La renta media disponible por persona de los nacidos en España se situó en los 16.312 euros a cierre de 2024, según los datos del informe La realidad migratoria en España, que ha publicado este miércoles el Consejo Económico y Social (CES). Es decir, cada español dispuso de más de 16.000 euros al año para gastar o ahorrar una vez pagados los impuestos. Por su lado, la renta media disponible entre los inmigrantes que han llegado a España, originarios de algún país de la Unión Europea, alcanzó los 12.893 euros y la de los extranjeros del resto del mundo fue de 9.405 euros.
Estos datos reflejan que los españoles siguen siendo el grupo que dispone de mayor renta, sin embargo, el crecimiento ha sido mucho más intenso entre la población migrante. Entre 2019 y 2024, la renta media de los inmigrantes aumentó el doble que la de los nacidos en España: un 57% en el caso de los procedentes de países de la Unión Europea y un 47% entre los extracomunitarios, frente al 28% registrado entre la población autóctona. En valores absolutos, la renta de los españoles en 2019 era de 12.707 euros, frente a los 8.204 y 6.635 euros de los migrantes comunitarios y extracomunitarios, respectivamente.
Desde el CES apuntan a que el fenómeno responde a varios factores. En primer lugar, al ciclo de crecimiento económico y de empleo de los últimos años, que ha permitido atraer e integrar a los extranjeros en el mercado laboral español. Además, a diferencia de la población autóctona, sus principales ingresos proceden del trabajo y no de las pensiones, ya que la mayoría se encuentra en edad activa y con una tasa de participación laboral superior a la nacional.
Además, "hay que tener en cuenta el impacto de las políticas sociales desarrolladas en ese período para mejorar las rentas más bajas, como las subidas del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) o el despliegue del Ingreso Mínimo Vital (IMV), así como el posible efecto de cambio de composición de la población migrante con la llegada de personas con mejor perfil sociocultural y educativo", subraya el Consejo.
De hecho, sobre este último aspecto, la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz —que también estuvo presente durante la presentación del informe— quiso añadir que desde 2019, "el empleo extranjero ha crecido un 30%" en los sectores de alto valor añadido. Un incremento que ayuda a explicar la mejora de los ingresos entre la población migrante.
Menos distancia, pero aún lejos de los españoles
De esta forma, la brecha en las rentas medias entre la población extranjera y la autóctona se ha visto notablemente atenuada. La renta media de los inmigrantes extracomunitarios, que en 2019 apenas alcanzaba la mitad de la de los españoles, es ahora un 42% inferior, mientras que la de los comunitarios ha pasado de ser un 35% menor a situarse en el 21%. No obstante, el avance no borra las diferencias. El CES recuerda que aún persisten "razones estructurales relacionadas principalmente con la mayor vulnerabilidad relativa de los extranjeros", como la mayor precariedad laboral o la mayor exposición al desempleo.
En este sentido, el informe señala que "las personas de nacionalidad extranjera siguen estando sobrerrepresentadas en los deciles de renta más bajos". En concreto, el 30% de los extracomunitarios y el 20% de los inmigrantes comunitarios se concentran en el decil más bajo y en los cuatro primeros deciles de renta se agrupan el 69% de los
primeros y el 52% de los segundos.
Pese a ello, cada vez más migrantes logran situarse en los niveles superiores. Desde 2019, la presencia de extranjeros comunitarios en los deciles más altos ha crecido 6,7 puntos, hasta el 18%, y la de los extracomunitarios 2,8 puntos, hasta el 9,5%. No obstante, la distancia con la población española —de la que un 34% se ubica en los tramos más altos— sigue siendo significativa.
Incremento de las remesas
El aumento de la renta entre la población migrante ha tenido también un reflejo en el dinero que envían a sus países de origen. Según el CES, las remesas —el dinero transferido por los trabajadores extranjeros desde España hacia otros países donde se encuentran sus familiares— alcanzaron en 2024 los 11.460 millones de euros, un 40% más que hace cinco años.
Aunque esta cifra representa solo el 0,72% del PIB, su peso ha crecido un 11% desde 2019 y muestra una recuperación constante tras el parón de la pandemia. El CES subraya que, aunque el impacto de las remesas en la economía española es limitado, su efecto en los países receptores es “muy relevante”, al contribuir a reducir la pobreza, mejorar el consumo de los hogares y sostener la estabilidad financiera.
El principal destino de estos envíos es el continente americano, que concentra el 60% del total y ha experimentado un importante crecimiento desde 2019 (+38,5%) y, especialmente, América Latina, "que concentra casi la totalidad de los flujos", con Colombia a la cabeza, seguida de Ecuador. Además, el CES destaca que se observa un fuerte aumento de las transferencias hacia África (+70%), que ya suponen el 22,5% del total. En este caso, el Consejo destaca Marruecos, que se ha convertido en el segundo receptor por volumen.
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