Jubilarse y seguir trabajando como autónomo es factible en España. La normativa en nuestro país permite a este tipo de profesionales cobrar la pensión y seguir desarrollando una actividad por cuenta propia. No obstante, las personas que quieran acogerse a esta modalidad deberán cumplir con una serie de requisitos.

Los autónomos que quieran jubilarse y seguir trabajando deberán tener al menos 67 años. También es posible acceder cuando se cumplen los 65 años, aunque en este caso el trabajador debe haber cotizado 38,5 años como mínimo. Asimismo, el autónomo debe tener contratada a otra persona en el momento de solicitar la jubilación y continuar al frente del negocio.

Cotizar por incapacidad temporal

Una vez se ha solicitado a la Seguridad Social la prestación por jubilación, el trabajador tendrá acceso al 100% de la prestación. Para ello, la Seguridad Social hará un cálculo de lo que debe abonarle al trabajador más las revalorizaciones pertinentes. Asimismo, entre los beneficios de jubilarse y seguir trabajando están que el autónomo pueda pasar de una jubilación plena, es decir, de cobrar el 100% de su pensión a una al 50% cuando deje de tener trabajadores y viceversa.

En el marco de la cotización, el trabajador cotizará un 3,3% por incapacidad temporal y hará lo propio con la cuota de solidaridad, que se fija al 8%, aunque ésta no computará para las prestaciones.

Existe alguna limitación más, en el caso de que se desee acceder a esta modalidad de semijubilación. Los trabajadores que quieran mantener su empleo como autónomo y jubilarse no podrán hacerlo en caso de ser altos cargos en el sector público, si están en régimen de clases pasivas o si han solicitado una jubilación anticipada o parcial.

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