La demanda no ha dejado de reducirse en los últimos años. El proceso de descarbonización, la irrupción cada vez mayor de las energías renovables y la crisis de precios de los últimos años están detrás de una curva descendente constante en la demanda de gas natural en nuestro país. Una disminución que es especialmente significativa en el empleo de gas para la generación eléctrica, que sólo en los últimos dos años se ha desplomado un 45%. Si en 2022 se demandaron 137,1 TWh para generar energía, el año pasado, según los últimos datos publicados por la CNMC, apenas fueron 74,7 TWh.

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Los ciclos combinados son la principal vía de generación energética a través de gas. Aún hoy son muy relevantes en la generación energética que alimenta al país, si bien su peso se va moderando. Actualmente los ciclos combinados suponen la cuarta fuentes de energía en el ‘mix’ nacional al aportar el 13,6%, un porcentaje muy similar al aporte de las plantas hidráulicas (13,3%). Las energías renovables van ganado terreno de modo importante. En 2024 la eólica lideró el ‘mix energético’ aportando el 24% del total y la solar lo hizo con un 17%, convirtiéndose en la tercera fuente energética. Entre ambas, en segundo lugar, aún se mantiene la energía nuclear, que representó el 20% del total.

Es precisamente el futuro de las centrales nucleares, ahora en debate, el que de algún modo también podría condicionar el de los ciclos combinados. El cierre de los siete reactores programado para la próxima década obligaría a buscar alternativas capaces de cubrir la importante aportación energética que ahora representa la nuclear. Es ahí donde los ciclos combinados podrían repuntar como alternativa.

El devenir del gas también puede estar marcado a corto plazo por el acuerdo arancelario –que entrará en vigor el próximo jueves- alcanzado recientemente entre la Unión Europea y los EEUU. En el se establece un recargo general a las exportaciones europeas a los EEUU del 15% pero también el compromiso de que la UE comprará gas y petróleo a Trump por un montante de 750.000 millones de dólares a lo largo de los próximos tres años. Un acuerdo que algunos expertos temen que pueda traducirse en un encarecimiento del precio del gas. Actualmente España ya compra más de la mitad del Gas Natural Licuado (GNL) a los EEUU.

La solar y eólica arrinconan el gas

La apuesta europea y española por las energías renovables arrincona cada vez más el uso de energías fósiles como el gas. Pese a que por el momento sigue teniendo un peso determinante en el ‘mix energético’, la previsión es que en los próximos años la demanda de gas siga reduciéndose. En el conjunto de la UE la tendencia es similar. El mix energético  de los 27 incluye un 16% de gas y un peso de las energías renovables en su conjunto del 48%, además de un 24% de la energía nuclear y un 28% del conjunto de energías fósiles.

En España la caída en la demanda ha sido muy relevante en los últimos años. Sólo el año pasado se demandó un 22% menos gas natural para la generación eléctrica que en 2023. El incremento de la generación solar y eólica también ha afectado. La demanda de gas natural para este fin registró un repunte inesperado en el año 2022. El incremento de las exportaciones de electricidad a Francia por la reducción de los flujos de gas procedentes de Rusia –a consecuencia de las sanciones por la Guerra de Ucrania- hizo que la demanda en España se disparara. Desde entonces, y una vez reconducida la situación en Francia, las exportaciones se han moderado y la demanda de gas se ha reducido significativamente hasta caer a niveles del año 2017.

La Industria es otro de los grandes demandantes de gas que ha rebajado sus pedidos. Tras la caída de la actividad en la pandemia, en el año 2022 se registró un repunte de actividad y demanda de gas hasta alcanzar los 220,9 TWh, la cifra más elevada en este siglo. La crisis del gas, de los altos precios, y la progresiva deslocalización de empresas aceleró a partir de ese año una reducción importante en la demanda, que cayó un 23% y del que en los últimos dos ejercicios apenas ha repuntado levemente.

Menos consumo en los hogares

La fotografía que se observa en la generación eléctrica y en el uso industrial se repite, de algún modo, también en el consumo de gas en los hogares. El incremento del precio del gas, así como una mayor electrificación explican la caída de casi el 18% que se produjo el año pasado respecto a 2021, según datos de la CNMC.

En un mercado con casi 8 millones de clientes es sin duda la compañía Naturgy la que posee el control. La red de gas natural de nuestro país llega a 2.000 municipios y el 67% de los puntos de suministro está en manos de la compañía que lidera Francisco Reynés. La gasista cuenta con una cartera de 3,4 millones de clientes, más del doble de la segunda de las compañías del mercado, Endesa, con 1,62 millones. En España apenas un puñado de empresas superan los 100.000 clientes. A Naturgy y Endesa en esa lista se suman Iberdrola (1,22 millones), TotalEnergy (904.000 clientes) y Repsol (381.000 clientes).     

Cataluña es la principal consumidora de gas de nuestro país. En concreto, sus 2,1 millones de clientes particulares e industriales consumen el 18% del total del gas demandado en España. Andalucía se sitúa en segundo lugar con el 14,4% del consumo y 460.500 clientes. Tras ella figura la Comunidad Valenciana con el 10% del consumo y 617.000 clientes de gas.

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