El activismo climático y la diplomacia climática pasan por un mal momento y el impulso de un nuevo papado alineado con Francisco en la lucha contra el cambio climático es percibido como una buena noticia. El activismo climático pasa por horas bajas por la persecución policial que en países como en Reino Unido ha llevado a la cárcel a numerosos activistas por sus protestas. Por su parte, la diplomacia climática -articulada en el multilateralismo de la cumbres del clima- encaja el mazazo del trumpismo que además de llevarse a EEUU del Acuerdo de París ha empujado a empresas y multinacionales a abandonar sus políticas de sostenibilidad.
Francisco publicó una encíclica histórica, Laudato Si, que aborda la crisis climática y la necesidad de una gestión compartida del medio ambiente y que Prevost ha defendido públicamente. “Es hora de pasar de las palabras a la acción”, esta frase que es un mantra del medioambientalismo de los últimos veinte años fue repetida por León XIV cuando era cardenal, lo dijo durante una conferencia en Roma en 2024 titulada Abordar los problemas de la crisis medioambiental a la luz de Laudato Si y Laudate Deum. Experiencias en América Latina. Una posición que anticipa una continuidad con la posición de Francisco de compromiso contra el cambio climático en el nuevo pontificado.
“La elección de León XIV es una gran noticia en un momento difícil para el debate climático, sobre todo ante el auge del negacionismo climático y las medidas extremas contra el clima que provienen de Estados Unidos”, asegura Manuel Pulgar-Vidal, responsable global de clima y energía de la organización ecologista WWF. “La cercanía de León XIV a Francisco es evidente. Su compromiso se ha expresado no sólo con el clima, sino también con los pobres y los migrantes, lo que es muy bueno no sólo para la Iglesia, sino para la humanidad. Tengo mucha confianza en que se reforzará el debate sobre el clima dentro de la Iglesia”, añade.
El ecologismo que reclama un crecimiento sostenible o incluso decrecimiento también tiene otra sentencia del nuevo Papa a la que aferrarse. “Debemos ser conscientes de las consecuencias perjudiciales del desarrollo tecnológico descontrolado”, dijo el entonces obispo norteamericano.
Desde el think tank liberal OIKOS en un nuevo informe publicado con motivo de la elección del nuevo Pontífice destacan su sensibilidad ecológica: “Más allá de sus intervenciones en foros internacionales, la trayectoria pastoral de Prevost en América Latina, especialmente en Perú, también da cuenta de su sensibilidad ecológica. Como obispo en Chiclayo, fue testigo del impacto directo de la minería ilegal, la deforestación y la pobreza rural. En ese contexto, promovió una pastoral social que vinculaba la justicia con el cuidado de la tierra, articulando una visión de “ecología integral” que respondía a las necesidades tanto del medioambiente como de las comunidades vulnerables”.
En el polo opuesto de Trump
La posición del nuevo Papa se distancia del nacionalismo cristiano que ha aupado a Donald Trump a la presidencia de su país y se ubica del lado del cristianismo más sensible con los inmigrantes. Pero además la distancia con el inquilino de la Casa Blanca aumenta al colocarse frente a los negacionistas climáticos del trumpismo. “El cambio climático es un problema global con graves dimensiones ambientales, sociales, económicas, distributivas y políticas, y plantea uno de los principales desafíos actuales para la humanidad”, dice la encíclica de Francisco que apoya León XIV.
Se acaban de cumplir los diez años de la Laudato Sí, como se van a cumplir diez años del Acuerdo de París del que Estados Unidos ha salido, de nuevo, por Trump. Laurence Tubiana, CEO de la European Climate Foundation reucuerda que estos diez años han sido los más calurosos de la historia de la humanidad, por lo que emplaza al nuevo Pontífice a usar su liderazgo. “Espero que el Papa León XIV sea el líder inspirador para la paz y la solidaridad que necesitamos en estos tiempos turbulentos, y amplíe los esfuerzos de la Iglesia católica para hacer frente a la crisis climática, estimulando a seguidores, gobiernos y líderes de todo el mundo para unirse y proteger la vida en nuestro maravilloso planeta”, asegura Tubiana.
La Presidencia de la COP30 espera dar la bienvenida al Papa León XIV en Belem en noviembre
Conscientes del papel que puede desempeñar el nuevo cabeza de la Iglesia Ana Toni, máxima responsable de la COP30 que se celebra este año en Brasil, ha cursado una invitación, de momento informal, al Pontífice: “La Presidencia de la COP30 espera dar la bienvenida al Papa León XIV en Belem en noviembre para que nos ayude a alcanzar un acuerdo climático que marque un punto de inflexión en la creación de un futuro más próspero, seguro, justo y sostenible”.
La vinculación del Vaticano con el medio ambiente no parece que pueda romperse fácilmente. El camino abierto con Francisco es ya el de la Tierra, así lo consideran en Oikos. En su informe Cuidar la Casa Común. Ecología en la Iglesia Católica concluyen: “El camino de la Iglesia Católica en torno al ambientalismo y el cambio climático revela que su compromiso ecológico no es accesorio ni coyuntural, sino la expresión coherente de una visión integral sobre la dignidad humana, la justicia social y el destino universal de los bienes. Desde los fundamentos teológicos sobre la custodia de la tierra, el magisterio ha incorporado el cuidado del medio ambiente como una dimensión ineludible de la ética cristiana y de la doctrina social de la Iglesia. No se trata de una agenda externa, sino de una exigencia evangélica que responde tanto al clamor de la tierra como al clamor de los pobres”. Amén.
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