El presidente de Vox, Santiago Abascal, compareció desde la sede nacional del partido en Madrid este lunes, horas después de la conclusión de las elecciones en Extremadura. Cita que ganó el PP sin cumplir las expectativas: ganando un escaño a la espera de que se recuente el voto CERA y perdiendo apoyo en urnas respecto 2023. Después de valorar anoche en positivo los resultados de su formación, que fue el partido que más creció en urnas, duplicando escaños y votos, el dirigente aprovechó esta nueva convocatoria de prensa para exigir a la presidenta en funciones y ganadora de los comicios, María Guardiola, que negocie y acepte el marco de exigencias de Vox.

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Sin embargo, Abascal eludió situar condiciones al PP a la primera. Sí puso dos líneas rojas: no entorpecer "el cambio" y que no se "traicione" a los votantes de Vox. "Ahora es el PP quien tiene que decidir, pero no solo en Extremadura", aseguró el líder de Vox. Para Abascal, los populares tienen que elegir "entre seguir aplicando políticas socialistas" o no. Si es así, "pues que pacte con el PSOE". "Tiene mayoría para ello, lo han hecho en Ceuta, pero también en Bruselas", indicó. Abrió otra posibilidad. "Si quieren seguir demonizando a los hombres, que pacte con Podemos. También tiene mayoría", señaló Abascal, recordando el pacto de José Antonio Monago en 2011 con IU. "No estamos diciendo algo raro, ya pactó con los comunistas", puntualizó.

Para Abascal, Guardiola "tiene tres opciones de pacto para elegir". Con el PSOE, sumaría 47 de los 33 escaños necesarios para la absoluta. Con Unidas por Extremadura -coalición de Podemos, IU y Alianza Verde-, 36 diputados regionales. Un órdago el de Abascal que no tiene recorrido para la popular. Un acuerdo con los socialistas supondría enterrar la marca en la región, mientras que Irene de Miguel, líder de esa confluencia izquierdista, se reivindicó este domingo como fuerza de oposición a los "recortes de las derechas". La tercera opción, remarcó el dirigente de Vox, es su partido.

"Si reflexiona y está dispuesta al cambio" en materia climática, migratoria, de impuestos o de género, enumeró el dirigente ultraconservador, "ahí está Vox". Abascal criticó, en todo caso, la confrontación de Guardiola contra los suyos, algo que ha sido recíproco en campaña. Desde alusiones de "machistas" a Vox, a definiciones de Guardiola como "la Irene Montero de Extremadura y del PP" por parte de Abascal.

"Lo que no puede hacer es llamar señoros a los votantes de Vox y no llamarlo a Sánchez pese a ser un peligro para las mujeres españolas". "Es lo que debería cambiar Guardiola, señalar que Sánchez es un peligro para las mujeres, por permitir que lleguen delincuentes extranjeros o excarcelar a violadores gracias a Podemos", advirtió Abascal.

Abascal se negó en su comparecencia a dar detalle sobre las exigencias concretas de Vox al PP. Sí que diferenció la reciente negociación de una investidura en Valencia con estas elecciones, que abren "una nueva fase". "Vox ha crecido más del doble. No nos cerramos a ninguna posibilidad, a que se produzca el cambio en Extremadura, algo que arrebató Guardiola". Pero para Abascal el primer paso debe darlo el PP. Elegir si quiere ir de su mano, del PSOE o de Podemos. "Ahora la pelota está en el tejado de Guardiola, y de Feijóo", definió Abascal haciendo un llamamiento claro a Génova de cara a una futura convivencia y nuevos escenarios de pacto tras el ciclo electoral de 2026.

Pese a ser preguntado por ello, Abascal no adelantó si estarían dispuestos a facilitar la investidura de Guardiola con una abstención. Lo que sí ligó el presidente de Vox es una investidura con un objetivo de gobierno conjunto. "La investidura y los presupuestos de 2026 van unidos. Si hay acuerdo, lo lógico es que también lo haya" para unas cuentas. "Pero al PP le vale con pactar con las otras dos opciones", recalcó Abascal.

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