Hablar de defensa en España en 2025 es hablar de Indra. El giro estratégico de la compañía la ha puesto en el centro de un sector que se ha disparado al calor de los planes de rearme que se han impulsado en nuestro país y en toda Europa. Algo que les ha obligado a reorganizarse a toda velocidad para intentar ganar músculo, crecer y competir contra las grandes del continente.
A pesar de llevar once años ejerciendo distintos cargos, Manuel Escalante fue nombrado Chief Technology Officer (CTO) el pasado febrero. Solo han pasado siete meses, pero ese tiempo ha sido más que suficiente para ver cómo la empresa se está transformando día a día para actuar como el campeón nacional de defensa, atrayendo cada vez más interés. En lo que va de año, Indra se ha revalorizado en bolsa más de un 130%.
En todo ese proceso, cada semana hay novedades sobre la compañía. En el VIII Congreso Internacional de Inteligencia Artificial organizado por este periódico, que tuvo lugar la semana pasada en Alicante, se presentó su nueva división IndraMind, que Escalante califica como "el proyecto más ambicioso" del grupo. Pero hay muchas cosas más de las que hablar.
Pregunta. ¿Qué estrategia está tratando de implementar como CTO en Indra? ¿Cuáles son sus líneas básicas de actuación?
Respuesta. Mi misión es liderar la estrategia e inversión tecnológica de Indra Group para construir un portfolio de productos de alto valor. Entre mis prioridades están definir la hoja de ruta tecnológica a largo plazo, incorporar tecnologías disruptivas, gestionar la inversión en I+D+i y promover un cambio cultural hacia una mentalidad más innovadora, colaborativa y orientada al producto. Queremos consolidar a Indra como una empresa tecnológica y de producto, basada en innovación, talento y capacidades industriales.
Además, reforzaremos la posición de Indra como multinacional de referencia en defensa y tecnologías avanzadas en España y Europa, liderando la transformación tecnológica tanto en el ámbito civil como en el militar, con un foco especial en tecnologías duales. Para ello, impulsamos un plan de inversiones en áreas de deep tech como computación cuántica, electrónica avanzada, fotónica, energía dirigida, sensorización, simulación avanzada e inteligencia artificial.
Por ejemplo, estamos creando laboratorios avanzados de Research & Technology para desarrollar estas tecnologías desde fases tempranas, con el objetivo de fortalecer la soberanía tecnológica europea. No podemos depender de capacidades que hoy no existen ni en España ni en Europa.
En paralelo, evolucionamos nuestros radares hacia arquitecturas AESA, desarrollamos sistemas antidrón y anticarro, capacidades de guerra electrónica y nuevos conceptos de mando y control basados en la nube de combate multidominio. En ciberdefensa, somos uno de los actores más relevantes de Europa en cyber range y conciencia situacional, avanzando hacia el mando y control en el ciberespacio.
Pero en el contexto actual, no basta con tener un gran producto: hay que poder producirlo con rapidez, calidad y escala. Por eso impulsamos un plan industrial para reducir plazos, garantizar entregas, reforzar la autonomía operativa y optimizar costes mediante nuevas instalaciones, maquinaria y adquisiciones estratégicas.
P. Indra se ha reorganizado recientemente con nuevas divisiones como IndraMind, Land Vehicles o Space y Weapon & Ammunition. ¿Qué salto esperan lograr con ellas?
R. Con esta reorganización buscamos un cambio de escala y un salto cualitativo en capacidad tecnológica, industrial y de liderazgo dentro del ecosistema europeo de defensa y alta tecnología para garantizar la soberanía de España y Europa y competir de igual a igual en el nuevo escenario global. El objetivo es consolidarnos como una empresa que abarque toda la cadena de valor, desde la concepción tecnológica hasta la producción, integrando capacidades dispersas y colaborando más estrechamente con proveedores y pymes.
IndraMind es nuestra apuesta más ambiciosa: liderar la era de la inteligencia artificial en Europa y construir un cerebro cognitivo soberano para la toma de decisiones en misiones críticas. Bajo una dirección única integramos capacidades en ciberseguridad, ciberdefensa e IA, junto con la experiencia de nuestra filial Paradigma, desarrollando interoperabilidad de sistemas, cloud computing, sensorización avanzada e hibridación tecnológica. Pero no nos quedamos ahí, buscamos garantizar soluciones completas, desde el hardware hasta la capa de decisión, con una arquitectura totalmente soberana.
Indra Land Vehicles refleja nuestra ambición industrial en el ámbito terrestre. Tras el control de TESS Defence y la adquisición de la planta de Duro Felguera en Gijón, avanzamos hacia una de las fábricas de vehículos militares más avanzadas de Europa.
Con Indra Weapons & Ammunition queremos consolidarnos como prime nacional en sistemas avanzados de armamento inteligente, abarcando soluciones no tripuladas, antidrón, de autoprotección y guiado de precisión. Y finalmente, Indra Space nos posiciona como actor relevante en el sector espacial europeo, con una propuesta integral que cubre toda la cadena de valor -desde el diseño de la misión hasta la operación final- y una clara vocación dual, civil y militar.
P. Al ejercer como empresa tractora de todo el sector, Indra está expandiéndose más allá de sus negocios core a otras áreas, como la fabricación de blindados. ¿Cómo de complejo está siendo hacer ese proceso de forma tan rápida?
R. Está siendo un reto apasionante. En Indra estamos construyendo capacidades industriales y tecnológicas con una idea muy clara: convertirnos en una gran empresa tractora que impulse el desarrollo del sector terrestre nacional. Y ese proceso, tan rápido y tan profundo, exige determinación, método y visión compartida.
El desarrollo tecnológico va de la mano de la reindustrialización, la cooperación europea y la consolidación del mercado, motores clave de nuestro plan estratégico. Pero el desafío no se limita a Indra: es un reto de país y de industria. Por eso sabemos que no podemos hacerlo solos: necesitamos trabajar con todo el ecosistema, incluyendo empresas, universidades, centros tecnológicos y administraciones. Los próximos tres años serán decisivos para posicionar a España y consolidar una base industrial sólida.
Por eso, antes del verano reunimos en nuestra sede de Alcobendas a más de 150 actores clave del ecosistema con el fin de movilizarlos para responder al Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y la Defensa del Ministerio de Defensa y crear sinergias reales. Queremos que Indra sea el motor y el conector que impulse la industria española y la represente en Europa para situarnos entre los países punteros en capacidades tecnológicas y productivas.
Estamos construyendo una cultura de colaboración, de codiseño y de desarrollo conjunto. Si conseguimos mantener ese espíritu, lograremos no solo fortalecer a Indra, sino transformar el conjunto del tejido industrial español. En realidad ya actuamos de facto como una empresa tractora. Por ejemplo, en Defensa el 77% de las compras las realizamos a unos 1.000 proveedores nacionales, lo que demuestra nuestro compromiso. Y en el caso del programa FCAS, ya hemos subcontratado el 30% de nuestro presupuesto, alcanzado el 75% del objetivo de subcontratación de pymes, centros de investigación y universidades marcado por el Ministerio de Defensa español.
P. Recientemente fue nombrado consejero de Tess Defence. ¿Cuáles son sus prioridades en el consorcio?
R. Nuestra prioridad no puede ser otra que asegurar que la compañía responde de la mejor forma posible a las necesidades del Ministerio de Defensa, optimizando la ejecución del programa en curso y garantizando la entrega de los vehículos con la mayor agilidad y fiabilidad. La nueva configuración de TESS, con Indra Group como socio mayoritario, refleja claramente la apuesta del Gobierno por fortalecer la soberanía industrial y la autonomía estratégica en el ámbito terrestre.
P. Hace unos meses Ángel Escribano habló en el Congreso de que en las últimas décadas España perdió capacidades militares por voluntad propia al no considerarlas tan importantes. Ahora, con los planes de rearme en Europa y en nuestro país, ¿vamos en buen camino para recuperarlas? ¿Haría falta algo más?
R. Es cierto que durante años Europa, y España en particular, redujeron sus capacidades industriales y tecnológicas en defensa por decisiones estratégicas que ya no responden a las necesidades actuales. La crisis del coronavirus y la guerra de Ucrania han evidenciado nuestra dependencia de terceros países.
Ahora tenemos una oportunidad única para revertirlo, gracias a los fondos europeos -más de 800.000 millones- y al Plan Industrial y Tecnológico del Ministerio de Defensa, que son un punto de inflexión histórico. Pero no basta con recursos: se necesita una industria fuerte, escalable y cooperativa, capaz de industrializar, estandarizar y escalar productos para competir en Europa, combinando calidad, eficiencia y capacidad de entrega.
Europa debe impulsar programas multinacionales, financiación estable, agilidad administrativa y colaboración público-privada, todo sobre la base del desarrollo tecnológico. Pero si hay un reto que me preocupa especialmente es el del talento: debemos mostrar a las nuevas generaciones que la defensa protege nuestro modo de vida y desarrolla tecnologías avanzadas de alto impacto social para atraer a los mejores profesionales. En Indra trabajamos precisamente en esa línea: en desarrollar tecnología puntera, generar industria y atraer talento.
P. ¿Le preocupa que las presiones de Francia acaben con el programa del FCAS? ¿Cuál es la posición de Indra sobre el conflicto que se ha desatado?
R. Lo que podemos afirmar desde Indra es que Europa necesita un avión de combate de sexta generación, y que España debe formar parte de ese proyecto. Para Indra, lo prioritario es asegurar que nuestro país mantiene una posición activa y estratégica en los desarrollos tecnológicos y militares clave de futuro, participando en programas que refuercen la soberanía tecnológica y la autonomía industrial de Europa. Nuestro enfoque está en la capacidad tecnológica, industrial y de innovación que aportamos al proyecto, asegurando que España tenga una voz fuerte y capacidad de influencia en todas las fases del programa.
P. ¿Espera Indra cerrar la adquisición de alguna otra empresa antes de que acabe el año?
R. Nuestro consejero delegado, José Vicente de los Mozos, ya ha explicado que tenemos una veintena de compañías bajo seguimiento, y que vamos a seguir avanzando en nuestra estrategia de fusiones y adquisiciones iniciada en 2024, año en el que integramos ocho nuevas compañías en el grupo.
Nuestro objetivo es continuar identificando aquellas que aporten competencias estratégicas tecnológicas y de innovación, que amplíen nuestra presencia en mercados clave y que aceleren nuestro plan industrial y capacidad productiva para acelerar nuestro liderazgo en sectores críticos.
En esta línea, recientemente hemos adquirido Aertec Defence & Aerial Systems (DAS) con lo que reforzamos nuestra nueva división Indra Weapons & Ammunition. Y nos hemos convertido en socio mayoritario de SPARC, una empresa especializada en producción de chips, con la que impulsamos el desarrollo de una foundry nacional para tecnologías de nitruro de galio, destinado a aplicaciones de alta potencia, una tecnología clave para la autonomía estratégica de la que solo existen dos fábricas en Europa.
P. Escribano también ha hablado de la necesidad de que compañías españolas se cuelen en el top 10 de empresas de defensa de Europa ¿Cree que Indra acabará ocupando esa posición?
R. Nuestro compromiso y ambición son máximos. No solo queremos ser un referente en España, sino convertirnos en un actor muy relevante en toda Europa. Queremos reforzarnos como coordinador de programas europeos, incrementar nuestra participación en futuros proyectos y, de ese modo, impulsar al conjunto de la industria española, contribuyendo a la competitividad, a la soberanía tecnológica y la autonomía estratégica de España y Europa.
Estoy convencido de que Indra tiene el talento, la tecnología y las capacidades industriales para liderar este proceso y construir una empresa que marque estándares, que lidere programas estratégicos y que sirva como motor de la industria europea de defensa. Con trabajo constante, visión a largo plazo y colaboración con el ecosistema, estoy seguro de que alcanzaremos esa posición de liderazgo.
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