"Necesito a Balas, así de claro". Esta afirmación de la denominada 'fontanera' del PSOE, Leire Díez, colocó en el centro de la conversación pública al jefe del Departamento de Delincuencia Económica de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, el teniente coronel Antonio Balas, Personaje del Año 2025 para la redacción de El Independiente. La exmilitante socialista pronunció esta frase en una reunión que mantuvo, entre otros, con el empresario Alejandro Hamlyn, investigado años atrás por Balas en una operación contra el fraude de los hidrocarburos.
Díez buscaba información que comprometiera al mando con el objetivo de apartarlo de las investigaciones que afectaban al Gobierno en su conjunto, como el 'caso Koldo' o la causa abierta contra el exfiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, y de manera más directa al entorno personal del presidente del Gobierno, como las diligencias sobre su mujer, Begoña Gómez, o su hermano, David Sánchez.
No obstante, según explican a este periódico fuentes próximas a la UCO, sería un error atribuir al teniente coronel la responsabilidad individual de estas investigaciones. Balas se ha convertido en la cara visible de una organización mucho más amplia, integrada por un grupo de agentes descritos como "incorruptibles", a los que no afecta la presión mediática ni política. Personas que le conocen consultadas por El Independiente le definen como un hombre de carácter muy serio. Una de ellas asegura que es la persona "más inteligente" que ha conocido nunca.
Antes de convertirse en 2020 en el responsable del departamento de Delincuencia Económica, desarrolló una trayectoria profesional extensa y diversa en la Guardia Civil, donde trabaja desde hace más de 20 años. Inició su carrera en el Grupo de Información en Guipúzcoa, donde participó en operaciones contra ETA, y más adelante pasó a dirigir la Unidad Orgánica de Policía Judicial de Salamanca. A lo largo de su carrera, ha acumulado participaciones en múltiples investigaciones complejas contra el crimen organizado y la corrupción.
Más allá del departamento que dirige Antonio Balas, la UCO se estructura en otros cuatro bloques: Narcotráfico; Delitos contra las Personas y el Patrimonio; Cibercrimen; y Apoyo Tecnológico Operativo. Cada uno de ellos cuenta con varias unidades, divididas a su vez en bloques que funcionan como un engranaje "perfectamente coordinado", donde cada agente cumple una función esencial. Alterar ese equilibrio resulta, según las fuentes, una tarea prácticamente imposible, independientemente del coronel que ocupe la jefatura de la Unidad, o del teniente coronel que coordine los distintos departamentos.
En esa misma línea se expresó el propio Balas durante la cena de Navidad de la Unidad, en la que agradeció el trabajo de sus subordinados, su "rigor y objetividad", que actúan como "escudo" frente a todo aquello que pretende erosionar la credibilidad de la UCO. Este fue uno de los pasajes de su discurso: "Estamos abriendo un camino nuevo, inédito hasta ahora. Sin embargo, sabemos dónde nos llevará, al cumplimiento de nuestro deber. Este camino, una vez abierto, dejará de ser novedad y podrá ser transitado, con seguridad, por los que nos sucederán, para que ellos puedan abrir otros caminos de servicio a nuestra sociedad".
La UCO y la política
Las fuentes consultadas aseguran a este diario que el poder político carece de capacidad real o efectiva para intervenir en el contenido de los informes que los agentes de la Unidad Central Operativa redactan, firman y elevan a los juzgados. Primero, por el compromiso personal y profesional de los miembros que la componen. Y después, aunque la presión mediática es intensa, porque la doctrina del Tribunal Supremo blinda a la unidad de élite frente a cualquier injerencia política.
La sentencia que ordenó la restitución al frente de la Comandancia de Madrid del coronel Diego Pérez de los Cobos, cesado por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, es clave en ese blindaje. El alto tribunal no solo estableció que las destituciones por "pérdida de confianza" deben estar debidamente motivadas —algo que no ocurrió en ese caso—, sino que recordó que la policía judicial actúa bajo las órdenes del juez instructor, "sin que sea admisible interferencia gubernativa, y menos aún cuando el instructor ha ordenado absoluta reserva y que solo se le informe a él".
De este modo, si el Director Adjunto Operativo (DAO) de la Guardia Civil, un cargo de naturaleza política, o el propio jefe de la UCO solicitara información a Balas o a cualquier otro teniente coronel al frente de una investigación, éste podría negarse amparándose en la ley. Por ello, las fuentes consultadas consideran prácticamente imposible que los informes puedan verse condicionados por elementos externos.
Esta cuestión ha vuelto a situarse sobre la mesa tras el impulso del Gobierno al ascenso a general del hasta ahora jefe de la Unidad, el coronel Rafael Yuste, que será sustituido por Pedro Merino, en un contexto de especial atención sobre la Guardia Civil. El movimiento ha sido leído por algunos como un intento de dejar menos protegido a Balas, que no obstante está blindado por el marco legal.
Aunque la UCO ha ganado protagonismo en los dos últimos años, su historial de investigaciones relevantes es extenso. Fundada en septiembre de 1987, de ella partieron operaciones como Púnica, que se saldó con la detención de 51 políticos y empresarios, la mayoría vinculados al Partido Popular, entre ellos Francisco Granados, exnúmero dos del PP madrileño. También asumió la Operación Lezo, así como investigaciones mediáticas como los casos de Diana Quer y Gabriel Cruz.
La Constitución establece que las funciones de policía judicial son ejercidas por las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado en todos los niveles administrativos. En la práctica, esto ha dado lugar a la creación de unidades especializadas tanto en la Guardia Civil como en la Policía Nacional, si bien es cierto que la UCO es la unidad que ahora mismo tiene más prestigio en el ámbito judicial.
De ahí que, en los últimos años, hayan dirigido prácticamente todas las investigaciones relevantes. Tal y como ha podido saber este periódico, el propio Balas se reúne habitualmente con el juez del 'caso Koldo', Leopoldo Puente, y con el fiscal jefe Anticorrupción, Alejandro Luzón, para dar cuenta de los avances de la investigación.
En el caso del Instituto Armado, la policía judicial se articula en torno a la Jefatura de Policía Judicial —que dirige el general Alfonso López Malo, que previamente estuvo al frente de la Unidad Central Operativa—, de la que depende la UCO, la Unidad Técnica y el Servicio de Criminalística. En la Policía Nacional, esa función recae en la Comisaría General de Policía Judicial y sus unidades especializadas, como la Unidad de Droga y Crimen Organizado (UDYCO) o la Unidad Central de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF).
Antonio Balas, protagonista de 2025
Poco después de que El Confidencial desvelara en mayo aquella reunión de Leire Díez, Balas se presentó en Pamplona para el registro de Servinabar, la empresa que, presuntamente, el exsecretario de Organización del PSOE Santos Cerdán y su socio Antxón Alonso utilizaban para canalizar fondos procedentes de adjudicaciones irregulares del Ministerio de Transportes. El movimiento fue interpretado por muchos como un mensaje claro: la UCO no iba a amedrentarse ante presiones ni amenazas.
El nombre del guardia civil volvió a resonar con fuerza durante el juicio en el Tribunal Supremo al exfiscal general del Estado. Junto a varios de sus compañeros, Balas acudió a declarar como testigo y defendió que la Unidad no realiza "investigaciones prospectivas". Además, ratificó las conclusiones recogidas en sus informes: que el contenido del correo electrónico filtrado —posteriormente determinante en la condena— estaba en poder de la Fiscalía General y que nada de lo publicado en la prensa era ajeno a la información que manejaba el jefe del Ministerio Público.
Pero, sin duda, ha sido Leire Díez quien ha terminado por descubrir a Balas ante la opinión pública. En aquella reunión de las cloacas del PSOE con Hamlyn pronunció unas palabras que han acabado siendo premonitorias: "No tengo ninguna gana de que este señor, Antonio Balas, se convierta en verdugo de todos nosotros. Y de momento lo que está haciendo es convertirnos a todos en presos y carceleros de él".
Cuando aquella cita salió a la luz, aún se desconocía el grado de implicación de Díez en las presuntas actividades ilícitas desarrolladas en el entorno del Gobierno. Sin embargo, la Guardia Civil ha acabado deteniendo a la exmilitante socialista, arrestada después de que, en el registro del domicilio de Antxón Alonso en el marco del 'caso Koldo', se localizara material incriminatorio contra ella.
Las detenciones se precipitaron en pleno centro de Madrid ante el riesgo de destrucción de pruebas, después de que la UCO detectara indicios de que los investigados sospechaban que estaban siendo vigilados. Balas se reunió entonces con el juez de la Audiencia Nacional, Antonio Piña, para coordinar el operativo.
Ese material sitúa a Díez en el centro de una presunta trama de corrupción que afecta a entes públicos como la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). En síntesis, los investigadores sospechan que el expresidente de este organismo, Vicente Fernández, y 'la fontanera' utilizaron su influencia y contactos en la Administración para favorecer a determinadas empresas en procesos de adjudicación a cambio del cobro de comisiones ilegales.
2025 ha sido un año marcado por una sucesión constante de investigaciones, en el que los españoles han desayunado cada semana con nuevos escándalos de corrupción. Nada indica, por ahora, que 2026 vaya a ser diferente. Todo apunta a que la UCO, y en particular el departamento que dirige Antonio Balas, seguirá en el centro del huracán. Pero, como él mismo recordó en su discurso de Navidad, la Guardia Civil no teme los escenarios que puedan presentarse:
"En algunos mapas antiguos se rotulaban territorios desconocidos, no explorados o peligrosos con la frase Hic sunt dracones, aquí hay dragones. A nosotros siempre nos ha dado igual los dragones que pudiera haber, porque, como reza nuestro libro, 'todos somos uno'. La fortaleza del compañerismo, la amistad y la unicidad de acción y propósito lo pueden todo. El rigor y la objetividad que plasmáis en vuestro quehacer diario actúan como escudo ante todo aquello que pretende mellar nuestra credibilidad. Perseverad en ello, pues así prevaleceréis".
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