La presidenta de Redeia, Beatriz Corredor, ha estimado en 371 millones de euros el coste que tiene para el sistema eléctrico la operación de reforzamiento de la red adoptada tras el apagón del 28 de abril. El denominado como 'modo reforzado', con el que opera Red Eléctrica desde entonces, da más peso a las fuentes de energía convencional, fundamentalmente ciclos combinados de gas, frente a las renovables por su mayor capacidad de absorción de alteraciones de la tensión. "Esta operación reforzada, evidentemente ha tenido un coste, que se ha estimado para todo el sistema en 371 millones de euros", ha afirmado Corredor en la XII edición del Foro Solar organizado por UNEF.

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Asimismo, ha apuntado que, "evidentemente, es un coste que se traduce en ingresos para los generadores que están obligados desde el año 2000 a controlar la tensión". Red Eléctrica opera desde que se produjo el apagón del pasado 28 de abril con una mayor presencia en ciclos combinados con el objetivo de dar mayor estabilidad al sistema, dado que estas plantas son las que están habilitadas para el control dinámico de la tensión.

La entrada en vigor del 'procedimiento 7.4', que establece el mecanismo de vigilancia de la tensión y actuación inmediata de las plantas que se aprobó en junio, permitirá también que las energías renovables realicen ese control dinámico de tensión en tiempo real. Algo que, según apuntó la víspera el secretario de Estado de Energía, Joan Groizard, puede permitir al operador del sistema retirar algunas medidas "coyunturales".

El procedimiento 7.4. está previsto que entre en vigor el 1 de enero de 2026. Corredor ha señalado que están trabajando para "implementar lo más rápido posible el famoso 7.4., largamente demandado". La presidenta de Redeia ha destacado que están trabajando para adelantar "lo máximo posible la puesta en servicio de aquellas plantas que han iniciado las habilitaciones". Estas, ha dicho, tienen que estar en servicio el 1 de enero, pero "se está valorando que todas las unidades que han recibido esta habilitación puedan empezar ya a controlar la tensión y, por tanto, a incorporarse al mercado que se ha creado en este procedimiento de operación para ello".

Medidas de refuerzo

Durante su intervención, Corredor, también se ha referido a la solicitud de modificaciones temporales de funcionamiento a la CNMC para reforzar el sistema. Ha apuntado que no supone que esté en riesgo la seguridad del suministro eléctrico. Ha reconocido que se produjeron "variaciones bruscas de tensión" en las "últimas semanas" pero siempre dentro de los límites y los márgenes establecidos: "Y tengo que decir que esto no significa que se encuentra en riesgo la seguridad del suministro, como a veces se ha interpretado", ha explicado Corredor.

En este sentido, ha recordado que es "responsabilidad" del operador del sistema adoptar las medidas "necesarias" y proponer los cambios normativos "precisos" para evitar que estas variaciones bruscas puedan suponer una debilidad del sistema. "Ni vamos a ser alarmistas, ni debemos ser alarmistas, la seguridad del suministro no es un concepto binario, no es o hay seguridad 100 % o hay un cero eléctrico. No es así" ha apuntado Corredor.

La presidenta de Redeia ha destacado que el sistema eléctrico tiene miles de plantas, de kilómetros de redes, así como otros elementos. Y ha añadido que todos los días hay incidencias en el sistema eléctrico y que para que esto no suponga un perjuicio el sistema opera en modo N-1, para que en el caso de que un elemento falle, el sistema se mantenga operando. Incluso, ha dicho, en algunos momentos, opera como N-2.

Respuesta "no adecuada"

Cuando "nos encontramos" con un N-12, como el día del apagón del 28 de abril, Corredor ha resaltado que "no hay sistema eléctrico que pueda soportarlo". Asimismo, ha señalado que estas variaciones "rápidas de tensión" no benefician evidentemente a la seguridad de suministro.

Según Corredor, "se observan, sobre todo, en periodos de baja demanda, alto recurso solar y respuesta; y esto es lo más importante de todo, respuesta no adecuada de la generación que tiene un control de tensión, que no es la fotovoltaica, es la térmica y la hidráulica superior a 30 megavatios incorporada en el transporte".

Esta respuesta "no adecuada" de las centrales convencionales con obligación de control continuo de la tensión es lo que "evidentemente" el operador del sistema tiene que tener en cuenta, mientras no entre en vigor el procedimiento 7.4. -que se aprobó en junio y permite que las plantas renovables controlen también la tensión-, ha dicho.

Complejidad del sistema

Además, ha señalado que la complejidad del sistema ha aumentado en los últimos años tras el fuerte incremento de las instalaciones de pequeña potencia conectadas a la red de baja tensión, parte de las cuales son de autoconsumo, para lo que el operador reclama mayor "observabilidad" de estas plantas.

Por estos motivos, Corredor ha explicado que por un lado, el operador del sistema envió "nuevas consignas de rampa" para que las plantas renovables alcancen el 100 % de capacidad en 15 minutos, así como unos días más tarde se envió a la CNMC la petición para aprobar modificaciones temporales para reforzar el sistema

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