La mayoría de PP, Vox y la abstención de Junts y el PNV aprobó la reprobación de la ministra de Igualdad, Ana Redondo, este miércoles en el Congreso de los Diputados. La medida, simbólica, partió de la moción de interpelación de los populares que instaba a debatir sobre la protección de las víctimas de violencia de género, algo que coincide de lleno con la polémica abierta sobre los fallos en las pulseras antimaltrato para los agresores machistas. Esos fallos han permitido que algunos se excedan el límite para acercarse a sus denunciantes.

En concreto, facilitaron la moción 170 votos populares y de Vox, añadido a las cinco abstenciones del grupo vasco y las siete de los independentistas catalanes. En contra se posicionaron el resto de grupos de la cámara, tanto socialistas como los grupos de izquierda. La mayoría del Congreso, con ello, muestra su rechazo a la gestión de la titular de Igualdad. Lejos de tener esos efectos legales, si aumenta la presión contra el Ejecutivo y contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que aún no se ha posicionado sobre el asunto.

La reprobación de Redondo no siembra precedente, numerosos ministros han sido sufrido esa misma condena parlamentaria durante la legislatura, es el caso de Óscar Puente, titular de Transportes, o el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska.

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