La llegada de la Navidad ilustra el momento festivo más importante del año y, a su vez, trae consigo gastos que puede desajustar cualquier bolsillo. Compras compulsivas, cenas, regalos sorpresa para la familia, amigos, niños... llega un momento que el presupuesto se ve claramente superado. Sin embargo, con seriedad, es posible poder disfrutar de unas fiestas navideñas completas, plenas y familiares, pero sin llegar a sobresaltarse por la llegada del nuevo año. En este sentido, la clave está en poder organizarse con seriedad, aplicando estrategias que mitigarán el efecto del tan temido impacto negativo, sin dejar de lado el tema de la celebración.
Estrategias para ahorrar en Navidad
Organizar las compras permite gestionar el importe de los gastos. Disponer de una lista fija de todo lo que se requiere y comprobar lo que ya se tiene en casa permitirá evitar duplicidades y además conseguir dar prioridad a lo necesario por encima de lo secundario. Si se pone un importe concreto para cada una de las categorías (regalos, comidas, viajes, decoración, etc.), se evita la improvisación y también se obtiene una cifra clara para ver en qué cantidad se puede entrar en gastos sin riesgo de apuros.
Compras impulsivas
Las semanas previas a la Nochebuena normalmente suelen someterse a ofertas impactantes programadas para destrozar la pobreza. Bajar el ritmo e ir pensando realmente si una cosa se quiere o no quiere, ayuda a no arruinar la economía. Incorporar rutinas como la de esperar 24 horas antes de la compra de una cosa no deseada, o silenciar las notificaciones de comercio, contribuye a hacer el presupuesto y diferenciar los caprichos de los gastos útiles.
Ahorrar sin renunciar
Los regalos no tienen por qué ser necesariamente destructores del presupuesto. El grupo de compras, los obsequios útiles, los obsequios realizados a mano, hace que el coste de la misma sea muy, muy inferior y, además, se mantiene el espíritu navideño. Las experiencias compartidas (una comida en particular, un salir en la familia, un plan sorpresa, etc.) generan recuerdos valiosos sin necesidad de que haya grandes gastos. Con el fin de que el disfrute de dicho proceso sea posible, hay que anotar un presupuesto equilibrado que evite el gasto excesivo.
Decoración y ambiente navideño
Lograr un ambiente festivo no significa tener que cambiar los adornos cada año; la reutilización de la decoración, el intercambio de alguna que otra cosa con otras personas, e incluso el aprovechar los materiales que se tengan en casa, puedes reforzar el ambiente festivo y no incrementar el gastos. Así mismo, el uso de luces de bajo consumo eléctrico y de adornos sostenibles, también puede ayudar a reducir gastos. Con estos pequeños gestos se puede seguir manteniendo el ambiente navideño sin comprometer el bolsillo.
Unas navidades equilibradas
Realizar una distribución del presupuesto permite revisar cómo puede afectar cada gasto. Reservar una parte para los regalos, otra para las comidas principales y otra para los desplazamientos permite sentar las bases de un equilibrio real y plausible. Estimar las cantidades en un escenarios el básico, uno intermedio y otro ideal, facilita la respuesta a las preguntas elementales. Cuánto puedes dejarte y cuánto puedes permitirte sin que te quedes sin dinero. Este método da una respuesta concreta que ayuda a evitar sorpresas indeseadas al cierre del mes.
Orden financiero
Los consumidores, en el mes de diciembre, están especialmente expuestos a una mayor cantidad de promociones online, así como también a ofertas que impulsan el acceso a los consumos. Un acceso a las plataformas de compra con los que se llega a un límite de tiempo; y, como si fuera poco, evitar el uso de los correos comerciales y no utilizar la tarjeta cuando no es necesario, conllevan a reducir el impacto de la sensación de dinero disponible y mejoran el control. Introducir un pequeño porcentaje de ahorro automático, a pesar de que es un mes difícil para las familias, se tiene que trasladar a la generación de un colchón de fácil utilización para solventar imprevistos y restar presión para el mes de enero.
Afrontar la Navidad con una visión bien esbozada, racional y centrada en lo esencial, permite disfrutar del ambiente festivo sin arruinar el presupuesto del hogar. Con organización, moderación y hábitos sencillos, el mes de diciembre puede ser un mes de felicidad controlada y de bienestar financiero.
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