El tiempo pasa y la fotografía sólo empeora. España envejece y lo hace a un ritmo cada vez mayor. Cada años el número de defunciones es notablemente superior al de nacimientos y la pirámide poblacional la copan cada más las personas de mayor edad. Actualmente, el 21,8% de la población de nuestro país supera los 65 años. Es decir, uno de cada cinco habitantes se encuentra en esa franja de edad. Suman nada menos que 10,7 millones de habitantes, muchos más que los menores de 18 años. En ese escalón de la juventud sólo está el 15,3% de la población, es decir, 7,5 millones de habitantes.
Con estas cifras, incluso con el leve repunte de la natalidad que se produjo el año pasado, el saldo vegetativo vuelve a ser negativo. En 2024 murieron en España 439.146 personas frente a los 322.034 nacimientos. Pero, ¿cuáles son las ciudades de nuestro país con una población más envejecida?
Ferrol, Salamanca y León lideran el ranking, según los datos del Instituto Nacional de Estadística. Lo hacen con porcentajes de población de más de 65 años que oscilan entre el 29% y el 30%. Un análisis realizado por la compañía Holidu, dedicada a los alquileres vacacionales, muestra cómo al menos una veintena de ciudades de más de 35.000 habitantes registran porcentajes de mayores de 65 años que están por encima del 25% de su población.
Los 20 municipios más envejecidos
Además de los tres ya citados, en esta lista figuran siete municipios: Getxo, Zamora, Gijón, Valladolid, Basauri, Avilés y Torrelavega, en los que la tasa de mayores de 65 años supone el 28%. En el 27% aparecen Santander, Ourense, Palencia y Ponferrada. Finalmente, entre un 25% y 26% de mayores de 65 años se sitúan Cádiz, San Sebastián, Oviedo, A Coruña, Segovia y Bilbao.
En este ranking destaca que la mayor parte de los municipios más envejecidos corresponden con comunidades autónomas del norte del país, como Euskadi, Galicia, Asturias, Cantabria, o Castilla y León a la cabeza.
El informe hace referencia a algunas de las iniciativas y medidas impulsadas por algunas localidades para adecuarse a ese fenómeno de longevidad al que deben hacer frente. Esta realidad moldea no sólo su urbanismo sino también sus políticas sociales o políticas económicas para dar respuesta a las necesidades de un colectivo cada vez más numeroso y que seguirá creciendo en los próximos años.
Adaptarse a la población
En el caso de Ferrol, que encabeza la lista, entre sus algo más de 64.000 habitantes, cerca de 19.000 superan los 65 años. El estudio destaca cómo este municipio gallego trabaja para reforzar el impulso de sectores relacionados con la tercera edad para dar respuesta a una coyuntura demográfica cada vez más creciente. Servicios dedicados a la salud, viviendas accesibles o actividades recreativas adaptadas a ancianos con las que promover un envejecimiento activo son sólo algunos de los ejemplos. La idea de convertirse en una ‘ciudad amiga de los mayores’ está buscando alinear las infraestructuras y los servicios urbanos con las expectativas de esta población.
En el caso de Salamanca, con 28,9% de la población por encima de los 65 años, el informe apunta la necesidad que se trabaja para avanzar hacia un modelo más “inclusivo” con los ancianos. Se señalan apuestas como los programas intergeneracionales y actividades educativas que promuevan el intercambio de conocimientos entre jóvenes y ancianos.
En León se promueven proyectos piloto dedicados a la tecnología de asistencia, como el desarrollo de hogares inteligentes dotados de sistemas domóticos para mejorar la seguridad y comodidad de las personas mayores.
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