En el periodo de enero a julio de este año se contabilizaron, en el colectivo de autónomos, un total de 17.651 accidentes de trabajo y 1.191 accidentes in itinere. Las cifras pueden sonar alarmantes si se compara con los datos del mismo periodo del ejercicio anterior, 2018, en el que se produjeron 6.438 accidentes laborales y 289 in itinere.

Este aumento tan excesivo tiene una explicación. Desde este año, con el carácter obligatorio de la cobertura específica por accidentes de trabajo por Seguridad Social a los afiliados al RETA, el número de autónomos que entra en estas estadísticas es mayor.

En concreto son más de 2,5 millones de autónomos más de trabajadores por cuenta propia. Antes, sólo suponían el 20% de la población total que compone este colectivo, mientras que ahora ya representa al 97%. Esto proporciona unos datos más fiables pero, obviamente, no se pueden comparar las cifras absolutas de unos años respecto a otros.

Siguiendo con las estadísticas, durante el mencionado periodo de 2019, el índice de incidencia mensual de accidentes que han causado baja laboral ha sido de 79,9 incidentes por cada 100.000 trabajadores. En los mismos meses del pasado ejercicio, el índice fue mayor, alcanzando los 152,3.

En línea con lo comentado, también han aumentado los accidentes mortales en jornada de trabajo. Desde enero a julio de este año se produjeron 37 fallecimientos realizando la actividad y 4 accidentes mortales in itinere. Por su parte, el mismo periodo de 2018 se saldó con 8 accidentes mortales en jornada de trabajo y ninguno in itinere. El aumento es alarmante, pero las cifras no son comparables, pues la masa crítica sobre la que se analizan los datos es completamente diferente.