Fundación Naturgy y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), entidad adscrita al Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, han fallado la tercera edición de su ‘Premio a la Investigación e Innovación Tecnológica en el ámbito Energético’, que reconoce como ganador el proyecto Anomalous photovoltaic effects for 2-dimensional solar cells (APE2SOL), para el desarrollo de una nueva tecnología fotovoltaica, del Instituto de Energía Solar de la Universidad Politécnica de Madrid y la Universidad Autónoma de Madrid.
El proyecto, centrado en el desarrollo de una nueva tecnología fotovoltaica basada en el efecto fotovoltaico anómalo (APE) mediante el uso de materiales bidimensionales (2D) que servirán de base para futuras generaciones de células solares, está liderado por los investigadores Elisa Antolín Fernández y Juan José Palacios Burgos, y recibirá una dotación económica de 100.000 euros para desarrollarlo. A pesar de encontrarse en una fase tecnológica temprana, la propuesta se propone avanzar significativamente en su madurez durante los dos años de duración del proyecto.
El jurado ha destacado del proyecto ganador su enfoque poco convencional y prometedor en fotovoltaica, como es el APE en materiales 2D, con un gran potencial disruptivo en el campo de las energías renovables, contribuyendo así a generar resultados con impacto académico relevante y a allanar el camino hacia la transferencia tecnológica.
El presidente de Fundación Naturgy, Rafael Villaseca, ha afirmado que "Fundación Naturgy cuenta con una iniciativa consolidada, que permitirá impulsar la investigación y el desarrollo científico en el ámbito de la energía en España".
Por su parte, la presidenta del CSIC, Eloísa del Pino, asegura que el premio es testimonio del compromiso que tienen ambas instituciones de apoyar "la investigación avanzada enfocada en un nuevo modelo económico centrado en la producción renovable, la descarbonización y las bajas emisiones de gases de efecto invernadero".
Impulso al desarrollo científico en el ámbito energético
El pasado mes de octubre, Fundación Naturgy y el CSIC lanzaron la tercera edición del ‘Premio a la Investigación e Innovación Tecnológica en el ámbito Energético’ con el objetivo de promover proyectos que contribuyan al cumplimiento de los objetivos de descarbonización en nuestro país.
Esta iniciativa está dirigida a proyectos desarrollados por organismos de investigación públicos o privados, sin ánimo de lucro, incluyendo universidades públicas y privadas (inscritas en el Registro de Universidades, Centros y Títulos) y otros centros de I+D+i. Asimismo, deben ser grupos que realicen investigación fundamental o desarrollo experimental, y que tengan personalidad jurídica propia y residencia fiscal en España.
Las candidaturas participantes deben ser proyectos inéditos, de investigaciones en curso o de reciente finalización, y cuyo potencial innovador sea susceptible de ser incorporado al mercado o de generar valor en la sociedad.
Una veintena de candidaturas a favor de la transición energética
En su tercera edición, el premio ha recibido 18 propuestas elegibles, desarrolladas por 14 entidades de 9 comunidades autónomas, entre las que hay 8 universidades y 6 institutos de investigación. Las propuestas han sido valoradas por una comisión científica, coordinada por el CSIC, y un jurado de expertos.
El jurado del premio, presidido por Eloisa del Pino, está formado por Carmen Becerril, presidenta del Operador del Mercado Eléctrico (OMEL) y presidenta de la Asociación de mujeres de la energía (AEMENER); Mariano Marzo, catedrático emérito de la Universidad de Barcelona de la UB; Diego Pavía, fundador y CEO de KIC InnoEnergy; Pedro Linares, profesor Propio del Departamento de Organización Industrial de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería ICAI; Jorge Barredo, director de Renovables de Naturgy; Jesús Chapado, director de Innovación de Naturgy; y María Eugenia Coronado, directora general de Fundación Naturgy.
Ha sido este mismo jurado el que ha reconocido el grado de innovación y la calidad de las cuatro candidaturas finalistas, que abordan temáticas de interés en el ámbito de la innovación energética como el desarrollo de baterías destinadas a vehículos eléctricos, baterías para aplicaciones de almacenamiento energético estacionario, baterías de zinc-aire y el desarrollo de una plataforma inteligente para la gestión optimizada de energía en edificios.
En su primera edición, el proyecto ganador fue CO₂UP: Escalado del proceso de reducción hidrotermal de CO₂ empleando biomasa como reductor, del Instituto de Bioeconomía de la Universidad de Valladolid (IB-UVA). En su segunda edición, el premio fue para Proton Exchange Membrane Water Electrolyzer Prototype with Improved Components (PRAGMATIC) del Instituto de Catálisis y Petroleoquímica (ICP-CSIC).
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