La gripe aviar sigue extendiéndose por explotaciones ganaderas de toda España y en Castilla y León, el principal foco, se encuentra en Valladolid donde, hasta el momento, 32 granjas de gallinas ponedoras se han visto afectadas por la presencia de gripe aviar H5N1. El brote ha llegado en la última semana de campaña electoral de la Comunidad cuando han sido las explotaciones de animales las grandes protagonistas del debate político.

Los servicios veterinarios de la Junta de Castilla y León han iniciado el sacrificio de gallinas en una granja de Íscar (Valladolid) con 133.750 animales y vigilan a 32 granjas con más de un millón de aves en total.

Actuar rápidamente para evitar el contagio a otras explotaciones es importante para evitar el contagio. El pasado mes de enero se localizó un primer foco de H5N1 en la localidad segoviana de Fuenterrebollo que afectó a casi 19.000 pavos sacrificados pero se pudo evitar su expansión.

En el caso de Íscar "fue el propio dueño y los veterinarios de la explotación los que avisaron de una elevada mortalidad en la explotación", explicó ayer en rueda de prensa el director general de Producción Agropecuaria, Agustín Álvarez, que ha comparecido junto a la responsable de Sanidad Animal, Olga Mínguez.

Las medidas a aplicar en Íscar son las mismas que se desplegaron en Fuenterrebollo y que consisten en el establecimiento de una zona de restricción que comprende dos zonas alrededor de la explotación afectada: una primera zona de protección basada en un radio de tres kilómetros desde el lugar del brote y una segunda una zona de vigilancia con un radio mínimo de diez kilómetros.

Es importante destacar que esta enfermedad no afecta a humanos, por lo que no riesgo la salud humana ya que sólo se ha detectado un salto del virus a humanos.  

La organización ecologista Greenpeace está documentando sobre el terreno cómo se extraen los cadáveres de las gallinas afectadas por el brote de gripe aviar en la explotación avícola de Íscar. La organización ecologista denuncia en un comunicado “que la ganadería industrial es una auténtica bomba de relojería y que es urgente poner fin a este destructivo modelo, que pone en jaque la salud del planeta y de las personas”.

Los ecologistas destacan que “las explotaciones industriales son el entorno perfecto para la proliferación de este tipo de virus, ya que numerosos individuos genéticamente muy similares se ven obligados a vivir hacinados. Este es precisamente el modelo predominante en España y cada vez más en el mundo. Si a esto se suma que los animales se suelen trasladar a largas distancias, se da una segunda condición que facilita la propagación del virus”.

Los ecologistas vienen denunciando el impacto de las macrogranjas en el medioambiente en especial por los excrementos que se generan en estas instalaciones. Greenpeace recuerda el último informe de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) que señala, entre las medidas recomendadas para combatir los virus aviares, la reducción de la densidad de las explotaciones comerciales, especialmente en las zonas donde más se concentran estas actividades, como sería el caso Íscar.

”No podemos seguir jugando con fuego en España como si nada pasara. En Europa este devastador virus ha llevado a que se exterminen millones de animales y esperamos que España no tenga que seguir ese camino. Aunque algunos políticos han llegado a dudar de la existencia de las macrogranjas, es evidente que existen y que incluso son caldo de cultivo perfecto para virus como el de la gripe aviar y otros“, ha afirmado Luís Ferreirim, responsable de la campaña de Agricultura de Greenpeace.

Según los últimos datos del Sistema Integral de Trazabilidad Animal (SITRAN) del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, había censadas en Castilla y León, a enero de 2021, 58.212.101 de aves de corral, siendo así la cuarta comunidad autónoma con mayor número de aves, sólo por detrás de Galicia (casi 108 millones), Castilla La Mancha (97 millones) y Aragón (73 millones).