Es, de algún modo, el certificado oficial de la fecha de defunción. El día en el que la era nuclear en España deberá morir: 17 de noviembre de 2035. Sucederá en Gudalajara, en la localidad de Trillo, donde se ubica la que será la última central nuclear en estar operativa en nuestro país. Es, al menos, lo previsto en el calendario de cierre del Plan Nacional Integral de Energía y Clima (CNIEC) que por el momento sigue plenamente vigente. La central de Trillo es la última que recibirá una autorización de explotación como la que recientemente le ha otorgado el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN).

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En julio, el pleno decidió que la instalación que lleva operativa 37 años reunía las condiciones necesarias para seguir funcionando al menos una década más. Según los planes previstos por el Gobierno, será la última prórroga que se concederá en España a una instalación nuclear. Aún queda margen para que el cronograma antinuclear pueda revertirse y los planes de final nuclear acordados en 2019 entre el Ejecutivo y las compañías energéticas se reconsideren.

Antes que Trillo las renovaciones de las autorizaciones fueron las de Ascó I y II y Cofrentes, en el año 2021, -también por una década-, y un año antes recibieron el mismo aval las instalaciones nucleares de Almaraz I y II y la de Valdellós. Ahora, el CSN ha revelado al hacer público su informe de actividad del año 2024 el visto bueno otorgado a Trillo para que siga operando diez años más.

Cuando la última de las prórrogas termine, España habrá dejado atrás casi medio siglo de producción nuclear. Si las previsiones hoy vigentes se cumplen, será el final de una apuesta energética que se inició antes de los años 80 pero de cuya época hoy permanecen operativos cinco centrales y siete reactores. La de Almaraz I es la más antigua -1983- y la primera llamada a ser clausurada en noviembre de 2027. Después llegará el turno de su segundo reactor, que deberá dejar de funcionar el 31 de octubre de 2028. La localidad tarraconense de Ascó será la siguiente en apagar sus infraestructuras nucleares: 2 de octubre de 2030 su primer reactor y justo un año después, el segundo. Apenas dos meses después, en Valencia, deberá desconectarse el reactor de la central de Cofrentes. Valdellós II y Trillo completarán el proceso de cierre en 2035.

Centrales seguras

El informe del Consejo de Seguridad Nuclear que la institución remitió ayer al Congreso y Senado, además de confirmar la prórroga por una década a Trillo, también constata que se ha empezado a dar nuevos pasos para el proceso de desmantelamiento. El organismo ha autorizado la construcción y montaje de una plataforma de almacenamiento definitivo de residuos radiactivos de baja y media intensidad en El Cabril (Córdoba). Además, ha autorizado a las centrales de Ascó y Valdellós II a construir almacenes temporales individualizados donde depositar sus restos radiactivos.

El informe del CSN revela que prácticamente todas las centrales produjeron niveles similares de energía nuclear el año pasado, entre los 7.916 GWh de Cofrentes y los 6.933 GWh de Ascó. El indicador de las horas acopladas a la red en cada caso también se movió en una horquilla similar, con 8.031 horas en el caso de Cofrentes y 7.237 horas en el de Ascó I.

En términos generales, la red nuclear española goza de buena salud, según el informe. El CSN considera que el año pasado “todas las instalaciones nucleares y radiactivas funcionaron de forma segura y que los indicadores de vigilancia sobre su impacto en la población y el entorno fueron adecuados, sin que se produjeran situaciones de riesgo.

Lo que sí detalla son algunas incidencias registradas a lo largo del año pasado en las centrales y que se tradujeron en la notificación de 36 sucesos. De entre todos ellos, seis casos derivaron en apercibimientos (Ascó y Valdellós II) y en dos casos en expedientes sancionadores (Almaraz y Ascó).       

5.700 toneladas de uranio almacenadas

Actualmente en España además de las cinco centrales operativas otras dos se encuentran en fase de desmantelamiento. Se trata de las centrales de Santa María de Garoña (Burgos) y José Cabrera. A ellas se añade el caso de Valdellós I, cuya explotación ya cesó.  

El informe también revela el volumen de los residuos radiactivos generados el pasado año y que se suman a los ya almacenados en las centrales y otras instalaciones. A excepción de los residuos que corresponden a Valdellós I, que se almacenan en Francia, el resto de residuos se almacenan en las piscinas de las centrales y en los Almacenes Temporales Individualizados (ATI) con los que cuentan las centrales de Trillo, José Cabrera, Ascó, Almaraz y Cofrentes.

A 31 de diciembre de 2024 el número total de elementos de combustible gastados almacenados en las centrales era de 17.986. De todos ellos, la gran mayoría, 13.977, se guardan en las piscinas de las centrales y en ellos se contienen 4.302 toneladas de uranio. En los contenedores ATI se almacenan 4.008 elementos de combustible que suman otras 1.410 toneladas de uranio.

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