Prácticamente todas las cuestiones principales del 21 congreso del PP están solventadas, lo que convierte esta cita congresual en una de las más tranquilas de los últimos años. Desde Génova se han ocupado de negociar la paz interna y adelantarse a todo tipo de especulaciones respecto a quiénes van a ser los 'pesos pesados' de la dirección del partido y del Grupo Parlamentario en la Cámara Baja. Del mismo modo, consiguieron que Madrid no enmendara el nuevo modelo de primarias, que será operativo para los siguientes cónclaves, aún a falta de una negociación que se ha querido sacar de este ámbito.
Pero entre tanta imagen de unidad y de acuerdo todavía quedaba un fleco, no menor, a primera hora de la noche de este jueves porque afecta a la futura política de alianzas de los populares, cuestión que también pretendía soslayar el PP bajo el argumento de que "vamos a hablar de nosotros y no de los demás". De hecho, en la ponencia política no se hace más que una alusión muy tangencial sobre este tema al rechazar los 'cordones sanitarios', en alusión implícita a Vox. El fleco no era otro que una enmienda introducida a título personal, no en nombre del PP catalán, por su líder territorial, Alejandro Fernández, en un intento por cortocircuitar cualquier aproximación a Junts.
«Resulta inviable llegar a pactos de gobierno con aquellas fuerzas políticas que incluyan entre sus objetivos subvertir el orden constitucional»
La enmienda de Fernández abogaba por la inviabilidad de "llegar a pactos de gobierno con aquellas fuerzas políticas que incluyan entre sus objetivos subvertir el orden constitucional". No citaba al partido de Carles Puigdemont, aunque era muy, muy, evidente la referencia. Tanto desde el equipo de los ponentes como desde el entorno de Fernández expresaron en todo momento su disponibilidad a pactar una enmienda transaccional que diera satisfacción a ambas partes, y este jueves se ha conseguido una fórmula de compromiso por la que se incorpora a la ponencia que toda política de pactos estará basada en que "la defensa del Estado, la Nación y el orden constitucional sea objetivos irrenunciables"".
Fernández agradeció al equipo redactor de la ponencia "su generosidad para llegar a un acuerdo total sobre enmiendas", que también incluyen el "fortalecimiento del Estado en todo el territorio nacional frente al desmantelamiento del mismo que se está sufriendo, especialmente en Cataluña" y el "blindaje de las selecciones deportivas españolas en competiciones internacionales". De este modo se evita que la enmiendas más conflictiva llegue viva al congreso para abrir un debate a todas luces indeseado por la dirección nacional y, quién sabe, si recabar el apoyo de otros compromisarios alérgicos a pactos con Junts.
Ronda de conversaciones para testar los apoyos de Sánchez
De las relaciones del PP con Junts se viene hablando mucho esta semana una vez que el líder popular encargó a Miguel Tellado, todavía en calidad de portavoz parlamentario, una ronda por los grupos que apoyan a Pedro Sánchez, con la excepción de Bildu. Se trataba de testar si esos partidos todavía seguían dispuestos a apuntalar al presidente del Gobierno incluso tras el ingreso en prisión de su último secretario de Organización, Santos Cerdán. Negaban en el PP que fueran a la búsqueda de apoyos para una moción de censura, en un cambio de estrategia que mutó de la pasividad a la proactividad.
Desde Junts les retaron a una entrevista, cara a cara, con el prófugo de la justicia Carles Puigdemont, y aunque eso nunca ha estado contemplado, lo cierto es que el líder del PP ve mucho más fácil romper la mayoría de investidura por el lado de la derecha independentista catalana que por la del PNV, formación con la que las relaciones pasan por el peor de sus momentos.
"Yo no voy a negociar con el señor Puigdemont, ni aquí ni en ningún sitio. No voy a ir a Waterloo ni a ningún sitio a negociar con él", dijo Feijoo este miércoles en Antena3. Pero lo llamativo es el matiz que añadió de seguido cuando indicó que le corresponde al prófugo "decidir si quiere seguir manteniendo al señor Sánchez, impulsando el señor Illa como presidente de la Generalitat, o abrir un nuevo período, poner el contador a cero y que los españoles y los catalanes hablen". Parecía un exhorto, muy lejos del contenido de la enmienda de Alejandro Fernández.
Este viernes por la mañana será el tiempo límite para llegar a un acuerdo antes de que a las cuatro de la tarde se inaugure, por parte del alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, el 21 congreso nacional del PP y, con él, la nueva era de Feijóo al frente del primer partido de la oposición, en una batalla total para llegar a Moncloa.
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