El Gobierno refuerza los arsenales. El incremento del gasto militar es una constante en los últimos meses tras el acuerdo de los países de la OTAN de elevar las partidas destinadas a defensa. El presidente estadounidense Donald Trump ha llegado a sugerir esta semana que España debería ser expulsada de la Alianza Atlántica por su negativa a llegar al 5% del PIB. Pero las referencias de los últimos Consejos de Ministros recogen numerosos y millonarios acuerdos para la compra de armamento y otro material militar. Solo en reponer munición, el Gobierno ha autorizado desde el mes de agosto el gasto de 428 millones de euros.

El 26 de agosto, el Consejo de Ministros aprobó un acuerdo marco de cuatro años para la compra de munición del calibre 105 milímetros (contra carro) por importe de 86,06 millones de euros. El armamento irá destinado a equipar a los vehículos de reconocimiento Centauro del que disponen las unidades de Caballería. Está equipado con un arma con cañón de ese calibre que emplea diferentes tipos de munición como rompedoras, de flecha o de ejercicio. Defensa argumenta que el acuerdo es necesario para los ejercicios tácticos del Ejército de Tierra y para mantener la operatividad de las unidades y que España pueda cumplir los compromisos internacionales adquiridos".

Ese mismo día, el Consejo de Ministros dio luz verde a otro acuerdo para comprar munición 30×173 mm, destinada a equipar a los nuevos blindados del Ejército, los VCR 8×8 Dragón. El importe estimado es de 83,47 millones y tiene una duración de cuatro años, prorrogable a otros dos. Con él se comprará munición tanto de ejercicio como de guerra con diferentes efectos balísticos, con el objetivo de "garantizar la instrucción y adiestramiento de las unidades de maniobra del Ejército de Tierra y la Armada previo a los posibles despliegues en los diferentes teatros de operaciones".

Por otro lado, el Gobierno aprobó el 30 de septiembre a instancias del ministerio de Margarita Robles otros dos Acuerdos marco para el suministro de munición de cartuchería de diferentes calibres. Por un lado, dio luz verde a uno para adquirir munición de 5,56×45 mm por un importe estimado de 125,2 millones y otro para munición de calibre 9×19 mm, por valor de 13,64 millones. Ambos tienen una duración de cuatro años, extensibles por otros dos.

La munición se destinará a las unidades de las Fuerzas Armadas que tienen en dotación armas que usan balas de ese calibre con diferentes configuraciones y efectos (cartuchos ordinarios, trazadores, de fogueo…). "Estas armas son empleadas en la realización de ejercicios tácticos en territorio nacional, durante la fase de preparación para la proyección de Fuerzas, y en las diferentes zonas de operaciones donde las Fuerzas Armadas tienen desplegados contingentes, lo que conlleva un consumo continuo recurrente cada año", argumenta el Gobierno.

Además, el Ejecutivo justifica que "es necesario mantener una reserva de munición de Fuerza Conjunta además de las propias de los Ejércitos y Armada, al mismo tiempo que se mantiene unos niveles en almacén que permitan la instrucción de las unidades recogidas en los diferentes Planes de Instrucción en vigor".

"Consumo continuo recurrente"

El último Acuerdo fue sellado en la reunión del Consejo de Ministros del pasado martes. Este recoge otra autorización para adquirir munición calibre 12,70×99 mm por un valor estimado de 119,78 millones con una duración de cuatro años y posible prórroga de dos más. El Gobierno justifica sobre estas últimas que sirven para armas empleadas en la realización de ejercicios tácticos en territorio nacional y en el extranjero donde las FFAA tienen desplegados contingentes. Esto, dice el Gobierno "conlleva un consumo continuo recurrente cada año y una reposición constante". Por otra parte, añade, "es necesario contar con una reserva de munición para reponer anualmente los consumos, con el fin de mantener el stock y dotaciones, así como los niveles exigidos para su empleo en la propia Zona de Operaciones".

En 2022, el Gobierno ya autorizó gastos por 114,16 millones de euros, destinados principalmente a la compra de proyectiles de artillería de 155 mm y munición para blindados y carros de combate. En 2023 impulsó una renovación más amplia de la munición de campaña y mortero, con acuerdos por 693,88 millones de euros, que incluyeron la fabricación y suministro de granadas de mortero (60, 81 y 120 mm), munición de artillería de 105 y 155 mm y cartuchería de 5,56 x 45 mm. Ya en 2024 se aprobaron 785,04 millones de euros para un acuerdo marco de espoletas multifunción, la cartuchería de 7,62 x 51 mm y un gran paquete de munición diversa para el Ejército de Tierra gestionado a través de la agencia internacional NSPA.

Ahora, la inversión se multiplica. Y mucho más desde la aprobación en abril por parte del Consejo de Ministros del Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y la Defensa de España y Europa. El plan de Pedro Sánchez busca hacer pasar el gasto de España en defensa del 1,4% hasta el 2% del PIB este año. Como recogió El Independiente, ese plan prevé destinar casi 2.000 millones de euros a la compra de armamento militar. Un 19% de los 10.471 millones anunciados se dedicarán a la "fabricación y compra de nuevos equipos de defensa y disuasión".