suministros externos y un sector industrial más ágil y competitivo. "La gran incógnita reside en si todo el incremento del gasto se canalizará a empresas europeas", valora Hombria, que detalla que Estados Unidos, con gigantes como Lockheed Martin, Raytheon, General Dynamics o Northrop Grumman, compite directamente con la industria europea.

"Aviones de combate (F-35 frente al Eurofighter o el futuro FCAS), helicópteros, sistemas de defensa aérea (Patriot vs. SAMP/T) o misiles (Javelin frente a Spike europeo) son ejemplos de rivalidad tecnológica y comercial. La administración Trump ha ido más allá: ha hablado abiertamente de adquirir participaciones en compañías estratégicas, como ya se hizo con Intel en el ámbito de los semiconductores, para blindar su control nacional sobre la industria de defensa", ilustra el analista.

Esto, para él, plantea un doble interrogante: primero, si habrá un aumento generalizado del gasto en defensa en toda Europa —algunos gobiernos, como el español, mantienen reticencias y han evitado compromisos firmes—, y segundo, si existirá "mercado para todos". "El riesgo es que el impulso europeo se fragmente en compras bilaterales a proveedores estadounidenses, limitando la escala industrial de las compañías europeas", afirma. "El verdadero desafío a medio plazo será si logra consolidar una base industrial propia, capaz de competir con la oferta estadounidense en un mercado global cada vez más disputado. Esa tensión marcará el valor real de las actuales expectativas", zanja.



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