Carles Puigdemont no quiere ser solo el candidato de Junts a las próximas elecciones catalanas del 12M. Su objetivo es ser visto como el candidato del independentismo, el único capaz de devolver a Cataluña al "momentum" del 1-O. Y para eso necesita trascender las siglas de Junts, un partido que en los últimos tiempos ha retornado a marchas forzadas al espacio político dejado por Convergencia, expulsando a muchos de los independientes que se sumaron al proyecto de Puigdemont en 2017.

Lo advirtió el pasado jueves, cuando anunció su candidatura pidiendo perdón a Junts por reclamar una unidad independentista que deje en segundo término al partido. Y lo confirmó este martes, con la firma de una coalición independentista pomposamente bautizada como el Pacto de Vernet. Junts suma así a sus siglas a siete formaciones políticas. Aunque dos de ellas -Demòcrates, MesCat- ya formaban parte de la candidatura de JxCat en 2021. Son las únicas que tienen representación parlamentaria.

En la comparecencia, como es habitual sin preguntas, no se aclaró si la candidatura concurrirá bajo las siglas de Junts o e optará por una nueva marca. Lo único que queda claro es el liderazgo absoluto de Puigdemont. En el manifiesto del acuerdo, los partidos expresan su apoyo a Puigdemont para "recuperar la iniciativa política y situar a Cataluña en una posición óptima para culminar los retos que inició en octubre de 2017" y en su camino "hacia la restitución plena".

Modelo Trias

Algunas fuentes apuntan a la posibilidad de que Puigdemont quiera concurrir con una candidatura que obvie las siglas de su partido, como ya hizo Xavier Trias en las elecciones municipales con la candidatura Trias por Barcelona (TriasxB). Una fórmula que le catapultó inesperadamente hasta convertirlo en ganador de las elecciones en Barcelona.

La escenificación de los dos actos protagonizados hasta ahora por Puigdemont avala estas sospechas: las siglas de Junts no aparecen en la escena, dominada por un azul que remite a la iconografía del Parlamento Europeo y está muy lejos del azul turquesa que domina la marca del partido.

En este contexto, Puigdemont agradecía este martes desde Perpiñán la "voluntad de sumar desde la identidad de cada uno" a todos los grupos que se han sumado a su llamada. Una coalición en la que no ha conseguido embarcar, sin embargo, a ninguno de los grandes partidos independentistas. El objetivo, aseguró, es "dotarse de un Govern ambicioso, que mire de tu a tu al Estado y que no deje ninguna carpeta por abrir".

ERC, rendida

Porque las apelaciones a la unidad ni impidieron a Puigdemont lanzar duras críticas a sus ex socios de Esquerra, a los que acusó, sin mencionarlos, de rendirse ante el Gobierno del PSOE. "Un país no avanza si tiene un gobierno que sale renunciado de casa", advertía, "no se trata solo de ofrecer un buen Govern, hay que recuperar la autoestima y la ambición nacional para completar el trabajo que dejamos a medias sin ningún complejo".

Puigdemont ha lanzado también duras críticas a los candidatos de PSC y PP, Salvador Illa y Alejandro Fernández, a los que ha acusado de "dejar tirados a ocho millones" de catalanes" y de estar "sobrealimentando la economía de Madrid".

"Esto solo puede ser contestado y combatido desde Cataluña, con una actitud de firmeza que alguien que tenga las manos atadas al Gobierno español no puede tener. Si hay que pasar página es precisamente al que ahoga los futuros de nuestros hijos", argumentó para concluir que "lo único que puede asegurar el futuro del bienestar" para los ciudadanos es "la independencia de Cataluña".