La fase de expansión que atraviesa la economía española ha permitido al ministerio liderado por María Jesús Montero encadenar en los últimos años cifras históricas vía ingresos tributarios. Sin embargo, la recaudación del Impuesto de Sociedades se ha desplomado un 44,1% en el mes de julio del presente ejercicio, desde los 959 millones que se embolsó Hacienda en julio de 2024 hasta los 536 millones actuales. Esta caída ha supuesto que entre enero y julio, la recaudación total de Sucesiones se haya reducido un 7,5%. Un descenso que se traduce en 404 millones menos, desde los 5.354 millones de 2024 hasta los 4.950 millones de 2025, de acuerdo con el informe mensual de julio de la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE).

PUBLICIDAD

Hasta mayo, la recaudación acumulada por el Impuesto de Sociedades alcanzaba el crecimiento a dos dígitos, un 11,7% más que en 2024. Sin embargo, en junio, el acumulado se redujo hasta el 0,4%; un saldo positivo todavía, pero que ya mostraba una caída significativa. Finalmente, en julio, la variación interanual se ha vuelto negativa, situándose en el -7,5%.

Desde Hacienda han señalado que esta circunstancia se debe "al adelanto al mes de julio de las primeras devoluciones de la declaración de 2024 presentadas a final de mes". De acuerdo con la información suministrada por la AEAT, el importe devuelto ha sido de 440 millones. Además, hay que tener en cuenta el efecto de las Bases Imponibles Negativas (BINs). Es decir, las pérdidas de ejercicios anteriores que las empresas pueden usar para pagar menos impuestos cuando vuelven a tener beneficios. En 2016, el Gobierno limitó cuánto se podía compensar.

El entonces ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, justificó la medida como una herramienta “urgente y extraordinaria” para consolidar las finanzas públicas y garantizar el cumplimiento de los objetivos de déficit marcados por Bruselas. Sin embargo, en enero de 2024, el Tribunal Constitucional declaró esos límites inconstitucionales y nulos, lo que ha obligado a Hacienda a devolver a las compañías lo que habían pagado de más en años anteriores. En concreto, a finales de 2024 ya se registró contablemente un gasto de 462 millones de euros por devoluciones pendientes. No obstante, ese dinero se ha devuelto efectivamente en 2025, lo que ha reducido los ingresos de caja de este ejercicio en esa misma cuantía.

Tasa Google

Otro revés se ha producido en el Impuesto sobre determinados Servicios Digitales, más conocido como 'tasa Google'. El impuesto que grava los ingresos de las grandes compañías tecnológicas que operan en España ha recaudado un 4,5% menos que en 2024. En términos absolutos, representan 10 millones menos, desde los 222 millones alcanzados entre enero y julio de 2024 hasta los 212 millones actuales. El retroceso confirma la debilidad estructural de un impuesto que nunca ha llegado a cumplir las previsiones iniciales del Gobierno. A cierre de 2024, la tasa Google aportó al fisco 375 millones. Aunque representaron un 25% más que en el ejercicio de 2023, se trata de una cifra muy alejada de los 1.000 millones que preveía recaudar la Agencia Tributaria anualmente.

Aunque José María Rotellar, director del Observatorio Económico de la Universidad Francisco de Vitoria, advierte de que para identificar las causas concretas de la caída sería necesario un análisis pormenorizado —del entramado societario, el domicilio fiscal de las compañías y posibles cambios antes y después de la implantación del impuesto—, subraya que este tipo de tributos “espantan la inversión, el empleo y, como se está viendo, la recaudación”.

La tasa Google, en vigor desde 2021, grava con un 3% los ingresos de publicidad en línea, intermediación digital y transmisión de datos de multinacionales con más de 750 millones de facturación global y al menos 3 millones generados en España. Diseñada con gigantes como Google en mente —aunque también afecta a Amazon o Microsoft—, no solo ha suscitado debate interno, sino que también se ha convertido en un punto de fricción con Estados Unidos. En la reunión bilateral celebrada en abril en Washington, Donald Trump trasladó al Gobierno español que considera la tasa un castigo a las multinacionales estadounidenses y reclamó su eliminación, reforzando así la presión sobre un impuesto que ya en España muestra signos de debilidad recaudatoria.

IRPF e IVA sostienen el récord

Por su parte, el grueso de los tributos directos e indirectos han mantenido su tono expansivo. En total, se han recaudado 180.841 millones hasta julio, con un incremento del 11,0% respecto al mismo periodo de 2024, donde la cifra fue de 162.892 millones.

El IRPF sigue siendo el motor de la recaudación, con 91.218 millones, un 12,5% más que en 2024, impulsado por las retenciones de salarios y pensiones y por el resultado de la última campaña de renta. También destacan los ingresos del IVA, que avanzan un 8,5%, hasta los 62.845 millones, gracias en parte a la recuperación de los tipos originales en alimentación y energía. Mientras que los Impuestos Especiales crecen un 6,2%, con repuntes en electricidad, tabaco e hidrocarburos.

En esta línea, el dinamismo se extiende a otras figuras menores. El Impuesto sobre Transacciones Financieras ingresa 197 millones, un 28,8% más que en 2024, y el recién estrenado gravamen sobre los líquidos para cigarrillos electrónicos ya suma 10 millones desde abril. En cambio, los gravámenes temporales pierden peso, el energético y el aplicado a la banca apenas dejan 46 millones frente a los más de 1.300 millones de un año antes, al no estar vigentes en este ejercicio.

PUBLICIDAD