Ciencia y Tecnología | Medio Ambiente Simulacro para ingenieros de la UAH

Incendios de verano: cuando el peligro no está en el monte

Los incendios con riesgo químico y nuclear pueden ser tan o más devastadores que los forestales en verano; La UME se prepara así

Incendios de verano: cuando el peligro no está en el monte

Incendio con riesgo químico M. Viciosa

El año 2017 fue de los peores en cuanto a incendios. 56, de los 13.793 registrados, fueron forestales con una extensión superior a las 500 hectáreas. Pero uno solo, decenas de veces más pequeño, puede ser más mortífero si se inicia en un lugar inadecuado. Una planta química, nuclear, un almacén de gas o, simplemente, un hospital lleno de productos radiológicos, bacteriológicos o gases medicinales se convierte en polvorín al que estar atento cuando suben las temperaturas y los esfuerzos en el monte se redoblan. La Unidad Militar de Emergencias (UME) también está lista para ello en estas fechas. Y tira de la última tecnología, alguna, con sello español. Os lo contamos en este vídeo, que recoge el último simulacro para evacuar un centro hospitalario en llamas:

Estamos en un hospital. En este caso, abandonado. Es el viejo clínico de los americanos de la Base de Torrejón. Imaginemos que damos un salto en el tiempo y está aún en uso. Imaginemos que, con el calor, se ha producido una chispa. Imaginemos lo fácil que arden sus materiales y el peligro de los gases medicinales o de refrigeración. Dejemos de imaginar y veamos cómo un primer equipo de reconocimiento se encuentra con esa realidad. Ahora imaginemos el mayor peligro. ¿Las llamas? No. En este simulacro no veremos ni una. El mayor peligro casi siempre es el humo.

Un puesto de mando coordina las operaciones para tener a todo el mundo localizado. Dentro, está todo lleno de amoniaco por los escapes de los aires acondicionados. Estos equipos de respiración permiten aguantar unos 20 minutos con buena forma física. Gracias a una cámara térmica, detectan en la oscuridad en entre un tremendo ruido a un herido.

Aquí ensayan habitualmente los militares. Hoy están de prácticas ingenieros. Los que han cursado el Máster de Ingeniería de Seguridad de la UAH. Pequeños y grandes detalles operativos, como que hay que hacer los agujeros de evacuación en triángulo para evitar derrumbes. O los estrictos protocolos de descontaminación al salir. En este caso, con medidores de contaminación química, estrictos procedimientos para quitarse las protecciones y las duchas de RM21, una sustancia que se aplica dentro de una furgoneta de seguridad antes de salir del recinto.

 

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