La imagen futurista de vehículos circulando por las carreteras sin conductor al mando está cada vez más cerca. En realidad, al menos parcialmente, podría ya ser realidad en decenas de miles de vehículos. La oferta de coches con sistemas automáticos de conducción que no requerirían la intervención de un humano –sí su presencia- alcanza ya el 16% de la oferta del mercado. Se trata de sistemas que están capacitados para tomar el control de un vehículo y realizar todas las funciones de conducción, el llamado nivel SAE 3.

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Estos sistemas de automatización avanzada (SAE), con cinco niveles según su capacidad de autonomía, se traducen en mecanismos de asistencia al conductor que permiten tomar el control del vehículo. Los sistemas relativos a tomar el control de la conducción lo disponen el 69% de los modelos que ahora se comercializan, mientras que los sistemas de aparcamiento automatizado -47% de los modelos lo tienen- o de mantenimiento de carril está presente en el 78% de los vehículos.

Los avances en automatización y tecnología son mucho más elevados de los que realmente podrían aportar ya los modelos ofertados. Las limitaciones normativas y legales por el momento están frenando que los fabricantes eleven el grado de autonomía para la conducción.

Sin marco regulatorio apropiado

Según el ‘Barómetro sobre el vehículo autónomo y conectado’ elaborado por Anfac, la patronal de los fabricantes de vehículos y camiones en España, en ocho de cada diez modelos ofertados en nuestro país la automatización está presente en forma de asistentes a la conducción para controlar los movimientos laterales y longitudinales de los vehículos. Sistemas que por ahora requieren de la participación de un conductor de modo activo, ya que no están preparados para responder ante obstáculos imprevistos.

Anfac considera que las compañías de automoción disponen ya de capacidad para elevar estos  niveles de automatización en sus modelos. Subrayan que sólo es cuestión de regulación poder seguir dando pasos hacia cotas de autonomía mucho más elevada, los llamados SAE 4 –conducción plenamente autónoma pero con conductor a bordo- y SAE 5 –el vehículo puede prescindir de la figura del conductor-.  Anfac asegura que si el marco regulatorio se actualizase, la autonomía potencial de la que podría dotarse a la mayor parte de los modelos que ahora se comercializan sería de media de un SAE 3 –conducción automatizada sin necesidad de conductor-.

Desde julio de este año existe un programa marco que ya permite realizar pruebas piloto y que en España se han llevado a cabo en 9 ocasiones al máximo nivel. Pruebas de vehículos equipados con un nivel de automatización SAE 4, que permite una conducción 100% autónoma. El director general de Anfac, José López-Tafall asegura que en España ya existe la tecnología necesaria para implementar niveles superiores de autonomía en los vehículos “pero nos falta un marco regulatorio de circulación que nos permita su uso en nuestras ciudades y carreteras, un nivel hasta el SAE 4, prácticamente autónomo al 100%”.

El software y el dato

Desde Anfac subrayan que la movilidad del futuro no se debe limitar a dar pasos hacia la descarbonización y la electrificación, sino que también se debe integrar “la tecnología que mejore la seguridad, el confort y que potencia las capacidades del vehículo”: “El valor de los coches del futuro no estará ni en el metal ni en el motor, sino en el software y en el dato”.

Alerta del riesgo de ignorar este aspecto y no dar pasos regulatorios que permitan desarrollarlo, ya que “en unos años replicaríamos el problema de falta de competitividad europea actual”.

El mercado español de automoción tiene actualmente capacidad para llegar a un nivel de automoción SAE 2 o SAE 3 para el 66% de los turismos comercializados y para el 75% de los autobuses. En el caso de los vehículos comerciales el porcentaje alcanza el 67% y el 56% para los vehículos industriales.

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