En pleno vuelo camino a París, el Falcon que transportaba a Pedro Sánchez este jueves tuvo que dar media vuelta y regresar a la base aérea de Torrejón. Moncloa justificó la maniobra alegando que era por motivos de seguridad, después de que la aeronave sufriera una avería. Algo que provocó que Sánchez tuviera que conectarse por videollamada a una reunión en la que sí estuvieron de manera presencial los principales líderes europeos, que discutieron sobre el posible alto el fuego entre Rusia y Ucrania.

No es la primera vez que el Falcon sufre problemas de este tipo. En 2019, el avión sufrió una despresurización en pleno vuelo que provocó que Sánchez tuviera que cancelar una visita a Murcia. En marzo de 2023, otra aeronave necesitó varios días de reparación en Barcelona por una avería. Un año después, en marzo de 2024, sucedió probablemente el incidente más grave, cuando un Falcon con Sánchez y su familia a bordo sufrió una despresurización de camino hacia Doñana y tuvo que descender de emergencia y retornar a Torrejón. En junio de ese mismo año, otro forzó la cancelación de un vuelo a Bruselas para recoger al presidente, recurriendo a una aeronave de respaldo.

Moncloa no suele dar detalles exhaustivos sobre los problemas de los Falcon, limitándose normalmente a dar explicaciones genéricas, en las que habla de "problemas técnicos" o "averías" pero sin precisar la causa concreta. Lo cierto es que las aeronaves están sometidas a los controles más estrictos, como no puede ser de otra manera al ser un medio de transporte habitual para los miembros de la Casa Real y del Gobierno. Pero también es justo decir que se trata de una flota envejecida.

España adquirió sus dos primeros Falcon en 1988 bajo el mando de Felipe González. Las otras tres unidades, de segunda mano, se compraron en 2003 por iniciativa del Ejecutivo de José María Aznar. Lo que significa que tienen unos 35 años de vida, de media.

Sin embargo, no parece que esté sobre la mesa un plan de renovación de los Falcon por parte del Gobierno. "Llevo más de tres décadas viajando en estos aviones en sus diferentes configuraciones (transporte de tropas, medicalizado para transporte de heridos, viajes presidenciales, viajes de ministros, viajes de la casa del Rey...). He sufrido averías en ellos que nos han obligado a permanecer en países lejanos más de cinco días a la espera de repuestos", comentaba en un mensaje de X el periodista Miguel de la Fuente, ex de RTVE. "Creo que ya ha llegado la hora", cerraba diciendo.

Los planes enterrados para renovar los Falcon

Los Falcon 900, fabricados por la compañía francesa Dassault Aviation, tienen una capacidad máxima de 19 pasajeros. Cuentan con un peso vacío de 10.455 Kg (que como máximo al despegue puede llegar a los 20.640 Kg), una envergadura de 19,33 metros, una longitud de 20,21 metros y una altura de 7,55 m.

Su velocidad de crucero es de 927 Km/h, aunque pueden llegar a alcanzar los 1.074 Km/h. La altitud máxima a la que pueden volar es de 11.885 m, y tienen una autonomía de 6.115 Km gracias a sus tres motores Garret TFE731-5AR-1C, con un empuje de 4.750 libras-fuerza cada uno.

El Gobierno de Sánchez llegó a plantearse seriamente la renovación de la flota de los Falcon, como muestra un informe de la Subdirección General de Contratación de la Dirección General de Asuntos Económicos, dependiente del Ministerio de Defensa, que cifraba en 600 millones de euros la cantidad necesaria para acometer la compra de cinco aeronaves, a lo que había que sumar otros 207 millones extra en conceptos como infraestructuras, sostenimiento de la operatividad, revisiones y combustible para una previsión de vida útil de 30 años.

El documento, publicado por OkDiario en febrero de 2024, recibió una rápida contestación por parte del Gobierno, que aseguró que "en ningún caso se va a adquirir, ni entra dentro de las prioridades del Ministerio de Defensa, la sustitución del avión T-18". "El citado informe se emitió a petición del jefe del Estado Mayor de la Defensa que, en el ámbito del Estado Mayor y bajo su responsabilidad, entendió que podía resultar prioritaria la sustitución de dichos aviones, lo cual, como ya se ha expuesto, no es compartido por el Ministerio de Defensa", zanjaban desde el departamento de Margarita Robles.

De esta forma, Moncloa rechazaba de pleno la renovación de los Falcon, algo que previamente también estudió y descartó el Gobierno de Mariano Rajoy. La razón, según informó por entonces Infobae España, es que el Ejecutivo se escudaba diciendo que "ni política ni mediáticamente es el momento".

Lo cierto es que el uso que le han dado Sánchez y los ministros al Falcon ha sido muy criticado por la oposición, que reprocha la utilización excesiva o poco justificada de esta flota VIP oficial, acusándolos de lujo y despilfarro con fondos públicos y llegando a presentar peticiones de información ante el Congreso para conocer el uso que se le está dando a las aeronaves. Otras voces, como suele ser habitual en estos casos, también han señalado elevado coste económico y el impacto medioambiental de estos vuelos.

El asunto escaló tanto que en 2021 surgió una web, llamada Falcon Despega, destinada únicamente a "auditar y documentar de forma visual y políticamente neutral los vuelos realizados, tanto en tiempo real como de forma histórica, por nueve aeronaves (5 Falcon 900, 2 Airbus A-310 y 2 Airbus A-330) pertenecientes al Grupo 45 de las Fuerzas Aéreas, ofreciendo gracias a ello una mayor transparencia en el uso de las mismas". Aún hoy en día, la página permite consultar todos los detalles de todos los viajes que realizan las aeronaves.

Moncloa siempre se ha justificado diciendo que los vuelos de Sánchez y su cúpula en el Falcon, sean oficiales o no, responden a criterios de seguridad y están dentro de la normativa. Pero saben que la hipotética decisión de renovar estos aviones -inversión millonaria mediante- sería altamente polémica y por ello prefieren seguir estirando su vida útil a pesar de las averías.