El número de personas desempleadas se ha reducido en 141.000 durante el último año y se ha situado en los 2,61 millones, según los datos del tercer trimestre del presente ejercicio de la Encuesta de Población Activa (EPA) publicados por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). De ellos, 568.900 llevan más de dos años buscando empleo —el 21,7% del total—, lo que evidencia que el paro de larga duración sigue siendo un reto estructural pese a la mejora del mercado laboral.

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En esta misma línea lo ha reconocido este martes el secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, durante la presentación de los datos de paro y afiliación de octubre: "Que haya más de medio millón de personas que llevan más de dos años en desempleo es un elemento sobre el que hay que operar". No obstante, también ha querido recordar que este colectivo "se ha reducido a la mitad" desde 2018, cuando 1.134.800 personas se encontraban en esta situación. Pese a este dinamismo, los resultados por cohortes de edad no se han distribuido por igual. Los mayores de 50 años representan a más de la mitad de quienes llevan más de dos años buscando empleo, en concreto, son el 52,9%.

Una brecha generacional que se ha ido ampliando con el tiempo. Hace un año, suponían el 49,6%; en el tercer trimestre de 2021 —previo a la reforma laboral— eran el 44,5% y en 2019, antes de la pandemia, el 40,1%. La explicación de este crecimiento se encuentra en la velocidad de recuperación.

Mientras que el conjunto de parados de larga duración se ha logrado reducir un 99,5% desde los niveles prepandemia; entre los mayores de 50 años, la caída ha sido mucho más limitada, del 26,9%. En términos absolutos, este grupo ha pasado de 381.500 personas en 2019 a 300.700 en la última EPA. Es decir, hay menos parados senior de larga duración que antes del Covid-19, pero su peso dentro del desempleo crónico es cada vez mayor.

Ante este escenario, el secretario de Estado de Trabajo ha querido subrayar que el Ejecutivo ha puesto en marcha medidas específicas para mejorar la empleabilidad de los mayores de 50 años y de los parados de larga duración. Entre ellas, ha destacado que las conferencias sectoriales de empleo han asignado más de 600 millones de euros a las comunidades autónomas para actuaciones dirigidas exclusivamente a reducir el número de parados de larga duración. También ha recordado que el Gobierno ha reforzado el subsidio para mayores de 52 años, permitiendo compatibilizarlo con un empleo para facilitar su reincorporación al mercado laboral, y ha asegurado que los desempleados de larga duración “constituyen un colectivo prioritario” dentro de las políticas activas de empleo.

El reto de retrasar la jubilación

Así, este repunte relativo del paro senior de larga duración se produce, precisamente, en un momento en el que el Gobierno trata de incentivar carreras laborales más largas y retrasar la edad efectiva de jubilación para reforzar la sostenibilidad del sistema público de pensiones. Sin embargo, la situación de los mayores de 50 años que llevan más de dos años buscando empleo pone de manifiesto el reto de mantener a estos trabajadores activos en el mercado laboral.

Pese a ello, desde el Ejecutivo transmiten una visión optimista sobre la evolución de las jubilaciones de este colectivo: "Lo que estamos viendo es que el volumen de jubilaciones anticipadas se está reduciendo de una manera drástica, algo perfectamente coherente con la mejora del mercado laboral para las personas que se acercan a la edad de jubilación", ha señalado el secretario de Estado de Seguridad Social y Pensiones, Borja Suárez, al ser preguntado sobre la situación de los mayores que permanecen más tiempo en desempleo.

Sin embargo, como ya avanzó El Independiente, el descenso de las jubilaciones anticipadas desde 2021 se explica mayoritariamente por la desaparición de la modalidad especial a los 64 años y por el descenso de las jubilaciones forzosas, mientras que las jubilaciones voluntarias —el foco principal de la reforma de José Luis Escrivá— apenas han retrocedido.

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