Vito Quiles, con 25 años, se ha convertido en una figura indiscutible de la actualidad de la España polarizada de hoy. Un protagonismo tan ascendente como controvertido, tan repudiado como ensalzado. Le entrevistamos al final de la semana en la que ha puesto en pausa su tour por las universidades España combativa, una gira que reanuda en Madrid, esta semana, y que le llevará a dos escenarios muy distintos: al CEU San Pablo -a priori, un lugar amable para su figura- y a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Complutense, centro de alta actividad estudiantil de izquierda por donde pasó la cúpula fundadora de Podemos. Ya hay manifestaciones organizadas contrarias a su presencia en el campus de Somosaguas.

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Quiles asegura que el tour universitario no ha salido como él esperaba, pero le ha permitido amplificar su figura más allá de su trabajo en el Congreso. En el Parlamento se ha cuestionado que su labor sea periodística y el Gobierno ha legislado para limitar el acceso informativo a medios de comunicación menores. No han evitado que Quiles sigua trabajando para distintos medios y él considera que su labor es muy necesaria en estos momentos. Muchos periodistas reniegan de su forma de funcionar y no le consideran periodista. Como muestra, las fotos distribuidas por la agencia Europa Press lo califican de "seudo periodista" en los textos que acompañan la imágenes.

Este ilicitano, nacido en el 2000, ha conectado con una generación que es mucho más derechas que sus padres. Se refiere a la transición democrática de España como un momento en el que “los abuelos supieron salir adelante y dieron ejemplo”. Un joven de este siglo lleno de incertidumbres para el que Franco fue materia curricular de “los libros de Historia del cole”.

Pregunta:¿En qué consiste tu gira, cuál es tu idea fundamental?

Respuesta: Pues la idea fundamental del tour que he emprendido es poder acercarme más a mi público, a los jóvenes y, sobre todo, poder conectar más con ellos, acercarme a sus ideas, acercarme a ellos también como forma de respaldo, de apoyo, porque yo atravesé una situación académica parecida; estudié en una universidad pública, concretamente la Complutense [Madrid] donde veía amenazada cierta forma de pensar. Muchos jóvenes, a día de hoy, sienten lo mismo que sentía yo cuando estudiaba y creo que es importante hacerles ver que estamos con ellos y que no sólo una ideología es la predominante en el mundo y en España. Que hay pluralidad política que se debe ver representada en las universidades, aunque parezca que cada vez es más complicado -en la universidad pública- poder disentir del planteamiento hegemónico que hace la izquierda.

P: ¿Por qué la has hecho una pausa?

R: Por dos cosas. Es una forma de solidarizarse con un compañero periodista de El Español que fue brutalmente apalizado por los radicales de extrema izquierda y por la Kale borroka.  Otro motivo es porque me gustaría intentar hablar con Interior o con la Delegación del Gobierno, con las autoridades responsables y pertinentes en este ámbito para que garantizaran la seguridad tanto mía y de los asistentes. Veo que es un problema celebrar una gira universitaria -que al final versa en charlas y en diálogos con los jóvenes- en un ambiente tan hostil y tan complicado rodeados de tanta violencia.

P: ¿Lo retomas la semana que viene?

P: Mi idea es retomar las charlas porque además me quedaban tres sitios por visitar. Uno es Las Palmas de Gran Canaria, otro Tenerife y otro Madrid. En casi todas las universidades públicas se me ha denegado la autorización, la entrada, pero veo con esperanza como otras universidades lo han aceptado. Una es el CEU de Madrid y veremos también qué pasa en Canarias, que en principio no está muy por la labor, algo que yo no entiendo, pero bueno, quiero seguir con el tour porque creo que hay gente que sí quiere escucharme y lo han demostrado, 

Vito Quiles entre una masa de estudiantes de Sevilla.
Por ser significativo, reproducimos el pie de Foto con el que Europa Press distribuye la foto: "El seudo periodista Vito Quiles llega a la concentración convocada bajo el lema 'España combativa' en la Universidad Pablo Olavide de Sevilla (UPO)".
| Francisco J. Olmo / Europa Press

P: ¿Tienes claras las fechas?

R: Sí, el martes voy al CEU y el miércoles a la Universidad Complutense, a la Universidad Complutense a la Facultad de Ciencias Políticas.

P: En Navarra hubo disturbios y ahora vas a este sitio. ¿Eso te convierte en un provocador?

R: No, yo creo que no. Cuando en España desistimos de poder hablar con libertad en un sitio simplemente por el mero hecho de que estemos amenazados, creo que eso no es provocar, eso es luchar por la verdad, por la libertad. No puede ser -o no es normal- que en un país como este, en un Estado de Derecho, en una sociedad democrática, haya gente que por tener un discurso no pueda ir a otros sitios o otros lugares del territorio nacional donde impera otra ideología. La base de la democracia es poder confrontar ideas desde el diálogo, no desde la violencia y es una auténtica anomalía lo que se está viendo en las universidades. En una sociedad democrática podemos confrontar y no tiene por qué ser mediante la violencia, como parece ser que busca hacer la izquierda.

P: Se ha hecho la analogía de que esta gira es parecida a lo que hacía Charlie Kirk ¿Quieres convertirte en un Charlie Kirk?

R: No, y sobre todo, no quiero acabar como él. Pero esa era la intención, hago autocrítica y soy consciente de que la gira universitaria no se parece en absoluto a lo que hacía Charlie Kirk, porque Charlie Kikrk en cierta parte, tenía la posibilidad de confrontar ideas, de dialogar y de rebatir y argumentar. A mí no se me ha brindado esa posibilidad. No es que yo no tuviera esa voluntad, yo la tenía y a mí si eso me hubiera permitido entrar a los campus universitarios y entrar a las aulas, yo hubiera confrontado, yo hubiera argumentado y me hubiera explicado como estoy haciendo aquí en esta entrevista. Tengo esa capacidad para hacerlo, el problema es que no se me ha permitido y lo que yo no entiendo es por qué. Por qué en una universidad pública que debe ser la sede del debate, el foro de la discusión, no se permite pensar distinto, no se permite ejercer mi uso de libertad de expresión. Habla muy mal de España y de la sociedad que estamos construyendo, porque en Estados Unidos realmente Charlie Kikr, cercano a Trump sí pudiera hablar y explicarse y aquí no, pues me parece que lo único demuestra es que la izquierda en España es aún más totalitaria que la estadounidense.

P: ¿Quieres convertirte en la voz de los jóvenes de derechas de tu generación?

R: Realmente no es algo que quiera, si algunos jóvenes consideran que yo les represento, me congratula, me gratifica mucho porque me enorgullece. Es lo que buscaba un poco también en el tour, en ese sentido de poder representarles, pero tampoco me quiero elegir el representante o el líder de ningún movimiento. Intento hablar mediante mi trabajo, defender cosas que cada vez defienden más jóvenes y yo no creo que me haya propuesto liderar ningún tipo de movimiento. Es verdad que así lo parece, porque hay muchos jóvenes que, con determinación y con valentina, están acudiendo a mis actos, me están apoyando y están alzando la voz contra de lo políticamente correcto y eso es importante, es algo bonito y esperanzador dentro la juventud.

P: Te expones bastante, ¿tienes miedo a recibir una paliza o a que alguien por la calle te reconozca y en un momento dado sea alguien violento?

R: Miedo no tengo porque lo que hago lo hago por convicción. Estoy defendiendo lo correcto y, sinceramente, no me preocupa, pero es verdad que sí que intento ser prudente, llevar cuidado, andar con cautela porque soy consciente de que recibo muchas amenazas, de que me han puesto en el disparadero también desde las principales televisiones públicas. No doy crédito a que se me dedique tantos minutos en televisión; a alguien que, dicen a la vez, que no hay que darle importancia, que no hay que denominarlo como periodista o que hay que huir de lo que dice y -a la vez- todo el día hablando de mí. Sí que me preocupa que se me señale de esa forma, porque nunca dicen nada bueno ni positivo y tampoco actúan con mucha pluralidad, ni con mucha neutralidad cuando se habla sobre mí. Que los defensores de la verdad y del buen hacer del periodismo se dediquen a difamarme y a estigmatizarme es algo que no acabo de entender.

Álex Cámara / Europa Press
Jóvenes convocados por Vito Quiles en la Facultad de Derecho de la Universidad de Granada.

Que los defensores de la verdad y del buen hacer del periodismo se dediquen a difamarme y a estigmatizarme es algo que no acabo de entender

P: ¿Con esta gira has dejado de ser periodista, porque estás abriendo una fase más política? 

R: Se pueden compaginar ambas cosas, el periodismo abarca muchos rangos, no solo existe un periodismo informativo, se puede hacer un periodismo de opinión,  se puede hacer un periodismo crítico, se puede hacer un periodismo más descriptivo. Me he visto obligado a entonar ciertos discursos políticos orientados en la defensa de la libertad, de las instituciones, de la politización que se ha hecho de las facultades en España, pero porque el ambiente y la situación así me lo ha exigido. Pero tampoco he lanzado tantos mensajes políticos, ni promesas, porque no soy político, no puedo prometer nada. Quiero seguir haciendo lo que hago, me quería acercar a los jóvenes y a mis seguidores y eso es lo que he hecho con esta gira y quería intentar defenderles de alguna forma frente a ese adoctrinamiento ideológico que imperan las universidades públicas. Mi trabajo creo que es necesario, es importante y que cada vez es más reconocido por la gente.

P: Pero sí que te has convertido en noticia, que eso es un axioma del periodista, no ser la noticia.

R: Hay periodistas que, supuestamente defienden lo mismo, que el periodista no sea la noticia y ahora están testificando en un juicio contra el Fiscal General del Estado porque han sido noticia por la filtración de ese correo contra el novio de Ayuso. El problema es que solo se me cuestiona a mí por ser la noticia y no a ellos también.

P: ¿Cómo es tu relación con Alvise?

R: Tenemos una relación de amistad, ahora mismo nada más. Durante un tiempo me acerqué un poco más a su partido, nunca tuve una relación económica, comercial con él, o sea, siempre tuvimos una relación de amistad, pero es verdad que me involucré un poco más en su proyecto porque me parecía interesante. En los últimos tiempos he perdido un poco el interés también por los movimientos políticos. No hay nada que me ilusione desde el punto de vista de los partidos y me mantengo un poco al margen de las ideas que él tiene políticamente, pero seguimos siendo amigos.

P: ¿Vox tampoco te llama la atención, en general no te ves con los partidos? Dentro de unos años quizá sí te ves dentro de un partido en alguna función de comunicación o portavocía.

P: No lo sé, estas cosas nunca se saben. En principio quiero seguir haciendo periodismo porque creo que el periodismo que hago es un periodismo distinto y que también puede ser necesario o que adquiere cierto apoyo y respaldo entre mucha gente, sobre todo los jóvenes. Vox ahora mismo también está en un punto a veces un tanto confuso porque al final todos los líderes fundacionales que orquestaron ese gran movimiento con 52 escaños ya no están. Veo algunas cosas que no me gustan, como en general de todos los partidos, entonces tampoco quiero pedir el voto ni mucho menos ni defender fielmente a ninguno. Es verdad que hay partidos con los que me acerco más ideológicamente, igual que todo el mundo. 

P: Espinosa Monteros ha tenido palabras de alago hacia tu figura. ¿Te resulta cercana también esa forma que ha adoptado él de hacer lobby desde una fundación para hacer política?

R: Es buen tío, Iván, me cae muy bien. Tenemos una buena relación, también de amistad. Lo que ha montado me parece un proyecto interesante, y además, creo que es necesario un think tank, una plataforma para defender ciertos postulados que, a su juicio, no se están defendiendo en el Parlamento o no defiende el que era su partido. Él cree que tiene la obligación moral de hacerlo porque ya no se están protegiendo esos principios que él defendía. No sé en qué quiere desembocar esto, no sé qué intenciones tiene Iván, pero yo me mantengo al margen. Fui a la presentación de Atenea, me pareció algo correcto, algo interesante para la gente y un proyecto bonito.

P: ¿Y al PP, ni con Ayuso?

R: En el PP hay líderes políticos que me gustan más que otros, con los que simpatizo, con los que también tengo una buena relación de cercanía. Ayuso hoy justo me mencionaba en la Asamblea de Madrid defendiendo un poco lo que ocurrió en Pamplona, defendiéndome a mí frente a esos ataques y creo que es una política muy válida, muy valiente y que demuestra tener muchas agallas posicionándose de esa forma en defensa de alguien que está siendo fuertemente estigmatizado por la izquierda. Demuestra que no tiene complejos, que no tiene miedo y simpatizo con ella, pero ya te digo, es que no encuentro un movimiento tampoco que me apasione desde el punto de vista de formar parte. Mi labor es más interesante y más importante desde fuera de la política, quiero contribuir de alguna forma, a apoyar ciertos postulados que defiendan una alternativa que a mí me representa más que el Gobierno actual y a ver si lo podemos conseguir.

P: ¿Qué es lo que necesita España?

R: Necesita un cambio de rumbo radical en muchos postulados que yo considero que son nocivos, por ejemplo, de la situación preocupante del nivel migratorio que se vive en nuestro país con cada vez más inmigración ilegal y descontrolada que está convirtiendo algunos barrios en en insoportables desde el punto de vista de la convivencia. Luego también mucha precariedad económica. Somos un país con 12 millones de personas en riesgo de exclusión social. Un informe de Cáritas nos situaba como una generación que va a ser mucho peor económicamente que la generación de nuestros padres, que vamos a estar incluso por debajo con menos opciones, con menos alternativas.

Estos últimos años hemos ido a peor en todos los sentidos, tampoco veo estadísticas ni datos económicos que demuestren lo contrario. España necesita un cambio radical en prácticamente todo y me gustaría también que se invirtieran medidas en defensa de los jóvenes. Somos los que más problemas tenemos para hacer una vivienda, más problemas para emanciparnos. También me gustaría que España adoptara otros postulados más férreos en la defensa de la libertad de expresión.  Hay ideas que se ven muy amenazadas y muy demonizadas por ciertos sectores y no entiendo muy bien por qué si presumimos tanto ser una democracia tan abierta, tan grande y tan consolidada.

P: ¿Somos una dictadura?

R: No, una dictadura, no, pero creo que de alguna forma la evolución y el nivel de declive ético democrático que está sufriendo España le aproxima a ciertos planteamientos más dictatoriales que democráticos. Pedro Sánchez toma decisiones unilaterales, sin consultar con el Parlamento sobre el Sáhara o sobre otras posturas internacionales del gobierno, sin preguntar a la oposición. Me parece grave que el presidente se niegue a comparecer en el Senado y que asista tan poco a someterse a sesiones de control.  Que el presidente persiga los medios de comunicación o que se elaboren leyes para limitar la presencia de ciertos medios de comunicación en las instituciones son planteamientos más dictatoriales que democráticos. ¿España es una dictadura? Espero que no, pero una democracia plena tampoco. 

Vito Quiles durante la entrevista.
Vito Quiles. | I. Cánovas.

Lo que está creciendo en este país es la extrema izquierda, en España no existe la extrema derecha.

P: ¿En el Congreso has podido funcionar?

R: Sí, sí, yo de momento sí, porque ante su afán totalitario les puede más su nivel de incompetencia, porque no han sabido elaborar la ley para echarme. Al final se equivocaron pensaban que mi medio, o el medio con el que colaboro, tenía menos de diez trabajadores, tenía más y les ha salido mal hasta eso. Los deseos y la intención del gobierno es echarme a mí y yo no soy el objetivo, son muchos medios de comunicación a los que se ha criminalizado por publicar informaciones sobre la corrupción de la familia de Pedro Sánchez y que, con el tiempo, han demostrado que eran ciertas. Se quiere limitar esa intención de fiscalización del poder que hacen los medios y acabar con esa parte de la democracia.

P: En España, ahora mismo los jóvenes son más de derechas que podían ser hace hace 30 40 años. Pero también hay una parte que son de extrema derecha. ¿Cómo percibes tú el crecimiento de la extrema derecha?

R: Lo que está creciendo en este país es la extrema izquierda, en España no existe la extrema derecha. Hay jóvenes que sí simpatizan con posiciones más extremistas, eso hay que reconocerlo, pero creo que la extrema derecha no está representada en España, no está representada institucionalmente y creo que la extrema izquierda sí lo está. Los que decían que ETA tenía una justificación política no era la derecha, era la extrema izquierda. Los que decían que aquí hay lawfare, que los jueces prevarican porque se está investigando con la corrupción, son posicionamientos extremistas y no los efectúa la extrema derecha, es la izquierda. 

P: ¿En el Congreso sí hay extrema izquierda, pero no hay extrema derecha?

R: La extrema izquierda sí está representada. Además, hay un señor que ahora habla de reventar a los activos de la derecha. Lo dice con total normalidad. También su mujer, una señora llamada Irene Montero, dice que hay que derrotar militarmente a Israel. Eso son posiciones extremistas, brutalmente extremistas, y no las entona a la derecha. También hay una señora que decía que había que matar a un coronel de la Guardia Civil que investigaba la familia de Pedro Sánchez que era el teniente coronel Balas y lo decía la fontanera del PSOE. Todo esto es extremista, pero yo no encuentro esas posturas dentro de la derecha institucional.

P: Vox sí que dijo que había que hundir un barco de una ONG, a lo mejor es un poco extremo.

R: No se ha dicho que hay que hundir ningún barco desde Vox. No se dijo que había que contener la pateras y los cayucos que llegaban. 

P: Creo que Abascal sí dijo que de hundir el barco de la ONG [Open Arms]

R: Sí, bueno, pero no me parece extremista, ahora mismo no recuerdo esas declaraciones. Creo que lo que se ha dicho es que hay que contener la inmigración ilegal, y que el barco de Open Armas no puede servir para rescatar o de alguna forma para traer inmigrantes a nuestras costas que vienen en situación de irregularidad. Pero de todas formas, si se hundiera el Opens, a mí, no me parece mal mientras mientras no se hunda con nadie a bordo. Yo creo que lo que se refería era simbólicamente a que había que acabar con ese barco y con esa ONG, que lo veo bien, porque esa ONG lo que está patrocinando es la las oleadas en masa de inmigración ilegal que no favorece a nuestro país en absoluto.

P: ¿Cómo percibes la inmigración legal?

R: No soy una persona racista, no me considero, a pesar de que me quieren tildar de eso. La inmigración es buena cuando viene a aportar. En Madrid, por ejemplo, hay una inmigración muy adaptable, una inmigración americana que contribuye al crecimiento del PIB, que contribuye a que las empresas puedan realizar de mejor manera su trabajo. Lo que me preocupa mucho es que haya gente que no venga a España a contribuir, que venga a España a sembrar el terror, el caos, la división, los enfrentamientos civiles en la calle y que de alguna forma no es una inmigración positiva, pero la inmigración legal legal, bienvenida sea, 

P: En parte de Vox, en el entorno esta el debate, de que tampoco hay que pasarse, entre comillas, con la llegada de muchos inmigrantes legales.

R: ¿Quién ha dicho eso?

P: Ese debate se lo he oído a gente de Vox, de su entorno y del ecosistema de la derecha / ultraderecha, aunque tú no la consideres ultraderecha.

R: Entonces ya no es Vox, es un entorno. Puede ser mi abuela que a lo mejor vota o que quiere que vuelva Franco, ¿no? 

P: Si me preguntas si se ha dicho oficialmente quizá, oficialmente, no se ha dicho, pero ese debate existe.

R: Bueno, también existe el debate dentro de la extrema izquierda y el núcleo de extrema izquierda que hay que matarme a mí, que hay que hacerme como a Charlie Kirk. Si me pongo a comentar todo lo que dice la gente por ahí no acabaríamos nunca, pero creo que mi papel es analizar lo que dicen los partidos representados en las instituciones. Claro, no no la gente de un núcleo de por ahí, la gente cercana.

P: ¿Qué te parece un movimiento como el Núcleo Nacional?

P: Pues no me siento muy identificado, te tengo que ser sincero. Sobre todo porque creo que la escenificación falla. No puedes presentarte para luchar contra el totalitarismo encapuchado o contra la izquierda más radical encapuchado. Sí defienden cosas interesantes. Defienden mucho la familia, los proyectos vitales más patrióticos, que se pueda de alguna forma  mantener el rol de vida que se mantenía antes, o sea, familias de españoles con muchos hijos, porque yo creo que al final es un problema, lo de la sustitución demográfica es una realidad. Los españoles cada vez tienen menos hijos y otra gente tiene cada vez más y entonces al final, ¿dónde van a quedar nuestras tradiciones realmente? Dicen cosas interesantes. No lo voy a criticar, pero no me identifico y es verdad que puede que sea un poco más radical que Vox. En algunos planteamientos a lo mejor los defienden con más fervor, con más extremismo. No me causa tampoco muchísima simpatía, pero tampoco estoy en contra. Al final una sociedad democrática puede decir quién sea lo que quiera.

P; ¿Qué piensas de Franco?

R: Es una figura histórica. Sabes lo que pasa, es verdad que lo he estudiado en Historia, en los libros de historia del cole, pero tampoco te creas tú que he investigado mucho. No lo he vivido. Entonces, a mí me parece mal tanto la gente que opina en contra de Franco, como jóvenes que dicen ser antifranquistas, cuando no han vivido el periodo franquista. A lo mejor a tu familia, tus abuelos, les iba mejor o tienen otra opinión. Hay gente que opina muy fácilmente de cosas que no ha que no ha experimentado. Debería haber vivido a lo mejor ese periodo y por lo que sé o por lo que he podido estudiar y leer, creo que de alguna forma es una figura muy controvertida, evidentemente, pero creo que hay que empezar a borrar del mapa. Es una figura histórica que se sigue estudiando, se dan muchos enfoques.

Durante el franquismo habían garantías frente a lo que se vive actualmente, era más fácil poder hacer una vivienda, más fácil transitar en una calle por la noche sin tener miedo a que una turba te agreda o te robe el móvil o el bolso. Hay escenas que se viven, a día de hoy, que no se vivían en el franquismo. Pero luego también, el franquismo tuvo sus luces y sus sombras. Hubo momentos en los que podemos pensar que tenemos ventaja en ese momento frente a lo que se vive ahora y luego también ha habido falta de libertades, de censura y de pluralismo, preocupantes que -a día de hoy-, bueno, iba a decir que no se viven, pero también se vienen un poco.

La Historia se la dejo a los historiadores, no es mi papel juzgarla y creo que cada uno tendrá su opinión y, es respetable, tanto la gente que dice que en el franquismo sufrió represión y que de alguna forma oye, tiene familiares que han sido ejecutados, que han sido fusilados por el régimen franquista y otra gente que también defiende que tiene familiares que han sido brutalmente represaliados por el bando republicano. Hay que desterrar esos odios pasados. La sociedad, los españoles ya se abrazaron y los abuelos supieron salir adelante, dieron un ejemplo durante la transición y nos tenemos que quedar con eso.

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