Que, camino de los cuatro años del giro en el Sáhara, la posición de Albares y del PSOE sigue siendo tan solitaria como al principio era la previsible imagen que este miércoles se escenificó en el Congreso de los Diputados. El ministerio de Exteriores había sido convocado al pleno por EH Bildu, ERC y BNG para explicar la reciente resolución de la ONU sobre el Sáhara Occidental. Para tratar de diluir un asunto que le incomoda, Albares agregó una intervención a petición propia para informar sobre “la política exterior de España en defensa de la paz, el derecho internacional y el multilateralismo” en la que volvió a repetir la supuesta coherencia de su política en Gaza y Kiev.
Pero, como era de esperar, la coherencia volvió a quedarse lejos de El Aaiún y Rabat. Cuando no tuvo más remedio que abordar el conflicto del Sáhara Occidental, lo hizo abrazando continuas evasivas y la táctica de la lectura selectiva de la resolución 2797 aprobada el pasado 31 de octubre por el Consejo de Seguridad de la ONU. En su primera intervención, Albares leyó textualmente un extracto de la resolución que presentó como un todo, como si se tratara de la totalidad del articulado. “Expresa su pleno apoyo a la labor del Secretario General y su Enviado Personal para facilitar y celebrar negociaciones tomando como base la propuesta de autonomía de Marruecos con miras a lograr una solución de la controversia que sea justa, duradera y aceptable para todas las partes, con arreglo a la Carta de las Naciones Unidas, y acoge con beneplácito cualquier sugerencia constructiva de las partes en respuesta a la propuesta de autonomía”.
Sin hablar del derecho a la autodeterminación
A renglón seguido, Albares proclamó: “Como ven, esta resolución que he citado literalmente, adoptada por una mayoría abrumadora del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, sin ningún voto en contra, reconfirma completamente la posición española conforme al derecho internacional y a las Naciones Unidas”. A su juicio, ese fragmento de la resolución confirma como acertada la apuesta que hizo el Gobierno español en marzo de 2022 cuando el Palacio Real marroquí filtró la carta de Sánchez en la que Moncloa calificaba el plan de autonomía para el Sáhara como “la base más seria, realista y creíble para la solución del diferendo".
Pero intencionadamente Albares obvió mencionar ante el Hemiciclo el contenido íntegro de la resolución, especialmente aquel que reconoce el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui -en línea con el estatus jurídico del territorio ocupado, no autónomo y pendiente de descolonización- y la exigencia de que las negociaciones sean sin condiciones previas. Los artículos omitido por Albares son los siguientes:
- Exhorta a las partes a que entablen esas conversaciones sin condiciones previas, tomando como base la propuesta de autonomía de Marruecos, con miras a lograr una solución política definitiva y aceptable para todas ellas que contemple la libre determinación del pueblo del Sáhara Occidental, reconoce que una verdadera autonomía podría ser el resultado más factible y alienta a las partes a que presenten ideas para contribuir a una solución definitiva que sea aceptable para todas ellas;
- Invita a los Estados Miembros a que presten asistencia y apoyo apropiados a esas negociaciones y a las gestiones del Enviado Personal;
- Solicita al Secretario General que lo informe periódicamente y en cualquier momento que estime oportuno durante el período del mandato, y solicita además al Secretario General que, en un plazo de seis meses a partir de la renovación de este mandato, presente un examen estratégico sobre el futuro mandato de la MINURSO, teniendo en cuenta el resultado de las negociaciones.
Una lectura sesgada e interesada que el resto de grupos parlamentarios -a excepción del PSOE, representado por el diputado Sergio Gutiérrez, siempre complaciente con el ministro- denunciaron. Albares, no obstante, ni siquiera pronunció ese derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui que grupos de izquierda y derecha le pidieron que mencionara.
Una táctica que ya empleó en la declaración conjunta que España y Marruecos suscribieron el pasado jueves tras la fugaz Reunión de Alto Nivel celebrada en Moncloa. En el documento de 23 páginas, el punto octavo establece: “El presidente del Gobierno ha reiterado la posición de España sobre la cuestión del Sahara Occidental, expresada en la Declaración Conjunta del 7 de abril de 2022. En este sentido, España acoge con satisfacción la adopción de la resolución 2797 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, de 31 de octubre de 2025, apoyando 'plenamente la
labor del Secretario General y su Enviado Personal para facilitar y celebrar negociaciones tomando como base la propuesta de autonomía de Marruecos con miras a lograr una solución de la controversia que sea justa, duradera y aceptable para todas las partes, con arreglo a la Carta de las Naciones Unidas, y acoge con beneplácito cualquier sugerencia constructiva de las partes en respuesta a la propuesta de autonomía', que subraya que 'una verdadera autonomía bajo soberanía marroquí podría ser la solución más factible' para una solución mutuamente aceptable”.
Iñarritu: "Les han metido un gol, se la han colado"
Un extracto que, en la parte final, ni siquiera está extraído de la resolución aprobada, que “reconoce que una verdadera autonomía podría ser el resultado más factible y alienta a las partes a que presenten ideas para contribuir a una solución definitiva que sea aceptable para todas ellas”. También se vuelve a omitir el derecho a autodenominación que sí recoge la resolución aprobada.
El diputado de EH Bildu Jon Iñarritu se lo recriminó sin medias tintas: “Cuando le pedíamos varias formaciones que aclaren cuál era la postura del Gobierno España sobre la resolución 2797, ustedes lo hicieron en el documento de la semana pasada, un documento conjunto de 119 puntos, si no me equivoco, en 23 folios. Pero claro, en el punto número 8, ustedes han añadido frases que no están en la posición de Naciones Unidas, que usted decía que defendían, como pueda ser que subraya una verdadera autonomía bajo soberanía marroquí podría ser la solución más factible para una solución mutuamente aceptable. Esto no está. Esta es la propuesta que hizo Marruecos y que no fue aceptada. Les han metido un gol, se la han colado. O el texto lo hizo Marruecos, y ustedes lo firmaron, lo aceptaron y les han metido un gol. Y de igual forma, lo que no incluyen es la frase reconociendo que todo ello debe ser en base al principio de la libre determinación. Yo le he preguntado antes, y le vuelvo a insistir. Señor ministro, ¿usted reconoce que los y las saharauis tienen derecho a la libre autodeterminación?”.
Iñarritu llegó a acusarlo de ser más un “wazir”, un ministro marroquí, que uno de España. “Acusar al Partido Popular de parecer más un partido venezolano que un partido español, yo le reconozco que está bien traído. Bien traído e incluso tiene sentido. Pero ¿no cree que habrá otras personas que puedan pensar que ustedes en la cuestión del Sáhara occidental parecen más un partido marroquí, marroquí, o que incluso usted parece más un wazir, un ministro marroquí, que un ministro español, en la cuestión del Sáhara Occidental? Porque desde el 2022, la mayoría de esta Cámara no ha entendido el cambio de posición y por qué ustedes lo hicieron. Y no son más transparentes cuando les pedimos que nos lo expliquen, que nos faciliten esa carta que enviaron ustedes sin traducción, la original, y también que cambien de posición, corrigiendo y obedeciendo el mandato de esta Cámara”, agregó.
Una resolución contradictoria
Albares optó por no responder a nada de lo que sus señorías, uno por uno, le preguntaron sobre la posición del Gobierno tras una resolución que Marruecos ha vendido con un nivel de triunfalismo que no se corresponde con la lectura que ofrecen juristas y expertos nacionales e internacionales sobre el conflicto del Sáhara. De hecho, el análisis de muchos de ellos -que han desfilado por las páginas de El Independiente- es que la resolución es un ejercicio contradictorio alejado de la hasta ahora tradicional corrección jurídica de la ONU. “Veo palabras lanzadas allí. Cuando hablas de una solución política mutuamente aceptable, estás hablando de algo político, y luego de una solución política. Luego añades la autodeterminación, que por definición es la elección del pueblo. ¿Cómo demonios se concilia esto? Es como ese pensamiento mágico de que seguimos haciendo lo mismo y esperamos resultados diferentes. Bueno, ¿sabe cómo lo llama Einstein? La definición de locura. En la resolución ponen cosas que suenan bien, pero ¿qué significan en términos reales?”, se preguntaba hace unas semanas en una entrevista con este diario Anna Theofilopoulou, quien fuera la asesora del enviado especial de la ONU para el Sáhara James Baker.
El diputado de Vox, Carlos Flores, también le lanzó una tanda de preguntas para censurarle haber abrazado la narrativa marroquí, despreciando un derecho internacional que Albares dijo respetar. “Usted se ha comprometido a tomar el plan de Marruecos, autonomía para el Sáhara como base preferente para un futuro estatus del Sáhara occidental. ¿Será que conoce ese plan? ¿Será que tiene información sobre ese plan? ¿Nos lo puede explicar? ¿En qué consiste ese plan de autonomía?”, le espetó.
“Somos diputados del Congreso Español. Nosotros vivimos en un estado autonómico. Sabemos lo que es un estatuto de autonomía. Sabemos lo que es el autogobierno de las comunidades autónomas. Explíquenos ese plan. En primer lugar, ¿ese plan reconoce la identidad del Sáhara? Porque cuando se habla de las provincias del sur, da la sensación de que lo primero que quiere hacer Marruecos es dividir ese territorio, es desposeer a ese territorio de su identidad, es tratarlo como un territorio subordinado y dividido. ¿Qué le parecerían a los señores de Esquerra si hablásemos de la autonomía catalana diciendo que es la autonomía de las provincias del noroeste de España? ¿Qué competencias va a tener el Sáhara o las provincias del sur en ese plan de autonomía? ¿Qué instituciones van a tener? ¿Va a haber un Parlamento? ¿Van a haber elecciones? ¿Hay un censo para esas elecciones? Pues si hay un censo, utilízalo para garantizar que el pueblo saharaui decida sobre su propio futuro, contemplando todas las posibilidades que en el derecho internacional están sobre la mesa”, agregó.
Albares, como al resto de parlamentarios, le despachó sin responder nada. También trató de defender que España no es una excepción sino que “la mayoría de la comunidad internacional” también apoya el plan de autonomía, omitiendo otra vez las intervenciones que el 31 de octubre sucedieron a la votación de la resolución. Eslovenia, Pakistán, Dinamarca o Corea del Sur precisaron que el texto votado no puede imponer una solución al conflicto en contra de la voluntad del pueblo saharaui y que no altera el status del Sáhara como territorio no autónomo pendiente de descolonización.
A juicio de Abdulah Arabia, representante del Frente Polisario en España, "el ministro ha tratado de justificar la posición de España con su apoyo 'sin ambages' a Naciones Unidas". "No obstante, no supone más que la enésima evasiva utilizada para esquivar una explicación racional a la ruptura del mayor consenso de la política exterior española hasta el momento. Todavía hoy, casi cuatro años después no se ha dado ninguna explicación sólida, más allá de los 'intereses estratégicos'", ha apostillado el diplomático saharaui. "Es evidente que se vuelve inminente la necesidad de emprender una estrategia política valiente respecto de Marruecos porque de ella depende no solo el devenir del Sahara Occidental en cierta medida, sino también el de Ceuta, Melilla y Canarias", agrega.
Canarias, sin respuesta
El ministro de Exteriores, al que varios diputados le presentaron como un agente pro marroquí sometido a los designios de Rabat, pasó de puntillas. Desde el PP, Carlos Floriano le acusó de evitar lo mollar. “Cuando comenzó a referirse a la resolución del 2797 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, no puede hacer usted lecturas parciales. No ha hablado de la negociación sin condiciones ni el derecho a autodeterminación, que sí aparece en la resolución y usted hace una lectura intentando engañar no sé bien a quién”, apuntó.
La diputada de Coalición Canaria Cristina Valido, una de las más interesadas en arrojar luz tras las insistentes reclamaciones territoriales de Marruecos sobre el espacio aéreo del Sáhara y las aguas del archipiélago, salió del plenario como había entrado. Sin información. “Quisiera hoy hacerle algunas preguntas, porque hay medios marroquíes que utilizan fuentes oficiales y que nos encontramos en Canarias frecuentemente con anuncios de los que no tenemos información. ¿Sigue diciendo hoy aquí que nada de lo hablado, de lo recogido en estos acuerdos, de los 14 acuerdos firmados, afecta a Canarias? ¿Van a facilitarnos esos documentos firmados, esos 14 acuerdos, para ver el detalle y qué significa la inversión y potenciación en puertos o la navegación aérea y otras cuestiones, como la agricultura o la pesca? ¿Y cómo es posible que si ustedes no van con Israel ni siquiera a Eurovisión, no hayan dicho nada de que Marruecos les haya otorgado licencia para explorar prospecciones de hidrocarburos en aguas cercanas a Canarias? ¿Han hablado de Monte Tropic, al sur de la Isla del Hierro, donde parece que Marruecos planea explorar la extracción de minerales raros?”. Una retahíla de cuestiones que, como las del resto, encontraron en Albares el más denso de los silencios.
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