Decía Carl Sagan que si hubiera extraterrestres dispuestos a conquistarnos sólo tenían que esperar a que nos destruyamos entre nosotros. Una idea que se puede aplicar a la proliferación nuclear o al cambio climático. Nuestros supuestos espectadores marcianos tienen que estar muy pendientes de lo que ocurre ahora en la Tierra. Donald Trump, el líder del país más poderoso del mundo quiere relanzar la carrera nuclear y abandonar toda política que sirva para mitigar el cambio climático.  

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Un giro dramático del culebrón de la lucha contra el cambio climático. Ahora que es más patente que nunca, ahora que los récord de calor se suceden cada año, ahora que  los científicos registran con decenas de indicadores y estudios elaborados a lo largo de las últimas décadas su avance, el negacionismo climático vive su mejor momento, encarnado en su principal valedor, Donald Trump. El presidente sacó -como ya hiciera en su primer mandato- a su país de los Acuerdos de París, algo que se hará efectivo en enero. 

A partir de este jueves arranca una nueva cumbre del clima, la COP30, que se celebra en Belém, Brasil. Fue también en este país, en 1992, en Río de Janeiro, donde se sentaron las bases para que los países empezarán a prepararse para un cambio climático provocado por la actividad humana en el planeta. Lo que entonces eran modelos climáticos, hoy son hechos. 

El informe anual de la ONU Emissions Gap Report 2025, que repasa los avances y las políticas de los países para frenar el cambio climático, publicado ayer, advertía que la subida de las temperaturas está en terreno peligroso. Un día antes el informe de The Lancet Contdown destacaba los impactos directos en la salud causados por el cambio climático en cada país.

¿El multilateralismo en crisis?

La Cumbre de Líderes de la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático marca el inicio de la COP30. La salida de EEUU pone en crisis la diplomacia climática al sacar de las negociaciones a uno de los países más contaminantes. Desde que se produjo el anuncio de Trump muchas han sido las voces que han subrayado que esta decisión podría animar a otros países a dar pasos hacia adelante contra el cambio climático.

Pero el paso dado ayer por los ministros de Medio Ambiente de la UE acordando una reducción de las emisiones del 66,25 % al 72,5 % para 2035, en comparación con los niveles de 1990, es todo un gesto político antes de que los líderes se personen en Brasil.

“Europa llegará a Belém con una NDC sólida, justo a tiempo, pero como una señal clara de que sigue plenamente comprometida con el Acuerdo de París. Ha sido un resultado arduamente conseguido, alcanzado en un contexto político y económico difícil. De manera crucial, se basa en una reducción del 90 por ciento para 2040 que —incluso con las flexibilidades acordadas— está en línea con su compromiso de alcanzar emisiones netas cero en 2050”, afirma Laurence Tubiana, directora ejecutiva de la European Climate Foundation. “Europa debe ahora mantener la calma y comprometerse con una transición global que ya está transformando la economía mundial. Es hora de que la UE construya las alianzas que harán de la COP30 un éxito”, añade.

La salida de EEUU del Acuerdo de París pone el foco en China y en la UE. Ya en julio mandaron un mensaje claro con una declaración conjunta en la que sus compromisos climáticos adquieren un peso estratégico. Si bien Xi Jinping, en su intervención ante la Asamblea General de la ONU en septiembre, anunció que China prevé reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero entre un 7% y un 10% para 2035, con respecto al nivel máximo alcanzado en los últimos años. Un anuncio que no responde a la ambición que demandan los expertos. Xi Jinping no estará en la cumbre, lo que invita a pensar que no se moverá de las posiciones anunciadas.

Por su parte España se espera que esté en la parte de la diplomacia climática más ambiciosa, como ha venido haciendo en las últimas cumbres. El presidente del Gobierno viaja a Belém y se espera que pueda hacer algún anuncio para remarcar esa ambición de país contra el cambio climático. El presidente Español está muy cómodo en la COP

Una plenaria y sesiones temáticas

Los líderes presentes en Belém participarán en la sesión plenaria principal, que dura dos días. Además se realizarán algunas sesiones temáticas. Lula promoverá el Fondo Bosques Tropicales para Siempre (TFFF), un fondo global para la protección de los bosques tropicales que tiene como objetivo acabar con el concepto de "donación" y en cambio promover inversiones y financiamiento que ayuden a mantener las selvas en pie. 

Además Brasil está negociando "algunas declaraciones para algunas áreas", según informa Efe que adelantó el secretario de Medio Ambiente de la Cancillería brasileña, Mauricio Lyrio.

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