La prima de la opa del BBVA sobre Sabadell comienza a retroceder en el terreno negativo recorrido en los últimos meses. La diferencia entre lo que recibirían los accionistas del banco catalán con la oferta del vasco por sus acciones y lo que conseguirían a precios de mercado es una de las grandes claves de la operación y uno de los principales argumentos de la entidad de Josep Oliu para recomendar a sus accionistas que no vendan.

La compañía de Carlos Torres estaba dispuesta a pagar un 40% más de lo que valían las acciones antes de que se filtraran las conversaciones en mayo de 2024. Pero con la revalorización en bolsa del banco catalán durante estos meses, esa prima se ha ido reduciendo gradualmente hasta quedar en terreno negativo. Sin embargo, la tendencia se está revirtiendo durante la recta final de la opa. Si llegó a marcar hasta un -14%, este martes se quedó en un -6,68% tras cerrar el Sabadell la sesión en bolsa un 2,54% a la baja frente a la caída del 1,1% de BBVA.

En la sede de La Vela reina la tesis de que esa tendencia se prolongará en el tiempo durante el plazo que resta para el desenlace final de la opa el próximo 7 de octubre. La oferta de BBVA consiste en entregar una acción nueva de BBVA más 0,70 euros en efectivo por cada 5,5483 acciones de Sabadell. Fuentes del entorno del banco consideran que esa mejora reafirma sus expectativas de que la opa triunfe y consigan atraer a más de un 50% del capital social del Sabadell.

Ese fue un requisito autoimpuesto por el BBVA para seguir adelante con la operación. Y la voluntad transmitida por el propio Torres en los últimos días es no renunciar a ello. Sin embargo, en la actualización del folleto aprobado hace unos días por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), se contempla la posibilidad de que el BBVA se haga inicialmente con el 30%. Un extremo que, según el banco, se incluyó a petición de la SEC -el supervisor estadounidense- y no porque haya voluntad de hacerlo así.

Para seguir adelante si llegase este escenario, BBVA tendría que lanzar una nueva opa por el resto de las acciones a un precio que tendría que ser igual o mayor que la opa actual y con la opción de ser plenamente en efectivo.

El mercado, por su parte, sigue esperando una mejora de precio por parte del banco al que la agencia de calificación Standard & Poor’s (S&P) elevó este martes su rating en un escalón, desde A hasta A+ con perspectiva estable. Pero el tiempo se agota. El banco vasco tiene liquidez para elevar su oferta, pero Torres ha dicho por activa y por pasiva que "es la que es" y que ya es suficientemente interesante para los accionistas del Sabadell. La clave está en atraer a un número suficiente -entre particulares e institucionales-.

De entre los primeros, quienes tengan menos acciones, podrían inclinarse por no vender ante las promesas de la actual dirección del banco catalán sobre el futuro del proyecto en solitario. La cúpula que encabeza César González-Bueno se ha empleado a fondo en recordar no solo que los accionistas perderían teóricamente dinero con el canje, sino que la operación no es fiscalmente neutra debido a que el abono en metálico supera el límite del 10% del valor nominal de los títulos de BBVA. Así, los accionistas que se pasen al BBVA tendrán que pagar impuestos.

Asimismo, desde la entidad vallesana cuestionan los números ofrecidos por BBVA sobre los ahorros por las potenciales sinergias. Además, el propio Oliu ha dicho en una entrevista en la televisión pública catalana TV3 que, según sus datos, los accionistas que han aceptado el canje "aún no llenan los dedos de una mano". En el BBVA cuentan con que una buen parte de accionistas podría esperar hasta los últimos compases del plazo, para el que también puede solicitar una prórroga.

El consejo de la entidad emitió un informe preceptivo hace unos días en el que recomendaba a sus accionistas no vender porque la oferta de BBVA infravalora "muy significativamente el proyecto de Banco Sabadell y sus perspectivas de generación de rendimientos para el accionista en solitario".