Descarbonizar la economía vasca es, fundamentalmente, descarbonizar su industria. El motor económico que durante décadas alimentó el carbón y después engordaron los derivados del petróleo y el gas, afronta desde hace años un proceso de transformación renovable. Si en los años 80 de crisis industria los derivados fósiles estaban detrás del 86% del consumo de energía, ahora se ha reducido a menos de la mitad. El objetivo que se han marcado las autoridades vascas es lograr que en 2030 al menos el 21% de la energía consumida por la industria vasca sea de origen renovable.
No es un objetivo fácil en una tierra en la que la generación de energías limpias es escasa y su desarrollo complejo. El freno social a la instalación de parques eólicos o fotovoltaicos es uno de los grandes problemas. El último intento por dar pasos hacia la descarbonización pasa por la apuesta del hidrógeno verde. El País Vasco formará parte importante de la red de hidroductos que el Gobierno, a través de Enagás, ha proyectado sobre el conjunto del país. De los alrededor de un centenar de proyectos que lo conforman, nueve pasarán por suelo vasco. Sumarán un trazado de 163 kilómetros.
Esta red permitirá conectar los principales polos industriales vascos con los futuros centros de producción de hidrógeno. En el caso vasco, el desarrollo estará bajo la tutela del Ente Vaso de la Energía. Con esta infraestructura se dará un paso clave en el desarrollo de la llamada Estrategia Vasca del Hidrógeno que plantea la producción de 100.000 toneladas de hidrógeno verde y hasta 300 MW de electrólisis para el año 2030. Las autoridades vascas se han propuesto alcanzar las cero emisiones contaminantes para el año 2050.
Una red de 2.600 kilómetros
El proyecto, presentado este lunes por el Ministerio de Transición Ecológica y el Gobierno vasco, convertirá a Euskadi en uno de los centros de producción de hidrógeno que se conectará a la red nacional. Un trazado que atravesará medio centenar de localidades vascas.
Enagás ha sido designada por el Ministerio como operador de la red troncal que recorrerá el país y que supondrá inversiones por encima de los 6.000 millones de euros. Los 163 kilómetros de red de hidrógeno que se desarrollarán en Euskadi se plantean en dos tramos. El primero de ellos será el que conecte Arrigorriaga y la localidad riojana de Haro, con 125 kilómetros de recorrido. Además, otro tramo, de 38 kilómetros, comunicará la localidad cántabra de Reocín con Arrigorriaga (Bizkaia). Además, se contempla dos nodos en las proximidades de Bilbao y Vitoria, donde también hay previstos proyectos de producción y consumo.
El plan a nivel nacional contempla un desarrollo de la red de hidrógeno a lo largo de 13 comunidades autónomas y trazados por medio millar de localidades. Por el momento está previsto el desarrollo de 2.600 kilómetros de trazado por toda España. Se plantean 15 tramos y 5 ejes centrales. Esta industria en desarrollo se estima que generará más de 81.000 empleos.
Nueva 'industria verde'
En la presentación del proyecto el lehendakari Imanol Pradales recordó que Euskadi está dando pasos para situarse en la vanguardia de esta transformación y que la cadena de valor del hidrógeno “es una de las apuestas estratégicas de Euskadi": "Este proyecto está alineado perfectamente con esta prioridad, ya que plantea una red de 163 kilómetros de ductos que conecte los principales polos industriales de Euskadi con centros de producción de hidrógeno. Esta red aprovecha las sinergias con las infraestructuras actuales, y se complementa además con otros proyectos en perspectiva, como el que dará conexión al Valle de Ayala, o con el ducto Bergara-Irún”.
El Plan de Industria Euskadi 2030 aprobado por el Gobierno Vasco se alinea con las prioridades estratégicas europeas: innovación, descarbonización, autonomía estratégica entre otros, contribuyendo al proceso de reindustrialización del continente. Euskadi se posiciona como referente tecnológico e industrial de este nuevo impulso europeo, y así ha sido reconocido por la Comisión Europea.
El desarrollo de la economía del hidrogeno además de la descarbonización supone una oportunidad de poder generar nueva industria en torno a los combustibles renovables. Oportunidad, que permitirá generar nueva actividad económica, empleo y recursos para avanzar en el estado del bienestar en Euskadi.
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1 Comentarios
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hace 3 horas
Parece mentira que se premie de esta manera a los recogenueces dejando al resto sin recursos.