Embajadores que desarrollaron la mayor parte de su carrera a partir de la Transición han considerado que el papel internacional de España ha perdido relevancia y han criticado la politización del Ministerio de Asuntos Exteriores. Así se recoge, según informa Efe, en el libro Embajadores de España, la patria habla a través de nosotros, del diplomático jubilado Domingo de Silos Manso, que reúne 23 entrevistas a miembros destacados del servicio exterior en un libro que se presenta este martes 4 de noviembre en el Casino de Madrid. Entre los testimonios destacan los de dos exjefes de la Casa del Rey, Rafael Spottorno y Alberto Aza.

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En su aportación al volumen, Alberto Aza, exembajador en México y el Reino Unido y jefe de la Casa del Rey entre 2002 y 2011, valora la profesionalización de la carrera diplomática, pero ha pedido que se ponga fin a lo que considera “politización interna”. En cuanto a Spottorno, exembajador y jefe de la Casa del Rey entre 2011 y 2014, habla de un papel “menguante” de la política exterior española. Sus apreciaciones se producen en un contexto de críticas crecientes en el seno de la carrera diplomática contra el ministro José Manuel Albares.

Entre los testimonios destaca el de Inocencio Arias, exembajador ante la ONU y exdirector de la Oficina de Información Diplomática con gobiernos de UCD, PSOE y PP. Arias ha reprochado al Gobierno de Pedro Sánchez el uso de eslóganes que considera “vacuos”, como la diplomacia feminista, y ha cuestionado las gestiones para ampliar el uso del catalán, euskera y gallego en las instituciones europeas, a las que se refiere como “batallas idiomáticas desgastadoras en Bruselas por oportunismos personales”. Aunque subraya que España “no es un cero a la izquierda en el exterior”, afirma que el país cuenta menos que en etapas recientes y que “no lidera nada como se nos vende”.

Sin una política exterior definida

Jorge Dezcallar, exembajador en Washington y exdirector del CNI, se pregunta si España cuenta en la actualidad con una política exterior definida. Ha considerado que sí la hubo durante los gobiernos de Felipe González, con una relación sólida con Alemania, y de José María Aznar, con una “excelente” sintonía con Estados Unidos. Segun Dezcallar, “esto se acabó con Zapatero y no mejoró con Rajoy” y ha lamentado que los diplomáticos hayan tenido que defender posiciones opuestas a las mantenidas tras el 1-O en Cataluña, algo que, sostiene, perjudica la credibilidad. María Jesús Figa, embajadora en destinos como Vietnam o la Santa Sede y única mujer de su promoción en 1978, ha insistido en la falta de medios económicos en la acción exterior.

Otros testimonios adoptan un tono más matizado. Antonio de Oyarzábal, exembajador en Estados Unidos tras el final de la Guerra Fría, ha hablado de “cierta timidez internacional” de España y ha insistido en la necesidad de cuidar las relaciones con socios y aliados, así como la atención hacia Iberoamérica, el Mediterráneo y África. En esa misma línea, Eugenio Bregolat, exembajador en Rusia y tres veces en China, ha señalado que la influencia exterior de España está ligada a su papel en Europa y a la relación singular con Iberoamérica.

El puente roto con Iberoamérica

La región iberoamericana es, precisamente, uno de los puntos donde varios diplomáticos han detectado una pérdida de protagonismo. De Silos ha afirmado que España “no está siendo un puente” entre la Unión Europea y países con “enorme peso” como Argentina o México, con los que considera que la relación no pasa por su mejor momento.

En declaraciones a Efe, Domingo de Silos ha evitado posicionarse sobre esas opiniones y ha apuntado a cuestiones estructurales: la falta de medios humanos y económicos y una “falta de comunicación” por parte del Ministerio. Como ejemplo, ha señalado la ausencia de información clara sobre el contenido del acuerdo sobre Gibraltar firmado el 11 de junio y pendiente aún de ratificación. La Asociación de Diplomáticos Españoles ha denunciado igualmente prácticas que considera arbitrarias. Domingo de Silos Manso, de 81 años, ha sido embajador en Gabón y Santo Tomé y Príncipe, y diplomático acreditado ante la Santa Sede y la OCDE. Fuera de la carrera diplomática, ha ejercido como director general del grupo Prensa Ibérica.

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