Casi cuatro años después la justicia ha dado la razón a Jesús Encinar, el fundador de idealista en su demanda por intromisión al honor por un artículo escrito por la freelance Analía Plaza y publicado en El Confidencial el lunes 19 de marzo de 2018. El Juzgado de 1ª Instancia nº 47 de Madrid, en su sentencia nº57/2022 del 14 de febrero de 2022, considera probado que el artículo contenía:

- “Datos objetivamente inveraces”.

- “La información objetiva presentada en el artículo era errónea”.

- “El artículo no expresa opiniones, que en su caso estarían amparadas por el derecho de libertad de expresión, sino que presenta hechos objetivos que eran falsos”.

El fallo judicial considera probado que el artículo escrito por la freelance Analía Plaza y publicado por El Confidencial supuso una intromisión ilegítima en el derecho al honor del fundador de idealista SAU, Jesús Encinar, y en el prestigio de esta compañía y condena a El Confidencial y Analía Plaza en concreto:

  • al pago de forma solidaria en concepto de indemnización de la suma total de 15.000 euros.
  • a que en el futuro se abstengan de reiterar las conductas que han supuesto la legítima intromisión al derecho al honor de los demandantes.

Asimismo, El Confidencial deberá retirar la información publicada el día 19 de marzo de 2018 de sus servidores. El fallo condena a El Confidencial a publicar la sentencia que en su día se dicte (encabezamiento y fallo) en la que se reconozca haberse producido la injerencia, con llamamiento en portada (donde deberá quedar publicada 24 horas ininterrumpidas) y en los mismos términos usados para la publicación original.

El Confidencial y Analía Plaza deberán difundir la sentencia en sus cuentas en redes sociales, de la misma forma que fue publicitada la información litigiosa. Específicamente El Confidencial deberá publicar en su perfil en Twitter seis veces, entre las 10 y las 20 horas del día de publicación.

Todo el artículo se basó en una consciente reserva mental de Analía Plaza, que conoció que había un poder para la ejecución de una prenda accesoria a un préstamo, pero vinculó dicho documento con disponer de “pleno poder de decisión”

En el fallo de la sentencia se confirma que el artículo escrito por la freelance Analía Plaza se basó en la interpretación de la autora del apoderamiento otorgado por Adler a Tecnofobia, sociedad propiedad del fundador de idealista, Jesús Encinar. Dicho documento no era un poder general, sino un poder mercantil para ejecutar la prenda accesoria de un préstamo pero que bajo ningún concepto daba “pleno poder de decisión” a Tecnofobia, ni a Jesús Encinar como se publicaba, falsamente.

Como señala la juzgadora, “Este dato era de fácil acceso, no se comprende cómo pudo pasar desapercibido a la periodista”. Preguntada Analía Plaza por la juzgadora sobre este extremo, declaró que no indagó mucho y no vio el contenido del poder. La investigación que se realizó, según el criterio de la juzgadora, fue incompleta y sesgada. No obstante, ese único dato del apoderamiento ya referido generaba en cascada una imagen de intervención directa de los actores en una gestión empresarial. Esto es, Analía Plaza, interpretó que un poder mercantil accesorio a un préstamo otorgaba pleno poder de decisión, con esto construyó una estructura, que llamó ‘entramado´, totalmente erróneo, basado en datos objetivamente falsos y que únicamente buscaba vincular a Jesús Encinar con las decisiones empresariales de unas sociedades mercantiles con las que ya no estaban ni siquiera relacionados días antes de que se publicase el artículo.

Tras el conocimiento de la sentencia, Jesús Encinar, fundador de idealista, considera que “se confirma que el artículo de Analía Plaza era falso, siendo relevante que coincidiera la publicación de El Confidencial con nuestra retirada como anunciantes, tras más de ocho años como partner inmobiliario de El Confidencial. Se cierran cuatro años tras aquel 19 de marzo de 2018 cuando, de manera frívola y superficial, una freelance, Analía Plaza y un medio de comunicación, El Confidencial, atacaron la reputación de idealista de manera inveraz, errónea y basada en hechos objetivamente falsos, como dice la sentencia. Durante los días, semanas y meses siguientes, estas mentiras fueron masivamente utilizadas contra mí y fueron la base para miles de ataques personales amparados por las declaraciones de ciertos periodistas, líderes de opinión y políticos. Tristemente las mentiras volcadas en el artículo quedarán en la cabeza de mucha gente que no se enterará de esta sentencia.

Para conseguir que algo bueno salga de toda esta desafortunada situación he decidido crear de manera anual el Premio Idealista de Integridad Periodística. La indemnización económica de 15.000 euros será destinada íntegramente a dotar el premio el primer año. Reconoceremos la labor y el trabajo de periodistas que busquen la verdad e informen con integridad y ética. Necesitamos periodistas rigurosos que escriban información veraz en medios de comunicación que protejan la democracia. La libertad de expresión debe regir las prácticas periodísticas, pero no puede amparar la mentira, la difamación y la venganza personal. Han sido cuatro años terribles, pero finalmente la verdad ha prevalecido”.