La Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a penas de prisión que suman 158 años y 11 meses a Jorge Ignacio Palma, el asesino de la joven valenciana Marta Calvo, Lady Marcela y de Arliene Ramos.

El fallo considera a Palma penalmente responsable de un delito contra la salud pública; un delito contra la libertad e indemnidad sexuales; seis delitos contra la libertad e indemnidad sexuales en concurso ideal con seis delitos de asesinato alevoso en grado de tentativa y tres delitos contra la libertad e indemnidad sexuales en concurso ideal con tres delitos de asesinato alevoso consumados.

La sentencia, dictada a partir del veredicto emitido por un jurado popular y que puede ser recurrida ante la Sala de lo Civil y Penal del TSJCV, absuelve al procesado del delito contra la integridad moral del que también estaba acusado y le impone el pago de indemnizaciones a seis víctimas y a los familiares de otras tres que fallecieron que en su conjunto ascienden a 640.000 euros. De las penas de prisión impuestas, el máximo de cumplimiento efectivo será de 40 años.

la magistrada que presidió el Tribunal le considera autor de un delito contra la salud pública; un delito contra la libertad e indemnidad sexuales; seis delitos contra la libertad e indemnidad sexuales en concurso ideal con seis delitos de asesinato alevoso en grado de tentativa y de tres delitos contra la libertad e indemnidad sexuales en concurso ideal con tres delitos de asesinato alevoso consumados. 

La sentencia, que puede ser recurrida ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, absuelve al procesado, Jorge Ignacio P.J., de un delito contra la integridad moral y le impone el pago de indemnizaciones que en su conjunto ascienden a 640.000 euros a las siete víctimas vivas y a los familiares de las tres fallecidas. 

Descarta aplicar la prisión permanente

La magistrada, atendiendo el veredicto del jurado, aplica la agravante de discriminación por razón de género e impone al reo tanto prohibiciones de aproximación o comunicación con las perjudicadas como medidas accesorias de libertad vigilada una vez concluya el cumplimiento efectivo de las condenas. 

La presidenta del Tribunal del Jurado entiende que no procede aplicar las penas de prisión permanente revisable que solicitaban por los tres asesinatos consumados las acusaciones particulares. "Los términos del artículo 140 CP son claros en su tenor literal: la pena de prisión permanente revisable solo puede imponerse: ‘al reo de asesinato que hubiera sido condenado por la muerte de más de dos personas’ (…) La ley utiliza el tiempo verbal del pretérito pluscuamperfecto, también llamado 'antepretérito', que solo puede hacer relación a que hubiera sido condenado 'con anterioridad'. Lo que no acaece en el caso", razona. 

Argumenta que la reiteración delictiva y la ausencia de incidencia en la conducta del acusado "no opera en este caso en que, atendida la (…) indebida acumulación de los distintos procedimientos, es la primera sentencia condenatoria que tiene por dar muerte a otras personas". 

Absuelto del delito contra la integridad moral

Del mismo modo -prosigue- tampoco procede la aplicación de la prisión permanente en aplicación de lo dispuesto por el artículo 140.1.2 del Código Penal, que la prevé cuando el asesinato es "subsiguiente" al delito contra la libertad sexual cometido sobre la víctima. 

En los casos aquí juzgados "la agresión sexual es el medio con el que se comete el asesinato, que es fin primordial del sujeto activo desde un principio, por lo que el delito contra la vida no es subsiguiente al delito contra la libertad sexual, sino coetáneo e intrínseca e indisolublemente unido a éste", precisa. 

La magistrada absuelve por otro lado a Jorge Ignacio P.J. del delito contra la integridad moral del que estaba acusado por no revelar el lugar donde ocultó el cadáver de Marta Calvo, al no haber quedado acreditado que con dicha conducta pretendiera causar un dolor añadido a los padres de esta joven, entre otros motivos.