No hay semana sin nuevas noticias o rumores en torno al Futuro Sistema Aéreo de Combate (FCAS). Lo cierto es que programa, desarrollado por Alemania, Francia y España, está en cuestión por las disputas entre Berlín y París. Y en ese contexto de fuego cruzado, algunas voces han criticado el papel de nuestro país.
Hace unos días el Financial Times apuntaba que franceses y alemanes estaban negociando renunciar a fabricar el caza de sexta generación que se contemplaba dentro del FCAS. Teóricamente, la idea sería centrarse únicamente en la parte del programa destinada a desarrollar un sistema de comando y control denominado 'nube de combate'.
El medio británico apuntaba que el FCAS estaba "al borde del colapso", pero aseguraba que todavía no se había tomado ninguna decisión definitiva, deslizando que su futuro se debatiría en distintas reuniones —que tuvieron lugar la semana pasada— entre los ministros de defensa de Alemania y Francia, por un lado, y los líderes de ambos países, por otro.
Hasta ahora se ha especulado con todas las opciones. Las tensiones entre París y Berlín comenzaron porque Francia quiso romper el acuerdo firmado inicialmente y aumentar su peso en el desarrollo del caza de sexta generación, algo que los alemanes rechazaron. En otros megaproyectos militares europeos, como el Eurodrone en el que España ha apostado 1.900 millones, los galos han amenazado exactamente con lo mismo.
En el FCAS, ahora está por ver si finalmente el programa sigue adelante tal y como se firmó, si sufre alguna modificación o si finalmente acaba enterrándose. Así lo reconoció recientemente el ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, que dijo que se estaban llevando a cabo discusiones sobre "si el proyecto debería continuar y cómo debería continuar".
Entre otras cosas, se ha especulado con la posibilidad de que Francia abandone el programa para desarrollar su propio caza, una teoría alimentada por los representantes de la compañía gala Dassault Aviation, que han sacado pecho una y otra vez afirmando que tienen capacidades de sobra para volar por libre. También se ha rumoreado con que Francia sea sustituido por otro país dentro del proyecto.
La fecha límite marcada por Alemania para llegar a un acuerdo definitivo sobre el FCAS es finales de este año, así que se esperan novedades importantes próximamente. Sobre el papel, los tres países que forman parte del programa tienen el mismo peso, pero por el sector corre el runrún de qué peso real tendrá España en estas negociaciones, y si realmente se considerará nuestra opinión la hora de decidir el futuro del programa o acabaremos aceptando lo que decidan galos y germanos.
"No somos meros observadores, pero es cierto que somos la parte débil porque somos los que tenemos menos capacidades industriales", apunta una de las fuentes consultadas. "Esto significa que la opinión de España se tendrá en cuenta, pero secundariamente", añade.
De acuerdo con esta fuente, Francia y Alemania harán lo que les venga mejor, y probablemente Berlín querrá seguir contando con España y acabe "arrastrándonos" a su siguiente decisión o preferencia: "Aún si sobreviven las siglas del FCAS, es probable que al menos uno de los socios se marche y que haya un giro radical. Y la realidad es que no tenemos muchas más opciones que seguir de la mano de Alemania. La estrategia antiamericana del gobierno nos imposibilita unirnos al proyecto británico o al de EEUU. Y Francia iría por su cuenta. Así que habrá que arrastrarse adonde vaya Alemania".
En una línea parecida apunta José Corrochano, miembro de la asociación Eurodefense Joven España y creador del podcast 'Centro de Mando', que sostiene que España tiene dos opciones ante esta disyuntiva, teniendo en cuenta que parte de una situación de "desventaja" con respecto a Berlín y París por "falta de fuerza industrial militar a nivel europeo".
"La primera es mantener su compromiso con la autonomía estratégica europea, apostando por continuar en el FCAS con Alemania (y otros países como Bélgica) y ganando mayor cuota de poder en un proyecto 100% de Airbus. O bien entrando a formar parte del Programa Global de Combate Aéreo (GCAP) junto a Italia o Reino Unido", relata. "La segunda alternativa, más completa y desarrollada, al menos por el momento, es apostar por el F-35 estadounidense, la opción favorita del Ejército del Aire y la Armada", remata.
Consultados por este periódico sobre el protagonismo español en las negociaciones del FCAS, desde Indra se limitan a remitirse a unas recientes palabras de su CEO, José Vicente de los Mozos, que afirmó que si España aporta el 33% debe tener una participación del 33%. Los países del programa se han abierto públicamente a mantener una reunión a tres bandas, pero no ha trascendido ninguna fecha concreta para la reunión.
De los Mozos hizo estas declaraciones en un encuentro organizado por Nueva Economía Fórum en Bruselas, donde también defendió que la Unión Europea necesita programas líderes como el FCAS y que, si éste no resulta exitoso, "mucha gente puede dudar" de la industria de defensa.
En declaraciones a este periódico, Manuel Escalante, Chief Technology Officer (CTO) de Indra, se mostró convencido de la importancia geoestratégica de este programa para España a nivel de país: " Lo que podemos afirmar desde Indra es que Europa necesita un avión de combate de sexta generación, y que España debe formar parte de ese proyecto. Para nosotros lo prioritario es asegurar que nuestro país mantiene una posición activa y estratégica en los desarrollos tecnológicos y militares clave de futuro".
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