El funeral-homenaje de Estado a las 236 víctimas que dejó la dana del año pasado en la provincia de Valencia, así como en puntos de Castilla-La Mancha o Andalucía, estuvo cargado de emociones y sensibilidad. Era palpable en el ambiente, y entre los rostros de los asistentes. Aunque al inicio se pudieron escuchar algunos insultos y reproches al president de la Generalitat, de los familiares afectados que asistieron al acto, el itinerario siguió con normalidad. Sin críticas gruesas o apelaciones directas a figuras como Carlos Mazón. Tampoco al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

El papel de Estado, en ese desarrollo del evento lo ejerció el Rey Felipe VI, que intervino en una entrega floral y con un breve discurso como punto final. Aunque fue el encargado de recibir a distintos representantes de las víctimas antes del inicio, en una audiencia privada en la que le acompañó la Reina Letizia y el propio Sánchez, entre otras autoridades. En ese discurso de clausura, el monarca dejó un mensaje de unidad y de prevención de cara a futuras catástrofes. Un mensaje directo a las distintas administraciones del Estado.

"Hay que analizar las causas de la tragedia. Tener capacidad para afrontar en el futuro otras catástrofes y minimizar las consecuencias. Todos deseamos que no vuelva a ocurrir, pongamos de nuestra parte para evitar que se repita", dijo el jefe del Estado. Incluyendo en su mensaje a la Reina con una alusión, trasladó un mensaje a los más de 600 familiares presentes en el Museo de las Ciencias de Valencia -800 asistentes incluyendo a autoridades y representantes públicos-: "La Reina y yo estamos con vosotros. Que lo sepáis: estamos ahora y siempre con vosotros", recalcó Felipe VI. El Rey, con sus palabras, y esa mención a la unidad, intentó rebajar la tensión del principio. En una jornada en la que Mazón estaba señalado, con protestas en la calle, peticiones de dimisión y en la que se negó a no asistir como pedían las asociaciones de afectados.

De hecho, las propias entidades de víctimas pidieron que Mazón no estuviese presente en esa audiencia con los Reyes y Sánchez inicial. De fondo, en el exterior, se podían apreciar distintas proclamas así como exigencias de dimisión del presidente de la Generalitat. Tras ella, y a la entrada del líder valenciano al espacio habilitado en la Ciudad de las Artes y las Ciencias Valenciana, fue increpado al tomar asiento por distintos familiares. "Asesino" o "rata cobarde" fueron algunas de esas interpelaciones. Algo que, tal y como quedó reflejado por las cámaras, llevó a Mazón al borde de las lágrimas, aunque mantuvo el tipo.

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