La Armada formalizó este verano varios contratos para el mantenimiento de ametralladoras con tecnología israelí como las que lleva a bordo el patrullero que asistirá a la flotilla de Gaza. El propio Pedro Sánchez anunció desde Nueva York que el Gobierno iba a enviar este jueves un buque desde el arsenal militar de Cartagena para auxiliar al grupo de barcos que transporta ayuda humanitaria.

El Gobierno defiende que las Fuerzas Armadas han completado la "desconexión" de la tecnología israelí. Pero el buque de acción marítima (BAM) 'Furor' elegido para esta misión exterior precisamente está equipado con dos ametralladoras MK-38 Mod.2 de 25 mm., desarrolladas por la compañía británica BAE Systems y la israelí Rafael Advanced Defense Systems.

La dirección de Gestión Económica de la Jefatura de Apoyo Logístico de la Armada aprobó en julio dos contratos de mantenimiento para este tipo de armas por valor de 105.124 euros y 170.000 euros. Además, formalizó otros dos el 12 de agosto por 300.000 euros y 30.000 euros; y otro adicional el día 22 de ese mes por 24.000 euros. El 9 de mayo había hecho lo propio con otro contrato por 170.000 euros más, según ha comprobado El Independiente a través del Portal de Contratación del Estado.

La empresa adjudicataria de todos los contratos es la gaditana Fluidmecánica Sur S.L, con sede en Chiclana de la Frontera. Entre todos suman un valor conjunto de 799.124 euros y están basados en un Acuerdo Marco para el "Apoyo Técnico al sostenimiento del cañón MK-38 y equipos asociados". Este fue aprobado en 2024 por un importe máximo de 1,22 millones de euros bajo el concepto de "Servicios de reparación y mantenimiento de armas de fuego y munición".

La memoria justificativa del mismo señala que "en los últimos doce años la Armada ha necesitado contratar el servicio de mantenimiento integral (preventivo, correctivo y reparaciones incidentales) de los cañones MK-38 MOD. 2A, instalados en la Fragata F-105 'Cristóbal Colón' y en los Buques de Acción Marítima (BAM)".

La preparación a contrarreloj del Furor

El anuncio de Sánchez ha puesto en marcha la maquinaria militar para trabajar contrarreloj. Entre las funciones asignadas al Furor está la de asistir a la flotilla de barcos que navega rumbo a Gaza y realizar algún rescate si fuera necesario. Desde la Armada remarcan que la misión del Furor será "asistir" a la flotilla, pero evitan dar detalles concretos del despliegue o la duración de la misma. Eso sí, remarcan que se ha trabajado a toda prisa para que barco zarpase este mismo jueves con los víveres, combustibles y personal necesario a bordo.

El Furor (o P-46) es el último de los seis BAM construidos por la empresa pública Navantia. Con 93,90 metros de eslora, 14,2 de manga y una velocidad máxima de 22 nudos, es el más moderno de la flota. Tiene capacidad para 51 personas. Además de las citadas ametralladoras, dispone de un cañón Oto Melara de 3 pulgadas (76 mm)/62. También cuenta con una plataforma con capacidad de operar un helicóptero e incorpora un vehículo aéreo no tripulado con propulsión a través de energía solar para vigilancia, seguimiento, detección e identificación.

El Consejo de Ministros autorizó precisamente la semana pasada la construcción de dos nuevos BAM por un importe de más de 716 millones de euros. Los trabajos, que llevará a cabo Navantia en Cádiz, permitirán que la Armada cuente con ocho buques de este tipo. A los seis ya operativos se sumarán dos más con características nuevas como capacidad de autodefensa y antisubmarina.

De momento, el Gobierno de España está tratando por todos los medios de cortar relaciones militares con el Estado hebreo. Por un lado ha vetado la venta de armas españolas y ha cancelado los contratos armamentísticos que las Fuerzas Armadas tenían con Israel. Pero también ha llegado a extender ese 'veto' algunos contratos de mantenimiento de sistemas de armas con tecnología israelí.

Fuentes tanto del Ministerio de Defensa que dirige Margarita Robles como de la Armada han declinado pronunciarse sobre los planes para los contratos de mantenimiento de los caños de los Buques de Acción Marítima. Tampoco sobre una hipotética sustitución del actual material con el que cuentan a bordo.

España decidió comenzar a fabricar los BAM para modernizar los medios del Mando de las Unidades de la Fuerza de Acción Marítima, que comenzaban a quedarse obsoletos. La decisión fue apostar por un patrullero pequeño, especializado en la vigilancia y la seguridad, pero con una gran versatilidad. Algo que les ha permitido participar en misiones de todo tipo desde que comenzaron a utilizarse en 2011.

Las misiones principales de los BAM incluyen la protección y escolta de otros buques, el control del tráfico marítimo o la neutralización de acciones terroristas y de piratería. Aunque también están preparados para llevar a cabo operaciones contra el narcotráfico y el tráfico de personas, misiones de rescate y salvamento marítimo, y brindar apoyo en situaciones de crisis y ayuda humanitaria, así como en misiones de control del cumplimiento de la legislación pesquera y medioambiental.

La capacidad de los BAM de participar, como indican algunas fuentes, en "misiones secundarias" ha hecho que algunos se desplieguen a lo largo de la costa occidental de África, aunque normalmente han estado centrados en patrullar las aguas de Canarias, el Mediterráneo y el Cantábrico. Para Navantia, los BAM fueron diseñados como uno de sus "productos estrella" junto a las fragatas F-110, los submarinos S-80 y los buques de proyección estratégica como el Juan Carlos I.

En comparación con las fragatas, los BAM son menos potentes, tienen un armamento más limitado y son más lentos, aunque también más baratos. En una misión como la de escoltar a la flotilla, el Gobierno habrá tenido en cuenta que el envío de una fragata podría percibirse desde el Ejecutivo de Benjamin Netanyahu como una provocación, por lo que han decidido apostar por el Furor.

Israel, de hecho, ha afirmado este mismo jueves que el envío de barcos militares por parte de España e Italia para escoltar a los barcos de la Global Sumud Flotilla no supone en principio "ningún problema", ya que supuestamente se limitarían a intervenir en caso de que fuese necesaria una "misión de rescate".

Ahora bien, desde el Ejecutivo de Netanyahu sostienen que al menos siete de los responsables de la Global Sumud Flotilla tienen algún tipo de relación con "organizaciones terroristas". Y aunque no han querido comentar nada sobre una hipotética confrontación o a cómo podrían actuar buques oficiales en caso de una acción israelí sobre la flotilla, sí han insistido en que Israel se reserva el derecho a "impedir que los barcos entren en una zona de combate peligrosa" y rompan el bloqueo impuesto por tierra y mar a la Franja de Gaza.