La fiscal de Sala Jefa de la Sección Penal de la Fiscalía del Tribunal Supremo, Teresa Peramato, ha sido la elegida por el Gobierno para sustituir a Álvaro García Ortiz al frente del Ministerio Público. Los de Pedro Sánchez apuestan, de nuevo, por una mujer progresista con una amplia especialización en violencia de género.
Peramato es considerada del círculo cercano a García Ortiz, uno de los requisitos fundamentales para Moncloa. Como ya hemos visto en nombramientos anteriores, al igual que ocurrió en el caso del actual fiscal general de Estado, quien pertenecía al grupo de confianza de su antecesora Dolores Delgado, Peramato cuenta con la confianza de su superior en la Fiscalía.
Fiscal con más de treinta años de experiencia, Peramato es considerada una de las grandes impulsoras de la especialización judicial en esta materia de violencia de género. Desde el Ministerio Público se ha convertido en una referencia en la lucha contra la violencia machista, primero como fiscal delegada en Madrid y luego como fiscal de Sala de Violencia sobre la Mujer.
El perfil progresista de Peramato produce alabanzas en un sector de la carrera que entienden que su elección supone la evolución natural del rumbo marcado por sus antecesores. Otra parte de la carrera ve con cierto recelo su fichaje al considerar que este supone un giro militante, teniendo en cuenta su pasado como presidenta de la Unión Progresista de Fiscales. No obstante, representantes de diferentes sensibilidades dentro de la carrera aplauden su dilatada trayectoria profesional y su labor como fiscal de Sala contra la Violencia sobre la Mujer.
Desde este cargo, Peramato ha defendido la tramitación de la ley del 'sí es sí' aprobada por el Gobierno de coalición, con la que se incluyó la obligatoriedad del consentimiento expreso para proteger a las víctimas. Se posicionó en contra de reformar la norma impulsada por Irene Montero, al considerar que con esa propuesta se daba un paso más para proteger a las víctimas de violencia sexual.
También ha sido una firme defensora de la modernización de la Justicia y la atención integral a las víctimas.
Trayectoria en Violencia de Género
Ingresó en la carrera en 1990 y pasó por las fiscalías de Tenerife, Valladolid Y Barcelona. Desde el año 2005 se convirtió en un modelo en la lucha contra la violencia machista. Sus primeros pasos fueron como fiscal delegada en Madrid donde impulsó la creación de protocolos para la protección de víctimas y desde donde defendió la creación de unidades especializadas. Desde entonces, se ha convertido en una de las figuras de mayor reconocimiento jurídico en la materia.
Cinco años después, en 2010, fue nombrada fiscal adscrita a la Fiscalía de Sala contra la Violencia sobre la Mujer. También pasó por el Tribunal Constitucional donde estuvo como fiscal adscrita desde el año 2018 hasta el 2021. Ese año fue designada como fiscal de Sala contra la Violencia sobre la Mujer con Dolores Delgado a la cabeza del Ministerio Público.
Ya con García Ortiz en este puesto, ascendió hasta el puesto de fiscal de Sala jefa de la Sala Penal del Tribunal Supremo. El pasado mes de marzo, el fiscal general firmó un decreto por el que nombraba a Peramato como fiscal de Sala Delegada para la Protección y Tutela de las Víctimas en el Proceso Penal.
Peramato tiene por delante una difícil tarea de recuperar la imagen de imparcialidad de la institución. Tras un año más que convulso en el seno del Ministerio Público marcado por la causa y posterior condena del su máximo representante.
Las principales asociaciones de fiscales insisten en la necesidad de recuperar el prestigio de la institución y de transmitir a la ciudadanía una imagen de independencia respecto del Ejecutivo.
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