Las relaciones entre los dos principales actores de la izquierda alternativa, a la izquierda del PSOE, siguen siendo prácticamente inexistentes. Ello se demuestra, por un lado, en la arena electoral: no hay movimiento visible alguno que deje entrever que Podemos acabará sumándose a la coalición de izquierdas que quiere renovar la alianza Por Andalucía para competir en las elecciones autonómicas del próximo verano. Por otro lado, en el Congreso, ambos partidos han optado por omitirse. Sumar muestra una postura de presión contra el PSOE. Y los morados, directamente, solo se refieren a ellos cuando interpelan al Gobierno.

En cambio, en este inicio de curso sí que se ha producido un avance en las relaciones de Podemos con el Gobierno. Mientras que se obvia intencionadamente cualquier contacto con Sumar, con quien se compite electoralmente por el liderazgo de la izquierda, los morados confirman un desbloqueo, que han vuelto a interlocutar con el PSOE. En este caso, a raíz del real decreto ley de permisos que se convalidó este martes en la Cámara.

El hecho no es menor, dado que los de Ione Belarra viene rechazando cualquier vínculo con los socialistas desde principios de año. Especialmente a cuenta de cuestiones como la incapacidad para prorrogar el impuesto a las energéticas por el rechazo de PNV y Junts pese a que hubo compromiso por escrito. Se llevó en un real decreto en enero, pero decayó. A ello se añade la posición de rearme y de cumplimiento de los compromisos internacionales en defensa. Los morados vienen recalcando que ante cualquier propuesta del Gobierno, la atenderían de cara a su votación en el Congreso y actuarían en función de si creen o no que es bueno para el conjunto de la ciudadanía.

Ese distanciamiento se escenificó con mayor acento durante las reuniones protagonizadas entre Pedro Sánchez y los líderes de cada partido socio del Gobierno después de que saltase el escándalo por presunta corrupción de Santos Cerdán, que puso en jaque la estabilidad del Ejecutivo, pero también al PSOE. Podemos renunció a citarse con el dirigente socialista y azuzó "la corrupción del bipartidismo" para reivindicarse dentro de la izquierda. El antecedente más claro de diálogo fue cuando Sánchez convocó a los grupos para abordar ese rearme europeo. Belarra acudió a Moncloa para rechazarlo.

En concreto, según indican fuentes estatales de Podemos, se ha venido conversando con los socialistas para cambiar su abstención a un decreto de permisos limitado y que nace del Gobierno ante el bloqueo de la ley de familias que puso en marcha Belarra en la legislatura anterior. La pretensión de los morados era, entre otras opciones, que el decreto terminase tramitándose como proyecto de ley en el Congreso para enmendarlo e incluir cuestiones más ambiciosas. "El Gobierno no ha sido honesto. Solo quiere remunerar dos de las ocho semanas de permisos". Además, "ocultó durante semanas que ese derecho para poder acogerse" se limita a nacimientos desde el 2 de agosto de 2024. "Esto deberían disfrutarlo todas las familias que tuvieran hijos hasta ocho años" y a juicio de Podemos, dijo Sánchez Serna, no cumple las exigencias de la UE.

Esa reclamación fue una constante de todos los socios del Gobierno, consiguiendo que se tramite como proyecto de ley. No se ha especificado quiénes han abordado ese diálogo, aunque recurrentemente en el pasado han sido entre la propia secretaria general, Belarra, y el ministro de Justicia, Presidencia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños.

Que se estén dando estas conversaciones, por muy breves que sean, suponen un cambio en la relación de los dos partidos. Se produce en un momento clave para el Gobierno que, más allá de los permisos, o de la ley de reducción de la jornada laboral, que decaerá este miércoles —Podemos sí la apoyará cuando vuelva y reclama que no se rebaje su contenido para sacarlo con la derecha— tiene por delante el proyecto de Presupuestos Generales del Estado. La desconexión de Podemos con el PSOE era un problema para avanzar en las negociaciones. Los pasos dados con Israel han permitido abrirlo algo, aunque las reclamaciones de Podemos siguen siendo altas para sacar las nuevas cuentas.

Hay que recordar que los de Belarra exigen una bajada del 40% del alquiler, así como otras cuestiones que impidan que se especule con la vivienda. Por otro lado, se reclama el cese de las relaciones diplomáticas con Israel y que se revierta ese rearme. Las exigencias en vivienda son demasiado altas para el PSOE. Del mismo modo, desvincularse por completo de Israel —también lo pide Sumar— no está contemplado por Exteriores. Igualmente, el compromiso de gastar un 2,1% del PIB y no un 3 o 5% como plantean desde la OTAN, ya está sobre la mesa y pactado por el Gobierno. Lo que dificulta cualquier negociación si Podemos no rebaja esas exigencias aprobadas por las bases a finales de 2024.

Podemos mantiene la desconfianza con el PSOE

Desde el partido morado, pese a ese pequeño avance de contactos con los socialistas, se mantienen prudentes. No se fían del PSOE. Lo aplican al asunto clave de la semana: las nueve medidas anunciadas por el Gobierno y ratificadas por el Consejo de Ministros este martes.

El último en hacer alusión a esa desconfianza fue este martes el portavoz parlamentario de Podemos, Javier Sánchez Serna. Durante una comparecencia en la sala de prensa del Congreso previa a la reunión Junta de Portavoces de la semana, el diputado murciano aseguró que desconfían de Sánchez y el Gobierno sobre esos anuncios respecto a Israel. Creen que pueden ir más orientados a una campaña electoral que a otra cosa. "Estaremos vigilantes", afirmó, después de señalar que ayer Sánchez se enmendó al reconocer que las relaciones comerciales se han mantenido pese a negarse en marzo y abrirse una crisis de Gobierno con Sumar.

Podemos quiere esperar a ver de forma efectiva la aplicación del decreto ley de embargo de compraventa de armas a Israel. Quiere que el Gobierno aclare cómo se va a aplicar en el futuro y si se va a impedir que se haga uso de las bases estadounidense —aliado de Israel— en Rota o Morón para sortear esas medidas. Para los morados, hasta ahora, respecto a estos asuntos, "el Gobierno ha estado dos años mintiendo".