A la crisis entre Sumar y Compromís dentro del Grupo Plurinacional del Congreso de los Diputados se le añade un nuevo episodio, esta semana, al calor de los escándalos por presunta corrupción que afectan al PSOE. Ante la "pérdida de credibilidad" a la que está expuesto el Gobierno de coalición a consecuencia de casos como el de Santos Cerdán, los socios que componen Sumar como aliado minoritario de los socialistas, vienen reclamando un giro en la legislatura y el impulso decidido de la agenda social. Que se priorice, en definitiva, los asuntos pendientes e incluidos en el pacto de Gobierno alcanzado en octubre de 2023. Sumar espera, para detallar la hoja de ruta para ello, una reunión de la comisión de seguimiento del acuerdo "inminente". Aunque el PSOE aún se toma su tiempo.

El pasado martes, con puesto en cuestionamiento el encaje de Compromís dentro del grupo parlamentario, y ello aún a debate, los nacionalistas valencianos sugirieron que el presidente del Gobierno debería presentarse a una cuestión de confianza ante el Congreso de los Diputados. Así lo verbalizó la portavoz del partido y adjunta en Sumar, Àgueda Micó, que invitó al dirigente socialista a sopesarlo. Sus palabras contrastan con la posición de Sumar, trasladada por el ministro de Cultura y portavoz del espacio magenta, Ernest Urtasun, este jueves durante una entrevista en TVE.

Éste desechó la opción de instar a Sánchez a someterse a esa cuestión de confianza al tenor de lo expresado por todos los socios, que le exigen esa vuelco legislativo. Apreció que no está ahora mismo sobre la mesa y que la prioridad, al margen de la comparecencia del próximo 9 de julio para dar explicaciones por escándalos como el de Cerdán, en el Congreso, la clave pasa por ese impulso de la agenda social. Esa misma línea marca Yolanda Díaz, la vicepresidenta segunda del Gobierno, ministra de Trabajo y líder política de Sumar el Gobierno.

Ante esta disonancia, al asegurar Urtasun que el sentir de todos los grupos es el mismo, Compromís se reafirma en la línea manifestada el martes. En conversaciones con El Independiente, fuentes del partido aseguran que pese a las palabras del portavoz de Sumar, Micó "habla por Compromís" y que Urtasun, y por ende Díaz, "no hablan por nosotros". En todo caso, los nacionalistas valencianos priorizan ese compromiso de avances legislativos por parte de Sánchez. "Primero explicaciones, luego medidas y después una moción de confianza", dicen.

Compromís coincide con el resto de socios en que lo prioritario son las medidas de regeneración y las explicaciones de Sánchez. Pero a diferencia de Urtasun, insisten en la cuestión de confianza

Según explican en privado en Compromís, aunque si bien es cierto que la prioridad es ese cambio de rumbo en el mandato, verían con buenos ojos que una vez recogidas todas las reclamaciones de los socios, Sánchez, con el itinerario claro y en la mano, se sometiese con ese compromiso a cumplir a una cuestión de confianza que le avalase para ello. Y ese escenario está lejos de lo planteado por el resto de socios de Sumar. A la perspectiva de Compromís, se unen las valoraciones de partidos como los comunes o IU, que no a principios de esta semana no se cerraban a ningún escenario. Aunque centraban la apuesta en el diálogo.

Reproche a Sumar: "Hablan por nosotros"

Al descontento de Compromís por que Sumar hable en nombre de todos sus integrantes, se une una situación ya tensa de por sí dentro del grupo parlamentario. A principios de mes, y a raíz de la decisión del grupo plurinacional de no registrar la petición de comparecencia de Sánchez en la comisión de investigación por la DANA en el Congreso. Eso, leído como un desplante a los intereses valencianos, llevó a la Ejecutiva de Compromís a amagar con la salida de sus dos diputados del grupo y la marcha al Mixto dentro del Parlamento.

En una primera reunión de la Comisión Ejecutiva de Compromís, chocaron los intereses de las dos formaciones mayoritarias que integran la marca, que al mismo tiempo es una coalición de partidos. Més-Compromís, por un lado, exigía la salida inmediata. Iniciativa del Poble Valencià, en cambio, prefería seguir dentro para seguir legislando medidas progresistas. Se optó por negociar con Sumar una semana después, en otra cita.

Ambas tendencias están representadas en Micó —la primera— y en Alberto Ibáñez —la segunda—. Ambos se reunieron la semana pasada con la coordinadora del Movimiento Sumar, Lara Hernández y con la portavoz parlamentaria, Verónica Martínez Barbero. Según fuentes del grupo parlamentario, sin descartar otros encuentros que incluyesen a la secretaria general de Més, Amparo Piquer, se habría llegado a buen puerto y "acordado la permanencia" de Compromís dentro de Sumar a falta de unos flecos. No obstante, preguntados por ello, fuentes de la formación naranja alejan ese escenario de forma contundente. "Hablan por nosotros. Nunca ha habido nada cerrado", contradicen la versión de Sumar.

Los nacionalistas valencianos recelan de que en Sumar se ejerza de portavoces colectivos de todo el espacio. Insisten en su autonomía

Sin entrar más en detalle los nacionalistas valencianos, desde Sumar se expresa que el escándalo de Cerdán habría hecho a los de Joan Baldoví replantearse su posición y exigir mejores condiciones y más independencia. "Esto lo cambia todo", admiten, aunque lo achacan más a una postura para intentar despuntar públicamente y marcar posición con vistas a la Comunidad Valenciana. Se evita desvelar nada concreto de las conversaciones con Compromís o el detalle de ese presunto acuerdo que niega la otra parte implicada, pese a todo. Desde Compromís sí se apreciaba que esta semana todo podría quedar zanjado.

Las exigencias de Compromís pasan por tener autonomía total en el Congreso. Quieren libertad de voto, capacidad de control con preguntas al Gobierno y de negociación bilateral con el Ejecutivo, especialmente para aquellos que repercutan en la Comunidad Valenciana. Desde Sumar, la postura era aperturista, aunque no en tal grado. Se recalcaba que para dar cumplimiento a esas demandas se debería modificar el Reglamento de funcionamiento del Grupo, algo menor no obstante.

Sin embargo, la posición es la de que todos los socios del grupo deben llegar a acuerdos por mayoría. Sin individualismos. Se apreciaba que si bien no se recoge en el documento, ya ha habido situaciones en las que se ha dado libertad de voto y que en el día a día, en conversaciones con los ministros, se dan de facto esas negociaciones bilaterales.

Sumar encapsula las exigencias de Compromís en un momento de agotamiento patente de la legislatura, y con la intencionalidad de despuntar. Y aseguran que, lejos de negarse a rechazar la presencia de Sánchez en la comisión de la DANA, la preferencia es la de poner todo el foco en un "Gobierno negligente" como consideran al de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón. Finalizada esa tarea, sí se abren a convocar a ministros o al propio Sánchez, pero dado que la comisión no podría echar a andar hasta principios de 2026, ven la demanda de Compromís fuera de lugar. Además se recalca que la decisión de aplazar cualquier convocatoria la decidieron todos los socios. "A veces si uno se queda solo, debe aceptar la posición del resto", se recalca.

Con todo, la situación actual del PSOE, asediado por los escándalos de corrupción, dejan un escenario muy complicado. De haber un adelanto electoral, los acuerdos para esa comisión o dentro del propio grupo parlamentario quedarían en papel mojado. La línea roja para los socios de coalición de Sánchez es que ninguna nueva información salpique al presidente o a los ministros. De hacerlo, se prevé un cese de apoyos que aún evitan pronunciar públicamente.