En España hay más de 9,8 millones de personas mayores de 65 años. Un grupo cada vez más conectado, pero también más vulnerable ante los ciberdelincuentes. Según datos del Ministerio del Interior, las denuncias por estafas informáticas crecieron un 25% en el último trimestre de 2024, especialmente durante el Black Friday y la campaña de Navidad.

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"El problema no es solo que la tecnología ignore a los mayores; es que esa falta de adaptación los convierte en el objetivo perfecto para los estafadores", explica Isabel García Baños, CEO y cofundadora de Bleta, empresa dedicada a desarrollar software accesible para personas con baja alfabetización digital.

Un riesgo doble: exclusión y vulnerabilidad

El desafío no está únicamente en la brecha digital, sino en el diseño de la tecnología. Cuando las plataformas no se adaptan a las necesidades de los mayores, la confusión se convierte en un arma que los estafadores aprovechan. Formularios complicados, mensajes ambiguos o procesos poco claros los dejan expuestos a fraudes como el phishing, el robo de contraseñas o las falsas alertas bancarias.

Cinco claves para evitar estafas digitales

  1. Contraseñas seguras y doble verificación
    Usar claves robustas y activar el doble factor de autenticación es la medida más eficaz para evitar fraudes. "El doble factor ya no es opcional: es una herramienta sencilla que puede evitar un gran disgusto", recuerda García Baños.
  2. Identificar mensajes sospechosos
    El phishing es la estafa más común: correos o SMS que imitan a bancos o empresas conocidas. La recomendación es desconfiar de enlaces o avisos extraños y comprobar siempre su autenticidad a través de canales oficiales.
  3. Formación digital adaptada
    La educación es la mejor defensa. "Lo que no se entiende, no protege", advierte García Baños. Programas de formación sencillos y lenguaje claro ayudan a reducir los engaños y a fomentar un uso más seguro de la tecnología.
  4. Actualizar sistemas y aplicaciones
    Mantener el software al día evita brechas de seguridad. Las actualizaciones automáticas son una herramienta básica para blindarse frente a nuevas amenazas.
  5. Comunicación clara y accesible
    Los mensajes de bancos, administraciones y servicios deben ser simples, comprensibles y probados con personas reales. "Un aviso confuso puede ser justo el momento en que un fraude logra su objetivo. La claridad no es un detalle, es una obligación social", señala la cofundadora de Bleta.

Hacia una digitalización realmente inclusiva

Bancos, administraciones y empresas tecnológicas tienen la responsabilidad de adaptar su lenguaje y sus procesos a todos los usuarios. De lo contrario, los mayores seguirán siendo el blanco fácil de los ciberdelincuentes.

"La digitalización inclusiva no es una opción, es una responsabilidad colectiva. Si no pensamos en los mayores, no solo los dejamos fuera: los ponemos en peligro", concluye García Baños.

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