Fernando Buesa, el socialista vasco asesinado por ETA hace 20 años, siempre tuvo una posición "rotunda" frente a la violencia y dijo "alto y claro" que matar y extorsionar no son actos políticos sino criminales y que quienes "los planifican o ejecutan no son patriotas, ni héroes y no merecen el homenaje de nadie".

Así lo ha recordado este jueves Sara, su hija menor y vicepresidenta de la Fundación que lleva el nombre del que fue vicelehendakari del Gobierno Vasco, diputado general de Álava y portavoz del PSE en el Parlamento Vasco, entre otros cargos, en el acto conmemorativo de su asesinato y el de su escolta, el ertzaina Jorge Díez.

El próximo sábado se cumplen 20 años desde el 22 de febrero de 2000 cuando un comando de ETA colocó un coche bomba a pocos metros de su domicilio y que hizo estallar al paso de Buesa y Díez, a los que provocó la muerte en el acto.

Este jueves Sara ha recordado numerosas vivencias cotidianas con su "aita" (padre) que, ha recordado, era "muy tolerante con la pluralidad de ideas de todo el mundo", pero que entendía que "frente a la violencia no cabían medias tintas".

Ha explicado que su padre argumentó que ETA no representaba "nada que valiera la pena" para Euskadi y que en la sociedad vasca "se podía defender cualquier causa política con la palabra a través de los cauces democráticos, pero nunca imponérsela a nadie, y mucho menos por la fuerza y con violencia". 

"¿Importa mucho ser vasco, español o europeo? -decía- Si la vida se va a desarrollar en un espacio mucho más global ¿por qué matarse por eso? Si da igual, que cada uno sea lo que quiera. No vale la pena ni matar ni morir por eso". "Yo no creo en ninguna nación que merezca respeto si vulnera los derechos y libertades de la ciudadanía", ha citado Sara Buesa. 

"Con la tregua de 1998, cuando se debatía acerca de cómo construir el camino hacia la paz, 'aita' defendía que no podía haber paz con impunidad y sin una justicia que reparara los daños que los años de violencia habían causado a tanta gente, y eso significaba dos cosas: hacer justicia a las víctimas y preocuparse de que quienes cometieron esos delitos tuvieran un camino de reinserción", ha añadido.

Al acabar esa tregua, la banda terrorista asesinó a su padre. Sara Buesa ha recordado que entonces solo tenía 20 años, la mitad de su vida actual.

Entre sus recuerdos, la vicepresidenta de la Fundación Buesa ha hablado de su adolescencia, cuando salía por el caso viejo de Vitoria y veía carteles de su "aita" con su foto rodeada por una diana, algo que, ha reconocido, le producía "una mezcla de temor y de vergüenza".

"Tal era el condicionamiento social que existía... la mística de la violencia estaba en el ambiente, como lluvia fina que lo impregnaba todo", ha explicado la hija de Fernando Buesa, quien ha dejado claro que a pesar de este clima en su casa "nunca entró el virus de la habituación a la violencia".

Al acto de homenaje y recuerdo de Buesa y Díez han asistido, entre otros, el lehendakari, Iñigo Urkullu, el diputado general de Álava Ramiro González, el alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran, y el delegado del Gobierno en el País Vasco, Denis Itxaso.